viernes, febrero 27, 2009

CICLO FESTIVAL (IM)POSIBLE: Programación

Aunque es una tarea tan apasionante como gratificante, programar un Festival de Cine Inédito también supone a menudo una considerable cantidad de frustración. Todos los años aparecen una serie de películas que uno quisiera que estuvieran en Mérida a toda costa pero que por los más diversos motivos se quedan fuera de la programación definitiva. A veces ves una película magnífica cuando ya tienes la programación cerrada y no puedes cambiarla. Puede que solo haya una copia disponible del filme deseado y algún festival se te haya adelantado. Puede que alguna distribuidora pida una cantidad disparatada por la película y no tengas más remedio que renunciar a ella. Puede haber un adelanto repentino de fechas y dar al traste con la condición de inédita de la película. Puede incluso que la productora se eche atrás con argumentos tipo “no queremos que se vea tanto antes de su estreno comercial” y uno se quede compuesto y sin película de inauguración tres semanas antes del Festival...Todas esas cosas nos han pasado en estos tres años. Y por muy bien que funcione el Festival de Cine Inédito, siempre se te queda la espinita clavada. Por eso la razón de ser de este ciclo no es otra que saldar aquellas deudas: estupendas películas que hubieran formado parte de una programación ideal soñada que entonces resultó imposible y que hoy hemos hecho posible como si de un festival paralelo o alternativo se tratara. Que las disfruten. Todos los pases a las 20:30 horas en el Centro Cultural Alcazaba

LUNES 02 DE MARZO: LOS CRONOCRIMENES
Dirección y guión: Nacho Vigalondo.
Duración: 90 min.
Género: Thriller, fantástico.
Interpretación: Karra Elejalde (Héctor), Bárbara Goenaga (chica), Nacho Vigalondo (chico), Candela Fernández (Clara).
Música: Chucky Namanera.
Fotografía: Flavio Labiano.Un hombre que viaja accidentalmente al pasado y se encuentra consigo mismo; una chica desnuda en mitad del bosque; un extraño individuo con el rostro cubierto de vendas de color rosa; una inquietante mansión en la cima de una colina… Son piezas de un puzzle que conducen a una insólita modalidad de crimen.Ganadora de los Premios a la Mejor Película en los festivales de Cine Fantástico de Austin y Ámsterdam. Premio del Público en el festival de Cine de Filadelfia. Premio del Jurado en el Fant-Asia Film Festival. Nominada al Goya a la Mejor Dirección Novel.

LUNES 09 DE MARZO: LA BANDA NOS VISITA (Bikur Hatizmoret)
Dirección y guión: Eran Kolirin.
País: Israel
Duración: 90 min.
Género: Comedia dramática.
Interpretación: Sasson Gabai (Tewfiq), Ronit Elkabetz (Dina), Saleh Bakri (Haled), Khalifa Natour (Simon), Música: Habib Shehadeh Hanna.
Fotografía: Shai Goldman.




"La banda nos visita" sigue las desventuras de una banda de músicos egipcios que por un malentendido acaban perdidos en un pequeño pueblo israelí en medio del desierto. La rutina diaria de los habitantes de este pueblo se verá completamente trastocada.Ganadora de ocho Premios de la Academia del Cine Israelí en el 2007, incluyendo mejor Película, Director, Actor, actriz y guión. Premios FIPRESCI y de la Juventud en Cannes 2007. Mejor Nuevo Director y Mejor Guión en la Seminci de Valladolid 2007

LUNES 16 DE MARZO: GOMORRA
Dirección: Matteo Garrone.
País: Italia.
Duración: 135 min.
Género: Drama.
Interpretación: Toni Servillo (Franco), Gianfelice Imparato (Don Ciro), Maria Nazionale (Maria), Salvatore Cantalupo (Pasquale),
Guión: Maurizio Braucci, Ugo Chiti, Gianni Di Gregorio, Matteo Garrone, Massimo Gaudioso y Roberto Saviano; basado en la novela "Gomorra" de Roberto Saviano.
Fotografía: Marco Onorato.Poder, odio y sangre. Estos son los “valores” a los que tienen que enfrentarse cada día los habitantes de las provincias de Nápoles y Caserta. Casi nunca se puede elegir, casi siempre se está obligado a obedecer las reglas de la Camorra, y sólo los más afortunados pueden pensar en llevar una vida “normal”. Cinco historias se entrecruzan en este paisaje violento, un mundo despiadado, aparentemente alejado de la realidad, pero bien enraizado en esa tierra.Cinco Premios de la Academia del Cine Europeo 2008, incluyendo Mejor película, Mejor Director y Mejor Guión. Gran Premio del Jurado en Cannes 2008 y en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 2008

LUNES 30 DE MARZO: LA COMEDIA DE LA VIDA (Du Levande)
Dirección: Roy Andersson
País: Suecia
Duración: 95 min.
Género: Comedia Dramatica.
Interpretación: Jessika Lundberg, Elisabeth Helander, Bjorn Englund, Leif Larsson, Olle Olson
Fotografía: Gustav Danielsson.





El hombre es el placer del hombre. Lo único que quiere decir así es que el hombre no está solo en el mundo, es un ser social que depende de los demás. El hombre no es sólo el placer del hombre: también es la plaga del hombre, una amenaza y un dolor. Por eso el hombre no deja de ser nuestro centro de interés. El hombre es la fascinación del hombre.Tres Premios Guldbagge 2008 de la Academia de Cine Sueco: Mejor Película, Mejor Director, y Mejor Guión, Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 2007

lunes, febrero 23, 2009

OSCARS 2009, Impresiones a vuelapluma

Tengo una sensación muy extraña con los Oscar que acaban de terminar hace un rato. Y no, no es debida al lógico cansancio ni a la falta de sueño. Es la pura perplejidad que surge de dos sentimientos prácticamente contrapuestos: por un lado tengo la sensación de haber asistido a la mejor gala de los Oscar que he visto en mi vida - y créanme cuando les digo que, a estas alturas y habiendo convertido el verlas en directo en una tradición anual, ya he pasado por unas buenas cuantas – Por otro, creo que es una de las ediciones recientes con cuyos resultados estoy más en desacuerdo. Así que ahora mismo mientras escribo estas líneas, dudo entre dar rienda suelta a cierto cabreo interior – que casi siempre es inevitable cuando de los Oscar se trata, pero que este año es mayor de lo habitual – o glosar las virtudes de un espectáculo entretenidísimo que me ha tenido absolutamente pegado a la pantalla durante más de tres horas sin que me haya aburrido un solo segundo. Supongo que lo más justo es hacer ambas cosas.

Empecemos con la Gala propiamente dicha. Sin duda los responsables de la misma han demostrado que se puede y se debe innovar incluso en un show que lleva celebrándose la friolera de 81 años. No cabe ninguna duda que la decisión de encargarle a un actor de probada experiencia en estas lides, Hugh Jackman, que ejerciera de presentador desechando a los cómicos que habitualmente comandan el programa ha sido un absoluto acierto. La gala empezó de forma arrolladora con un impagable número musical en el que Hugh demostró su oficio y en la que ya se pusieron de manifiesto un par de cosas: una, que el diseño del escenario – que parecía directamente inspirado en cualquier musical de Broadway - iba en beneficio directo de la agilidad y el dinamismo; dos, que la cercanía de los nominados al mismo transmitía calidez y complicidad amen de hacer muy breves los tiempos de subida al mismo para recoger los premios por parte de los ganadores, de nuevo redundando en el beneficio del espectáculo puro y duro.

Pero es que además de eso hubo unas cuantas novedades más, todas ellas acertadas: ya en el primer premio importante de la noche quedó de manifiesto que la intención de la Academia de este año era homenajear no solo a los ganadores de los premios de interpretación, sino a los nominados. Siempre el mismo formato. En cada uno de los cuatro apartados, cinco actores o actrices que hubieran sido galardonados con anterioridad “apadrinaban” a cada uno de los cinco nominados/as con un breve discurso sobre su trabajo – Penélope por ejemplo fue amadrinada por ¡Anjelica Houston nada menos! - que emocionaba y servía de reconocimiento a su labor por igual. Por primera vez que yo recuerde, ser nominado era verdaderamente en sí un premio con una fórmula sencillísima pero que, posiblemente por miedo al tiempo, nadie se había atrevido a hacer antes. Y quedaba de manifiesto una cosa: si el espectáculo es bueno, da igual que la gala se alargue, porque se está disfrutando de verdad. Era increíble, toda una revolución

El tiempo que podía perderse en esa peculiar forma de premiar a los intérpretes se recuperaba de una forma muy sencilla: una misma pareja de presentadores solventaba tres o cuatro oscar de una sola tacada, ahorrándose ese interminable desfile de parejas promocionando próximos filmes o haciendo chistes sin ninguna gracia. Aquí había ingenio, humor, dinamismo y fluidez, justo lo que demasiadas veces hemos echado de menos. Para que nadie tuviera la tentación de aburrirse, algunos números musicales estratégicamente colocados – un homenaje al musical a cargo de Jackman y Beyoncé, un montaje de la orquesta con las BSO nominadas, un encadenado con las tres canciones candidatas, Queen Latifah “I’ll be seeing you” en el inevitable In Memoriam – servían para engrasar la maquinaria mientras varias piezas con diversos montajes por géneros (Romance, Comedia, Acción, Animación) recordaban el cine del 2008 y cuidando los cambios del escenario en cada bloque de entrega de premios – guiones escribiéndose sobre las imágenes de las películas, decorados en la dirección artística – mantenían toda la estructura en perfecto funcionamiento. Y así siguió hasta el final. Aunque la ceremonia se alargó hasta las tres horas y media, la Academia montó este año un show tan, tan bueno que se pasó volando.

Pero claro, luego está la cuestión de los Oscar propiamente dichos. Y ahí no se estuvo a la misma altura. No ya porque uno pueda estar o no de acuerdo con los mismos – sobre eso volveré luego – sino porque estos se sucedían con una falta de la más mínima sorpresa que por momentos su previsibilidad amenazaba seriamente con arruinar un espectáculo diseñado de forma modélica: Slumdog Millionaire machacaba a sus contrincantes en todas las categorías en las que estaba nominada, mereciera o no los premios, Penélope y Heath Ledger cumplían su papel de favoritos con los Oscar de reparto, WALL-E ganaba SU Oscar a la Mejor Película Animada – a la postre el único de sus seis nominaciones -, Button los suyos en Maquillaje, Efectos Visuales y Dirección Artística para cumplir el expediente y El Caballero Oscuro pillaba uno en sonido y La Duquesa el de Vestuario. Todo mortalmente previsible.
En esto llegó el Oscar a la Mejor Película de Habla Inglesa… y un montón de japoneses subieron al escenario a agradecer el premio por Departures mientras tres cuartas partes de los aficionados de todo el mundo que estuvieran viendo la ceremonia se estarían preguntando como era posible que no hubiera ganado una de dos magníficas películas, bien la favorita Vals con Bashir, bien la alternativa La Clase. Me quedé boquiabierto y reconozco que un poco molesto. No puedo juzgar si el Oscar es o no acertado porque no he visto Departures, pero me jodió no poco que ninguna de las dos pelis que seleccioné para el III Festival de Cine Inédito de Mérida se llevará ese Oscar. Es algo infantil, lo sé, pero maldita la gracia que me hizo la hasta entonces única sorpresa de la noche.

Estaba aun dándole vueltas al tema cuando Kate Winslet ganó el Oscar a la Mejor Actriz por El Lector y todo pareció volver a la normalidad… hasta que un momento después Sean Penn ganó el Oscar al Mejor Actor por Milk desplazando al favorito Mickey Rourke. Me pasaron tres cosas por la cabeza: la primera, que Penn había ganado el premio de la Unión de Actores, el colectivo más numeroso de entre los que conforman la Academia; dos, que por mucho que en Hollywood gusten las resurrecciones artísticas cuando uno dice las inconveniencias que dice y se granjea tantos enemigos como Mickey Rourke es normal que acaben pasando estas cosas y tres, que con lo que a mi me gusta Sean Penn, le estoy empezando a coger una tirria por esto de los Oscar que no es normal: ya me fastidió que con su enorme trabajo en Mystic River privara del premio al Bill Murray de Lost In Traslation ¡pero es que ahora había dejado fuera de una tacada a Frank Langella, Richard Jenkins y al propio Mickey Rourke! Sin duda, demasiadoEn fin. Slumdog Millionaire ya habia ganado a esas alturas siete Oscar y el de Mejor Película tenía que caer también, claro. De los ocho, puedo aceptar sin problemas Director – el trabajo de Boyle es sensacional – la Fotografía de Anthony Dod Mantle, el montaje trepidante de Chis Dickers y la canción Jai Ho. Pero me cuesta mucho tragar con la Mejor Mezcla de Sonido (?) estando Wall-E y el Caballero Oscuro; con Mejor BSO estando los trabajos de Desplat en Button y Newman en Wall-E; con el Mejor Guión Adaptado cuando es precisamente su debilidad más ostensible estando de por medio los en mi opinión mucho más sólidos trabajos de Eric Roth en Button, de Morgan en Frost/Nixon, de Patrick Sanley en La Duda y sobre todo, del David Hare de El Lector. Claro que lo del Guión Adaptado ya había tenido un raro precedente cuando el de Guión original fue para el en mi opinión poco más que correcto trabajo del jovencísimo Dustin Lance Black por Milk dejando en la cuneta Escondidos en Brujas y por desgracia, a mi preferido Wall-E

Así pues me quedé con los justos reconocimientos a Penélope Cruz – que grande estuvo en su genial discurso de agradecimiento siguiendo la estela de Javier Bardem el año pasado – y a una emocionada Kate Winslet, único galardón de mi estimada El Lector y volví a pensar una vez más en el raro efecto que Slumdog Millionaire está provocando en la mayor parte de la gente, capaz de perdonar sus para mi más que evidentes defectos por su capacidad de vender ilusiones como humo y esa contagiosa felicidad pura y simple que debe ser justo lo que la gente anda necesitando en estos duros tiempos de crisis. Si películas tan sólidas como Frost / Nixon (0/5), La Duda (0/5), El Lector (1/5) o Wall-E (1/6) se quedaban sin ningún o casi ningún reconocimiento victimas de la apisonadora de Danny Boyle una de dos: o bien es que algo ha funcionado rematadamente mal este año… o bien simplemente yo soy incapaz de reconocer lo que otros sin duda aprecian en Slumdog Millionaire. A lo mejor es solo cosa mía...

domingo, febrero 22, 2009

OSCARS 2009: Las apuestas de CineMerida

Espero que haya sorpresas mañana por la noche. Sinceramente. Más que nada porque todos los pronósticos dan como vencedora de la noche a una peli, Slumdog Millionaire, que no me convence demasiado. Estoy acostumbrado a llevarme desilusiones con las decisiones de la Academia, pero como de costumbre me resulta un ejercicio y un juego irresistible transmitiros lo que yo hubiera votado en la edición de este año a la que llegó sin los deberes hechos del todo porque aunque he tenido ocasión de ver todas las candidatas a Mejor Película, he dejado para la jornada de hoy domingo ver dos, The Visitor y The Wrestler, que podrían cambiar algunas de mis reflexiones. No obstante, ahí van mis impresiones Pre-Oscars de este año en doce de las principales categorías:

MEJOR PELÍCULA DE HABLA NO INGLESA
Lo Ganará: Vals con Bashir
Yo habría votado: Vals con Bashir

Dos candidatas que estuvieron en el III Festival de Cine Inédito de Mérida, La Clase y Vals con Bashir. Dos películas magnificas. Pero si tengo que elegir una, me quedo con la asombrosa reivindicación de la memoria y la personal visión de la guerra de Ari Folman, una película que me impresionó sobremanera y que estoy deseando volver a ver ahora que por fin se ha estrenado en España. Reconozco que no he visto ni la austriaca Revancha , ni la japonesa Okuribito, ni la alemana Der Baader Meinhof Complex, pero me da igual: este oscar lo tengo clarísimo.

MEJOR BANDA SONORA ORIGINAL
Lo ganará: A.R. Rahman por Slumdog Millionaire
Yo habría votado: Alexandre Desplat por El Curioso Caso de Benjamín Button

A falta del descubrimiento de Nico Mulhy en la BSO de El Lector y echando de menos también la intensidad del Zimmer de Frost/Nixon, esta es una categoría muy reñida en la que me temo que va a ganar la que menos lo merece: la música de Slumdog Milliomaire es una clave esencial en el éxito de la película de Danny Boyle y no seré yo quien discuta su brillantes y su adecuación a las imágenes, pero como ya pasó hace dos años con Babel esto se debe mucho más a la selección de canciones – y recordemos que dos de ellos, O Saya y Jai Ho están nominados como Canción Original – que a la música incidental, de la que solo destaca la belleza algo empalagosa del Latika’s Theme y poco más. A James Newton Howard le deben un Oscar desde El Bosque, pero Resistencia no está entre sus mejores trabajos pese a algún pasaje afortunado y lo mismo se puede decir de un casi irreconocible Danny Elfman en Milk. Thomas Newman hace una música muy interesante paraWall-E, especialmente en los temas de la primera hora de película (no tanto en la segunda, mucho más convencional), pero si hay una BSO hermosa y envolvente que ayuda a contar bien una historia, esa es la de Desplat para Benjamín Button, la más completa y ajustada en mi opinión del quinteto. No ganará, pero debería.

MEJOR MONTAJE
Lo ganará: Chris Dickens por Slumdog Millionaire
Yo habría votado: Lee Smith por The Dark Knight

Una vez más, magníficos trabajos entre los cinco nominados. Quizás me falla un poco el algo convencional y falto de garra – salvo en la escena del asesinato - trabajo de Milk (como la propia película), pero no cabe duda que tanto B. Button como Frost/Nixon se benefician de un excepcional trabajo de montaje. El frenesí de Slumdog Millionaire no se entiende sin el montaje de Chris Dickens superponiendo planos narrativos e intercalando los miles de planos forjados por Danny Boyle así que no me parecerá mal que gane el Oscar, pero me encantaría que los Academicos valoraran en este apartado el montaje de una de las películas con mejor ritmo del año, El Caballero Oscuro. Es una de las claves más ocultas del reconocimiento general a la película de Christopher Nolan.

MEJOR FOTOGRAFÍA
Lo ganará: Anthony Dod Mantle por Slumdog Millionaire
Yo habría votado: Anthony Dod Mantle por Slumdog Millionaire

Me gusta mucho el trabajo de Wally Pfister en el Caballero Oscuro y aun mucho más el de Roger Deakins transmitiendo ese sentimiento de intimidad y llenando de calidez la maravillosa primera hora de El Lector pero reconozco que el trabajo de Dod Mantle en Slumdog Millionaire es tan complejo como brillante, no solo por los colores de la India que capta sino por su manejo nervioso pero vibrante de la cámara. Ojo al preciosismo de postal de Claudio Miranda en Benjamín Button – magnífico en algunos momentos – que puede ser una más que correcta alternativa. Tom Stern recrea maravillosamente el L.A. de los años veinte en la peli de Clint pero creo que está un peldaño por debajo de sus competidores en esta categoría.

MEJOR GUIÓN ADAPTADO
Lo Ganará: Eric Roth por El Curioso Caso de Benjamín Button
Yo habría votado: David Hare por El Lector

Espero de corazón que no gane este Oscar el fallido guión de Simon Beaufoy para Slumdog Millionaire, con tantos agujeros y debilidades que sería un escándalo mayúsculo si lo premiaran… aunque puede que pase. Debería ganarlo Eric Roth por hacer prácticamente un relato original a partir de la premisa del cuento de F. Scout Fitzgerald, pese a que muchos le censuren sus parecidos razonables con Forrest Gump: ese trabajo tiene mucho mérito. Como también lo tienen los afilados diálogos y construcción de personajes de Peter Morgan que no obstante no alcanza la brillantez de The Queen. John Patrick Shanley tiene uno de esos férreos guiones teatrales llenos de fuerza e inteligencia al que le traiciona precisamente eso, no haber sido capaz de alejarse lo suficiente de su origen teatral, pero al que escribe estas líneas el guión que le roba por completo el corazón es el de la maravillosa historia de amor, culpas, vergüenzas y redenciones de El Lector. Ojalá me equivoque en mi predicción: David Hare se merece este Oscar.

MEJOR GUIÓN ORIGINAL
Lo ganará: Martin Mc Donagh por Escondidos en Brujas
Yo habría votado: Andrew Stanton por WALL-E

Una categoría muy abierta. El único guión que se corresponde con una nominada a Mejor Película es precisamente el de la película que quizás sobra en esa categoría, Milk, pero quizás eso le de opciones. Mike Leigh es un valor seguro pero le prefiero en sus tremebundos dramas que en esta agradable comedia. Frozen River me gusta mucho pero hay un giro al final del filme que no me acaba de convencer y juega a hacer trampas un par de veces con las expectativas del espectador, así que la dejo fuera por caer en la tentación del camino fácil. Cualquiera que haya visto Escondidos en Brujas sabe que es una película brillante que se apoya por encima de todo en un guión original lleno de momentos geniales, así que no estará de más premiarlo con un Oscar pero ¿no es hora ya de que se reconozca de una vez que el gran mérito de las películas de Pixar reside en sus maravillosos guiones? La idea de WALL-E puede no ser completamente original, pero su plasmación en pantalla (¡Esos primeros 30 minutos sin apenas diálogo!) es simplemente para dejar boquiabierto a cualquiera, así que servidor lo tiene bastante claro.

MEJOR ACTRIZ DE REPARTO
Lo ganará: Penélope Cruz por Vicky Cristina Barcelona
Yo habría votado: Penélope Cruz por Vicky Cristina Barcelona

Taraji P. Nelson cumple en Benjamín Button pero su papel no me parece especialmente premiable. Y Viola Davis está nominada por una sola escena, antológica sin duda, pero demasiado poco para llevarse una estatuilla a casa. El mérito de la notable Amy Adams reside en haber aguantado incólume el peso tanto de Meryl Streep como de Philip Seymour Hoffman y no es poco. Marisa Tomei también está magnífica en El Luchador como esa stripper que en un proceso paralelo al del personaje de Rourke se da cuenta que el tiempo se le está acabando rapidamente - aunque cualquiera lo diría, porque esta señora sigue demostrando un atractivo sensacional a sus 44 años ¡está increíble! - pero quizás hubiera necesitado algo más de metraje. La Maria Elena de Woody Allen llena de vida la alicaída Vicky Cristina Barcelona cada vez que la muy racial Penélope Cruz aparece en pantalla y su estupendo trabajo dando vida a esa mujer tan apasionada como desequilibrada debería valerle el Oscar con justicia como ya le ha valido el Goya y el Bafta. Sin dudas ni reparos.

MEJOR ACTOR DE REPARTO
Lo Ganará: Heath Ledger por El Caballero Oscuro
Yo habría votado: Heath Ledger por El Caballero Oscuro

Todos los demás candidatos han tenido la mala suerte de ser nominados en el año del Joker. Esa prodigiosa composición del tristemente desparecido Ledger pasará a la historia del cine y no por la muerte de su intérprete: si hubiera estado vivo seguro que hoy recogería su Oscar por reinterpretar de esa forma a un personaje que yo creía familiar hasta que vi la película de Nolan. Y no hay nada más que decir, salvo que no entiendo la presencia de Josh Brolin, anodino en Milk (tampoco entiendo la ausencia del Michael Sheen de Frost / Nixon) y que siento que los estupendos trabajos de Michael Shannon (prácticamente la única representación de una de las grandes olvidadas, Revolutionary Road), el siempre fiable Philip Seymour Hoffman y el genial Robert Downey Jr. (hubiera sido curioso que su papel de actor obsesionado por el Oscar le hubiera proporcionado…un Oscar) no tengan ninguna oportunidad frente al brutal Joker.

MEJOR ACTRIZ
Lo ganará: Kate Winslet por El Lector
Yo habría votado: Kate Winslet por El Lector

Para mi no hay discusión posible en esta categoría: Kate vence con claridad a todas sus competidoras con su maravillosa Hannah Schmitz, como reconocerá sin demasiados problemas todo aquel que vea El Lector. Lo siento especialmente por Melissa Leo, que está magnífica en Frozen River y dudo que vuelva a tener otra oportunidad como ésta. Meryl Streep tira de repertorio para sacar adelante a su arquetípica monja malévola de La Duda y sería muy injusto que dejara sin Oscar a la Winslet (ojo, que se llevó el premio de la unión de actores y ese es el colectivo más numeroso entre los académicos). Anne Hathaway está estupenda en La Boda de Rachel pero tendrá más papeles en el futuro para volver a estar nominada y aunque Angelina sostiene muy bien El Intercambio creo que está un poco por debajo de las otras nominadas.

MEJOR ACTOR
Lo ganará: Mickey Rourke por El Luchador
Yo habría Votado: Frank Langella por Frost/Nixon

Brad Pitt es un estupendo actor mejor de lo que la gente habitualmente cree pero que no considero que su trabajo en Benjamín Button, donde abusa no poco de una mortal “cara de acelga” sea oscarizable; Sean Penn conmueve con sutileza y ternura en Milk pero que ha hecho trabajos mucho más memorables que este esforzado biopic. Cualquiera que haya visto (en V.O. por favor) a Frank Langella reinventando a Nixon en una composición memorable – el uso de la voz, los gestos, la mirada, todo impresiona en su trabajo - estará de acuerdo conmigo en que se merece todos los premios del mundo. Richard Jenkins borda su papel de hombre gris que vuelve literalmente a la vida gracias a su relación con dos sin papeles que cambian por completo su existencia. Es un papel sutil, de esos que parece que no se hace gran cosa pero que con gran economía gestual consigue transmitir muchísimas cosas. Mickey Rourke, hay que reconocerlo, está impresionante en El Luchador: sin duda que su propia y tremenda experiencia vital le ha debido ayudar no poco a construir ese brutal perdedor, pero no menospreciemos su trabajo, que es de una intensidad emocional considerable. Si se lleva el Oscar, no creo que nadie pueda decir que le faltan méritos. Conclusión: creo que el quinteto de nominados a Mejor Actor de este año es uno de los mejores de los últimos tiempos: tanto da si gana Frank Langella, Mickey Rourke, Richard Jenkins o incluso Sean Penn.

MEJOR DIRECTOR
Lo ganará: Danny Boyle por Slumdog Millionaire
Yo habría votado: Stephen Daldry por El Lector

Descartando a Gus van Sant y a Ron Howard aun reconociendo su sorprendente trabajo en Frost / Nixon – posiblemente sea su mejor película, por encima de Una Mente Maravillosa – esta es una categoría en la que me cuesta mucho decidirme. Cualquiera de los otros tres nominados tiene argumentos sobrados para justificar el Oscar, ya sea el vibrante dinamismo de Danny Boyle, muy superior a la endeblez argumental de Slumdog Millionaire, el academicismo de Daldry que algunos tachan de frío pero que a mi me parece un trabajo superlativo, especialmente en su maravillosa primera hora y el talento de un David Fincher comedido y a la búsqueda siempre del mejor encuadre en su trabajadísima Benjamín Button. Por coherencia con la película que más me gusta de las nominadas voto por Daldry pero insisto en que si gana cualquiera de los tres, no tendré motivos para enfadarme por este Oscar.

MEJOR PELÍCULA
Lo ganará: Slumdog Millionaire
Yo habría votado: El Lector

Empezaré por decir que echo de menos unas cuantas películas (El Caballero Oscuro, WALL-E, Revolutionary Road) y me sobra por completo Milk, que no alcanza ni de lejos a las otras cuatro. El Lector no tiene posibilidades pero es la película que más me emociona y me toca de las nominadas, así que he de elegirla por una pura cuestión de coherencia. El Curioso Caso de Benjamín Button me parece una buena película, incluso notable en algunas cosas, pero está muy lejos de ser una película redonda. A la sólida Frost/Nixon, aun enganchándome mucho tanto por el tema como por sus poderosas interpretaciones y su estupendo guión, le falta un punto de emoción que consiga ganarme por completo y Slumdog Millionaire… bueno, es una película con ocasionales momentos brillantes pero me parece por completo fallida en su tramo final así que en conciencia jamás la votaría como Mejor Película. Ganará, pero no convencerá. No a mí, al menos.

Pues eso es lo que hay. A ver si hay sorpresas. El lunes, como siempre, contracrónica.

viernes, febrero 20, 2009

RADIO FILA 7: Slumdog, El Lector, BSO Oscars y más

Programa de Cine FILA-7 de Radio Forvm emitido el jueves 19 de Febrero del 2009. Cuatro bloques empezando por la película TODOS ESTAMOS INVITADOS de Manuel Gutierrez Aragón, que era la proyectada por la Filmoteca de Extremadura ese día (reportaje de LoQueYoTeDiga y Comentario sobre la misma), siguiendo por la gran favorita para los Oscars SLUMDOG MILLIONAIRE de Danny Boyle (reportaje LQYTD y Crítica de la misma con el fondo musical de Paper Plans y Jai Ho de su excelente BSO) y con la maravillosa EL LECTOR de Stephen Daldry (igualmente reportaje LQYTD y Crítica de la película, con la BSO de Nico Mulhy como fondo) y terminando el programa con un análisis de las principales categorías de los OSCARS 2009, incluyendo mis preferencias y utilizando como fondo musical extractos de las cinco esplendidas BSO nominadas en dicha categoría. Espero que lo disfruteis

1. TODOS ESTAMOS INVITADOS de Manuel Gutierrez Aragón

martes, febrero 17, 2009

EL LECTOR, Fascinacion, culpa, vergüenza

A veces ocurre que una película te ofrece tantas cosas que uno no sabe muy bien por donde empezar a escribir sobre ella. Podría empezar confesando que un tema que siempre me ha interesado mucho desde que tengo uso de razón y que El Lector aborda de una forma muy concreta es el alcance de la asunción de la culpabilidad por parte de los alemanes cuando se hicieron públicos los horrores del Holocausto cometidos por el régimen nazi. La connivencia con esos hechos, el difícil examen de conciencia que significaba haber vivido bajo ese régimen y demostrar no ya que se desconocía sino que no se participaba de forma activa o pasiva en ese horror, esgrimir la ignorancia o escudarse en la obligación del deber exigido o el cumplimiento de la legalidad entonces vigente para justificarse ante los demás y ante uno mismo es un tema apasionante e inagotable tratado con mayor o menor fortuna en multitud de obras que, sin embargo, no es el tema principal de El Lector.De la misma forma, podría hablar de El Lector como la historia de un hombre vencido por el peso de la primera relación sentimental importante que tuvo en su vida siendo apenas un muchacho; de la forma en la que siendo ya un adulto, se enfrenta al reconocimiento de su propio fracaso existencial, lastrado en lo afectivo por la sombra de aquella mujer madura que le hizo sentir por primera vez la fascinación del amor y el placer para abandonarle sin una explicación y enfrentarle años después a la dura experiencia de la revelación del terrible pasado de la mujer amada, unos hechos que obligan a hacerse la inevitable pregunta de hasta qué punto resulta lícito amar a una persona capaz de hechos abominables, inadmisibles para la propia conciencia. Un dilema irresoluble que ya no le abandonará mientras viva y marcará toda su existencia. Pero aun siendo otro de los elementos importantes de El Lector, tampoco creo que sea ese el tema principal de la película.
Podría, en fin, ceñirme al título del filme y centrarme en la forma en la que Stephen Daldry, director de Las Horas, vuelve a adaptar o quizás sea mejor decir adaptarse a un texto literario para sacar del mismo una muy hermosa reflexión sobre el poder de las palabras, la fascinación que puede ejercer la literatura en su variante oral, el estremecimiento que puede provocar en alguien que ama las historias que la persona que está a su lado le lea libros de Homero, Chejov, Mark Twain, D.H. Lawrence o incluso un cuento de Tintín, la hermosa intimidad que puede fraguarse entre quien lee y quien escucha, intimidad que lleva al sexo, al placer y al amor de forma natural. Y tirando hasta el límite de ese hilo, la terrible cuestión de fondo sobre cómo una sociedad devota del arte en todas sus manifestaciones, culta y brillante, pudo alumbrar a la bestia del nazismo. Pero, de nuevo, tampoco es ese en mi opinión el tema central de El Lector.¿Cuál es entonces el tema principal de El Lector? Esta película resulta tan estimulante en cuanto a la cantidad y a la profundidad de los temas planteados que cuesta encontrar una respuesta clara a esa delicada pregunta. Aun reconociendo la enorme importancia de todo lo hasta ahora descrito, para mí – y aquí el lector es perfectamente libre de discrepar conmigo y no le faltarán argumentos para ello - no es otro que las relaciones entre la vergüenza y la culpa, la angustia ante la obligación de aceptar la enormidad de lo realizado en el pasado y la imposibilidad impuesta de esgrimir la ignorancia como defensa ante esos hechos. No es, como pudiera parecer, una cuestión moral, es el producto de un miedo mucho más profundo.
El motor de El Lector es Hanna Schmitz, complejo ser humano interpretado de forma maravillosa por Kate Winslet en uno de los personajes más hermosos y difíciles de su carrera: ahí es nada salir triunfante en un papel que le exige la casi imposible tarea de hacer dolorosamente humano y cercano a una mujer rodeada de sombras, resultar igualmente creíble cuando se presta decidida al despertar sexual y romántico de su joven enamorado, con medidas dosis de crueldad y ternura, o en la fragilidad que revela su incomprensión ante aquellos que la juzgan por su pasado mientras quizás exoneran a los verdaderos culpables, no digamos ya en todo el hermoso proceso de aprendizaje que vive en el tramo final del filme cuando parece encontrar una ilusión para no dejarse derrotar definitivamente.Todo en El Lector me resulta fascinante. Es una de esas películas sobre cuyos aspectos más relevantes y la forma de ponerlas en pantalla por parte de Daldry y su guionista David Hare podría pasarme varios folios escribiendo, tal es su gusto por el detalle, el encuadre y el inteligente uso de recursos como la música de ese descubrimiento que supone Nico Mulhy. Pero, al igual que hace la película en más de un momento, me contendré y me limitaré a recomendarles que no dejen escapar la oportunidad de disfrutar de una más que notable película. Déjense seducir por su maravilloso arranque, por la calidez de esa fascinada y fascinante historia de amor que intercambia o mejor superpone sexo y literatura. Entren de lleno en la controvertida premisa moral que la película plantea sobre la vergüenza y la culpa. Acompañen a Michael y Hannah en ese improbable acto de doble redención que marca la parte final de la película, tan arrebatadoramente hermoso como en el fondo dolorosamente triste. Y si quieren, luego me cuentan. El Lector es una película mucho más grande de lo que cabe en este puñado de líneas.

lunes, febrero 16, 2009

SLUMDOG MILLIONAIRE, Un cuento chino, digo indio

Reconozco que tenía unas muy altas expectativas ante el último trabajo de Danny Boyle, autor irregular al que conviene reconocerle cierto mérito en su esfuerzo constante de cambiar de género casi con cada nuevo proyecto que acomete, si bien los resultados rara vez están a la altura de lo que se espera de ellos. Slumdog Millionaire, favorita según todos los indicios a salir triunfante de la próxima edición de los Oscars y multipremiada en los recientes Globos de Oro y Bafta, es una producción ciertamente exótica en su concepción pero que a estas alturas no debería llamarnos demasiado la atención. Al fin y al cabo que una producción occidental dirigida por un inglés se ruede en la India con un reparto y un equipo mayoritariamente hindú y que se atreva a estar hablada en hindi en su mayor parte no es sino un síntoma más de que eso tan difuso y tan presente que algunos dan en llamar globalización llega a todas las áreas. Por desgracia la globalización no deja de ser una peligrosa arma de doble filo: con el cuento de la multiculturalidad buenrollista a menudo nos pueden dar gato por liebre y vendernos como exótica innovación de largo alcance lo que es poco más que una superficial apropiación y estandarización de códigos culturales ajenos para consumo propio que puede resultar tan deslumbrante en su aspecto exterior como vacía de contenido.Veamos. Slumdog Millionaire parte de una premisa tan original como irresistible: la lógica curiosidad que produce que un chaval analfabeto procedente de un mísero barrio de Mumbay participe en la versión india del conocido concurso ¿Quién Quiere Ser Millonario? (versión malévola de nuestro Carlos Sobera incluido) y, respuesta tras respuesta, esté a punto de alzarse con el mayor premio del programa. ¿Cómo es posible? Desde el principio, la película se fragmenta en tres niveles temporales y narrativos con los que Boyle y su magnífico montador Chris Dickens juegan con enorme habilidad, enlazando pasado y presente de forma continua y otorgando al conjunto un interesante dinamismo que se apoya tanto en el estupendo trabajo de fotografía de Anthony Dod Mantle como en una potente banda sonora a cargo de A. R. Rahman que aunque a veces bordea el videoclip de diseño no pierde nunca de vista la historia que está contando.
Reconozco que en la descripción de la tremebunda infancia del protagonista por momentos me produce cierta incomodidad la utilización de la miseria al servicio del entretenimiento – sería curioso saber, como escribe Javier Tolentino en su blog, que pensaría un Ken Loach de esta forma de hacer cine - pero creo que a pesar del colorido general, Boyle consigue esquivar casi siempre los peligros del preciosismo de postal, de ese paternalismo que cabría esperarse de la vieja potencia colonial o el inadmisible regodeo en la miseria. Al contrario, tengo la sensación de que Boyle intenta desaparecer en el interior de una sociedad fascinante y desquiciada, llena de contrastes brutales y que la película trata por todos los medios de contagiarse de ese desenfrenado vitalismo.No, mis problemas con Slumdog Millionaire tienen que ver con algo tan fundamental como es la historia que me está contando y los personajes que la protagonizan. En el instante que la película entra en su segunda hora y se centra en la historia de amor que une los destinos de Jamal (un acertado Dev Patel) y Latika (una deslumbrante Freida Pinto) que debiera ser el motor de la película, tengo la sensación constante de asistir a un canibalismo feroz e indiscriminado por parte de Boyle y su equipo de muchas de las peores señas de identidad de los guiones de Bollywood: esquematismo en las relaciones entre personajes, simplificadas hasta límites sonrojantes, un maniqueísmo injustificable en el tratamiento de los mismos, exaltación del amor, por inocente e improbable que sea, como valor supremo capaz de superar todos los obstáculos... en fin, que el guión de Simon Beaufoy se despeña obligándonos a comulgar con situaciones cada vez más y más increíbles mientras Danny Boyle hace un tremendo despliegue de pirotecnia visual que se parece mucho a un denodado esfuerzo por distraer al espectador del fondo de lo que se le está contando y como un hábil prestidigitador, dejarles con el bonito y colorido envoltorio del vacío más insospechado.Me encontraba removiéndome incrédulo en mi butaca durante el tramo final de la película, preguntándome cómo era posible que una película tan imperfecta hubiera conseguido convencer a tanta gente y acaparar tantos premios en las últimas semanas, cuando en los títulos de crédito finales la pareja protagonista acometió el inevitable número de baile made in Bollywood a los sones de la pegadiza Jai Ho. Entonces comprendí que quizás el motivo último del éxito de Slumdog Millionaire tenga que ver con su simple condición de cuento de hadas romántico con el toque exótico justo para parecer diferente y novedoso, sin serlo en el fondo. Y recordé que fue en la época de la Gran Depresión cuando mayor auge alcanzaron aquellos musicales clásicos que te vendían sueños, ilusiones y un mundo mejor que el de ahí fuera. Imagino que entonces la gente salía reconfortada del cine y más dispuesta a enfrentarse con sus miserias cotidianas. A lo mejor es la simple necesidad de que nos vendan un cuento chino, digo indio.

jueves, febrero 12, 2009

FILA 7: Los Girasoles Ciegos, Slumdog Millionaire, El Lector, Benjamin Button

Programa de cine Radio Forvm (107.4 FM) del Jueves 12 de Febrero del 2009, presentado por un servidor con la presencia telefónica de Jose Antonio Gama.

Contenidos:

1. Presentación y LOS GIRASOLES CIEGOS. La película del jueves de la Filmoteca de Extremadura, quince nominaciones a los Goya y solo obtuvo el de Mejor Guión Adaptado - de forma un tanto incomprensible en mi opinión, pero en fin... -. Incluye comentario de la misma. El tema que suena, Cigarettes, es de la BSO... de Camino :-P

01 FILA7 12 02 09 Pres y GirasolesCiegos - David Garrido


2. Estreno: SLUMDOG MILLIONAIRE de Danny Boyle. Diez nominaciones y haber arrasado tanto en los Globos de Oro como en los recientes premios Bafta avalan a la máxima favorita de cara a los próximos Oscars. Dos temas de la estupenda BSO de A.R. Rahman en este reportaje: Mausam and Escape y la divertida Paper Plans


02 FILA 7 12 02 09 SLUMDOG MILLIONAIRE - DavidGarrido


3. Estreno: THE READER de Stephen Daldry. Otra de las nominadas a Mejor Película - además de otras cuatro nominaciones. Dos audios del filme (atención al primero, que su final mola) y dos temas de la hermosa BSO de Nico Mulhy para el comentario de Jose Antonio Gama

03 FILA 7 12 02 09 EL LECTOR - David Garrido


4. LQYTD: EL CURIOSO CASI DE BENJAMIN BUTTON. Como de costumbre, nos aprovechamos impunemente del reportaje de nuestros compañeros de Lo Que Yo Te Diga de la SER para recordar un estreno de la semana pasada que aun está en cartelera

04 FILA 7 12 02 09 B. BUTTON LQYTD - David Garrido


5. BENJAMIN BUTTON: Crítica del filme de David Fincher, con los temas de la BSO de Alexandre Desplat Mr. Gateau y Love in Murmansk.

05 FILA 7 12 02 09 B. BUTTON Critica - David Garrido


6. BENJAMIN BUTTON: Coloquio. Intercambio de impresiones con Jose Antonio Gama sobre la misma película y despedida del programa de hoy a los sones de otro hermoso tema de su BSO, Sunrise on Pontchartrian

miércoles, febrero 11, 2009

EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON, Reflexiones sobre la mortalidad y el tiempo

David Fincher consiguió desconcertar a todo el mundo hace un par de años con Zodiac, película deslumbrante para unos – entre los que me encuentro - y desconcertante para otros, que no acabaron de comprender muy bien la evolución del director de obras tan lineales y comprimidas como The Game o La Habitación del Pánico. Sin embargo, el autor de las muy perturbadoras Seven y El Club de la Lucha ya había dado muestras en todas sus primeras obras de ser mucho más que un poderoso forjador de imágenes. Si se analiza con cierto cuidado, el universo Fincher está compuesto de un sinfín de elementos melancólicos cuando no decididamente sombríos diseminados aquí y allá que llevaban mucho tiempo hablándonos de un autor con una visión pesimista de la existencia. Zodiac supuso para Fincher un gran paso adelante: sacrificó hasta tal punto los códigos narrativos y el desarrollo de la trama en su búsqueda de plasmar el estado de ánimo de unos personajes envueltos en un misterio tan irresoluble como frustrante y, en consecuencia, el de toda una ciudad - léase sociedad - en una determinada época que aun hoy muchos dudan entre considerar Zodiac como una obra maestra o una elaborada tomadura de pelo.
Y en esas estamos cuando, probablemente para incluso un mayor desconcierto, nos llega El Curioso Caso de Benjamín Button, que a primera vista parece una película académica, de corte clásico, lineal y grandilocuente, material oscarizable con estrellas cotizadas en su reparto, una premisa sugerente y una emotiva historia de amor en su interior. Pero las apariencias engañan, y si hablamos de David Fincher aun mucho más. Hasta tal punto que creo que Benjamín Button es, bajo todo ese ropaje luminoso, una película sombría sobre la soledad, el paso del tiempo, la imposibilidad de retener los escasos momentos felices y el duro precio que a veces hay que pagar por ellos y por supuesto, sobre la muerte. Del relato corto de F. Scott Fitzgerald apenas queda la premisa inicial, el relato de un hombre que nace siendo anciano y se hace progresivamente más joven según van pasando los años, un personaje que no es sino una anormalidad, una jugarreta del destino, un hombre desincronizado cuya peculiar situación, haciendo realidad el viejo deseo de Mark Twain de acumular años de sabiduría en un cuerpo joven y vigoroso no le servirá para escapar a las mismas frustraciones y sinsabores que la vida nos depara al resto de los mortales. Y aunque Benjamín Button lo sobrelleva bien porque, como él mismo afirma, no puede expresar lo que se siente rejuveneciendo con el paso de los años ya que “no conoce otra cosa”, su singularidad le convierte en un personaje trágico pese a que vive su vida con intensidad y consigue, a ratos, disfrutar de una cierta felicidad. Como todos nosotros. He ahí una de las claves para entender el alcance de la inteligencia de la propuesta de Fincher y su guionista Eric Roth: B. Button puede ser un hombre excepcional pero sus deseos, sus vivencias, sus ansias de felicidad y sus frustraciones no se diferencian demasiado de las nuestras, por lo que su carácter extraordinario se diluye en una vida que, objetivamente analizada, no deja de ser tan convencional como cualquier otra.En toda la filmografía de David Fincher planea de una u otra forma la sombra de la muerte, pero en ninguna otra se llega a los extremos que el director alcanza en Button, incluso desde la misma concepción de su estructura narrativa. Arranca con un prólogo brillante – la historia del reloj de la estación de tren y su creador, ya desaparecido, cuya motivación para hacer que el segundero gire en sentido inverso no es otra que recuperar a su hijo muerto en la I Guerra Mundial – en apariencia desligado del resto del filme y que se justificará en un último plano de largo alcance poético; Fincher adopta el punto de vista narrativo de una anciana, Daisy, agonizante en una cama de un hospital de Nueva Orleáns mientras fuera está a punto de desatarse la furia del huracán Katrina y del propio Button, igualmente desaparecido, a través de los diarios que lee Caroline, la hija de Daisy, en un ejercicio de continuos flashbacks que proporcionan al director la excusa ideal para dotar a la película de un aire onírico, irreal, que se justifica porque la realidad que vemos pudiera no ser tal sino los recuerdos de Daisy o la forma de visualizar los mismos de Caroline, una hábil forma de disimular la amargura vital que el filme transmiteYa sea en la infancia del personaje (en un asilo, nada menos, conviviendo con la muerte de forma habitual), en sus primeras experiencias laborales (su barco acaba participando en la II Guerra Mundial, con consecuencias funestas) o sentimentales (tanto el desarrollo de su aventura clandestina con Elisabeth en ese hotel desolado como su abrupto final desprenden una enorme tristeza) la película tiene así un constante hálito trágico que impregna todos sus planos por luminosos que estos sean, como una sombra permanente de la que uno a duras penas puede deshacerse. Incluso la parte más optimista del filme, aquella en la que Benjamín y Daisy viven su amor de forma intensa y despreocupada, viene precedida de un par de terribles desencuentros que condenan a la frustración y a la soledad a sus protagonistas durante muchos años y pese a su reencuentro, como el espectador sabe, ese amor desembocará por fuerza en una historia imposible, condenada de antemano al fracaso, que se escurre de forma implacable entre sus dedos hasta hacer inútiles o carentes de sentido sus esfuerzos.El Curioso Caso de Benjamín Button es una película notable, muchísimo más compleja de lo que parece a simple vista, en la que Fincher demuestra una vez más su impresionante talento tanto a nivel puramente narrativo o descriptivo como en la composición de ciertos planos de gran belleza. Sin embargo no faltarán quienes renieguen de ella por sus peligrosos coqueteos con la sensiblería de postal (que los hay, pero a los que yo contrapondría toda la parte final de la película, cuya brevedad en comparación con la detallada infancia de la primera parte se debe sin duda a su crudeza, con situaciones y planos tan bellos y evocadores como, en el fondo, terribles), por la inacabable disputa acerca de los discutibles valores narrativos de una reiterativa voz en off que en por momentos resta fuerza poética o dramática a las poderosas imágenes de Fincher, por algunas libertades narrativas de dudosa eficacia (la secuencia bélica o el encadenamiento de situaciones que precede al atropello que parecen pertenecer a otra película) o, en fin, por las lógicas y quizá algo injustas comparaciones con otro de los libretos anteriores de Roth, Forrest Gump, película en la que no por casualidad resulta imposible no pensar en demasiados momentosPero en cualquier caso pesan mucho más los aspectos positivos del filme: su capacidad de sugerencia es innegable, posee sutileza y un envidiable gusto por el detalle, emociona pese a su previsible resolución y se apoya en unos excelentes trabajos de Brad Pitt y Cate Blanchett – mejor ella, convincente en todas sus edades – al frente de un ajustado reparto y en la envolvente BSO de Alexandre Desplat para construir una interesante película que reflexiona en tono bastante amargo y a ratos algo desmedido sobre el paso del tiempo, la mortalidad y la enorme dificultad que entrañan esos breves instantes de felicidad, tan esquiva aquí como en cualquier película de, digamos, un Wong Kar Wai.