martes, febrero 06, 2007

Filmoteca en Mérida: Cine a un euro

La verdad es que hoy es un gran día. La Filmoteca de Extremadura inaugura su delegación en Mérida. Películas en VOSE todos los martes en dos pases, a solo un euro – el bono de diez películas vale 6 € - y con el enorme apoyo que supone contar detrás nuestro con una Institución de este calibre ¿Servirá para salvar un negocio siempre en el alambre como los maltrechos Multicines Mérida, cuya excelente programación es reiteradamente ignorada por los emeritenses? Honestamente, no lo se. Quiero pensar que si. No, necesito creer que si. Cierto que el arranque no es el mejor de los posibles: un ciclo de cine clásico, por excelentes que sean sus películas, no es lo más acorde con las ideas que todos teníamos en mente cuando fundamos el cineclub que dio lugar al I Festival de Cine. Pero todo se andará, hay que tener algo de paciencia. Se nos ha prometido cierta libertad discrecional a la hora de programar futuros ciclos y ya estamos trabajando estrechamente con la Asociación de Mujeres Malvaluna y el Instituto de la Mujer para nuestro primer ciclo propio en Marzo. Es una cuestión de fe, lo se. Y yo la tengo, porque he visto movilizarse a mucha gente con nuestro festival y se que podemos conseguir logros parecidos.

La película inaugural de la Filmoteca en Mérida, aquella que pasará a la historia como la primera de una nueva e ilusionante etapa es una obra magnífica y muy poco conocida de un gran director como Raoul Walsh con un título algo sonrojante, Juntos Hasta la Muerte, que poco tiene que ver con el original Colorado Territory. Resulta curioso que Walsh quisiese hacer un remake de una de sus obras más exitosas – El Último Refugio (High Sierra, 1941), con Humphrey Bogart – pero ambientándola en un western. La historia, francamente potente, debía gustarle lo suficiente como para afrontar dicha empresa, aunque para el nuevo guión que adaptaba la misma novela de W.R. Burnett contó en esta ocasión con Edmund North y John Twist, que tenían delante de sí la nada fácil tarea de igualar lo logrado por, ejem, un tal John Houston, en la primera versión.Lo reconozco abiertamente: no estoy seguro de haber visto esta película. El argumento me suena, claro, así como la imagen de Virginia Mayo y Joel Mc Crea en medio de un paisaje de desolación que bien podría ser el Cañón de la Muerte. Enredando por Internet me he encontrado este texto de Diego Marín de la estupenda revista Tren de Sombras, introducido por un diálogo de la película:

«—Hola.
—Hola.
—¿Cómo se llama este lugar?
—Este es el Cañón de la muerte, amigo.
—¿Y aquello de allí?
—¿Eso? Es la Ciudad de la luna, al menos así la llaman los indios. Una ciudad muerta colgando en el vacío.
—¿Está lejos Todos los Santos?
—Está más hacia el norte, entre montañas, cruzando la cima de ese cerro. No pensará dirigirse allí ¿verdad?
—¿Por qué?
—Le diré lo que es Todos los Santos: donde desaparece todo el que llega. Los españoles fueron los primeros, los indios vinieron después y los mataron. Y una epidemia de viruela acabó con los indios. Sólo quedaron escorpiones y lagartos venenosos, y estos también desaparecieron con un terremoto. Ya nadie más ha vuelto allí amigo, a no ser tal vez, alguna serpiente que no sabe dónde se mete.
—Yo sí lo sé».

“Me ha parecido lo más acertado transcribir este breve diálogo entre Joel McCrea (Wes McQueen) y un personaje episódico, como mejor expresión de la palabra del concepto espacial que Raoul Walsh desarrolla en la película. Ya antes de que dialoguen los personajes existe un maravilloso detalle de dirección de actores, cuando el hombrecillo ve a Wes McQueen, saca su revólver, lo cual es un detalle bastante significativo del lugar en el que se encuentran. Desde la descripción que se nos hace de Todos los Santos, hasta el emocionante final en el Cañón de la muerte, todo lo relacionado con lo fúnebre, con el fin de algo, con la muerte, impregna toda la película. Prácticamente no existe un sólo plano de la acción que acontece en Todos los Santos, en la que Walsh no encuadre una ciudad en ruinas, muerta. Unos personajes espectrales en una película de marcado carácter fúnebre, como años más tarde haría Clint Eastwood en Sin perdón (1992).”
Pues eso. A disfrutar de la Filmoteca mientras dure. El martes que viene, Luz que Agoniza, con el malísimo Charles Boyer haciéndole ‘luz de gas’ a la sufrida Ingrid Bergman...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí señor, eso es moral, intentar resucitar algo que está muerto y bien muerto.Pero si ni siquiera en Madrid estas iniciativas son apoyadas por dos gatos y medio.Es una lástima, pero de todas maneras te deseo la mejor de las suertes.

David Garrido Bazán dijo...

Olvida usted que una Filmoteca de estas características en una ciudad como Mérida es la única opción no tanto para ver películas clásicas como las que componen este primer ciclo, sino títulos como Pequeña Miss Sunshine o United 93 que jamás llegan a las salas comerciales de una ciudad pequeña como ésta (y le pongo dos ejemplos que se están proyectando ahora mismo en La Filmoteca en Badajoz y en Cáceres) y que uno, para poder ver en pantalla grande, ha de buscarse la vida más allá del término municipal emeritense.

Sea como fuere, el caso es que las dos sesiones inaugurales de la Filmoteca dieron un saldo de más de 100 personas contentísimas de haber visto en pantalla grande un clásico como Colorado Territory, en una copia en VOSE medianamente decente y al irrisorio precio de un eurito de nada... Pura afición al cine.

Si todos los ciclos fueran a ser de cine clásico como éste, hasta podría entender su postura, de obvio provilegiado que vive en Madrid y tiene todo el acceso al cine que quiere ver que a nosotros nos falta, pero como uno es consciente que tendrá mucho que decir sobre la composicion de ciclos futuros, pues...

En cualquier caso, gracias por el deseo y por el comentario

Manuel Márquez dijo...

Querido David, mi más sincera y cálida enhorabuena por tan excelente noticia. Aunque, por las circunstancia que tú bien conoces, no tenga ocasión frecuente de disfrutar de ella -como, por el contrario, deseo y espero que sí hagas tú-, yo también sé lo que es tener la sede de la Filmoteca regional en mi ciudad (Córdoba)y lo que eso supone y significa: una verdadera gozada para cualquier amante del cine.

Un fuerte abrazo (y a ver si tengo ocasión de frecuentar algo más tu excelente blog...).