Un hombre llega a un pueblo completamente devastado por una inundación dispuesto a ayudar a los que lo han perdido todo... mediante un método cuanto menos peculiar. Otro hombre pretende vengar el honor de su hija, violada por el dueño de la fundición en la que trabaja. Un chaval ludópata y bastante corto de luces trata de unirse a una enferma anciana tocada por la suerte para escapar de la vida que lleva. Un médico es contratado por el dueño de un matadero de cerdos porque su hijo de once años, llevado por la pasión del negocio familiar, se ha convertido en una especie de psicópata que degüella cuanto bicho se cruza en su camino. Un grupo de enfermos y discapacitados van camino a un manantial con supuestos poderes milagrosos que curará todos sus males como si de Lourdes se tratara. Si tienen fe, por supuesto.
Voltaire, en su obra Cándido, nos ofrecía una estupenda definición del optimismo "El Optimismo es la manía de sostener, cuando todo va mal, que todo va bien" A esa definición se agarra Paskaljevic como hilo conductor de estas cinco breves historias con las que pretende componer un esbozo de la situación social en la que se encuentra sumida la Serbia de hoy en día, aun demasiado recientes las heridas del conflicto de los Balcanes y de Kosovo. Optimistas es el retrato amargo, irónico y punzante de la Serbia que ve Paskaljevic, un lugar donde contrariamente a lo que opina la mayor parte de sus habitantes, muchos de los que tenían el poder en la época de Milosevic han vuelto por sus fueros, pero ahora bajo la confortable protección de un sistema democrático que legitima sus desmanes.
Optimistas es una colección de cuentos en los que se insiste una y otra vez en la misma idea: por mal que parezca que están las cosas, siempre hay alguno o algunos dispuestos a decir bien alto y claro que todo va bien o que todo va a mejorar, optimistas bienintencionados a los que la dura realidad les pone en su sitio una y otra vez, a veces de forma sangrante y a veces de forma cómica. El sentido tragicómico de la vida – y por tanto, abundante humor negro - es la idea que vincula esta película con Media Luna, la película kurda que se ofreció el pasado lunes dentro del mismo ciclo.
Por supuesto, el falso optimismo no es una particularidad serbia: más de uno se reconocerá de forma cómplice en las imágenes de la película ya que esas historias tienen más de un punto en común con la tradicional picaresca española. En realidad, puede que estemos ante un fenómeno universal ¿Será cierto que el mundo está sumido en ese falso optimismo que decía Voltaire? ¿Estamos dispuestos a cambiar las cosas o seguiremos siendo unos optimistas empantanados en el barro? ¿Quién nos ha hundido en el barro? Si tras ver la película, ustedes se hacen estas mismas preguntas, eso querrá decir que ha valido la pena ver OPTIMISTAS
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