Persépolis se mantiene fiel tanto al blanco y negro como al trazo simple y hasta un tanto naif del cómic original, configurando una obra que pretende algo sumamente difícil de lograr como es mezclar la contundente denuncia politico-social a la vez que acerca en cierta forma a la sociedad occidental una visión de la realidad iraní alejada de los tópicos con los que suele asociarse por defecto el tener esa nacionalidad. Satrapi utiliza para ello armas como sus propios recuerdos, la nostalgia, el sentido del humor y la autocrítica, sin que por ello se resienta un ápice ni la fuerza de su mensaje ni la capacidad de entretener de su película.
Resulta conmovedor asistir en primera persona y comprender mejor el proceso por el cuál aquellos que en su momento se opusieron a la dictadura pro-occidental del Sha cayeron en manos de un régimen mucho peor que cercenó de raíz cualquier atisbo de acercarse a algo remotamente parecido a una democracia y que, con la excusa de la guerra, se afianzó de manera permanente en el poder a base de encarcelar y asesinar a todo opositor, con los tristes resultados que todos conocemos y que aun perduran en nuestros días.
En mi opinión Persépolis – que ya fue galardonada con el Premio del Jurado en Cannes y fue la sorpresiva representante de Francia para los Oscar, donde estuvo nominada como Mejor Película de Animación – es una de esas obras que merece la pena descubrir tanto por la importancia de lo que cuenta como por la forma de hacerlo y la puerta que abre a que en el futuro puedan llevarse a cabo más adaptaciones de magníficas novelas gráficas a la gran pantalla. Los habrá que no encajen bien esa original apuesta de utilizar un trazo tan simple de animación tradicional y un peculiar sentido del humor como contrapunto para contar unos hechos tan terribles, pero conviene recordar que así es la novela gráfica original, a la que es extraordinariamente fiel.
A pesar de algún tramo algo falto de ritmo y cierta ingenuidad en su desenlace, Persépolis no carece ni mucho menos de interés, se deja ver con no poco agrado y si, como pretenden sus artífices, consigue su objetivo de arrojar algo de luz para el gran público sobre los orígenes del régimen que aun perdura en Irán, tan de triste actualidad hoy en día en el panorama internacional por su papel en ese polvorín siempre inestable que es Oriente Medio y la verdadera situación del pueblo que se oculta bajo la sombra de dicho régimen, pues bienvenida sea.
La entrada cuesta un solo y misero eurito de nada. Como de costumbre, os ruego que le deis a este mensaje toda la difusión que os sea posible entre vuestros contactos, con el fin de llevar al cine cuanta más gente mejor para que propuestas alternativas al cine comercial continúen creciendo en nuestra ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario