martes, noviembre 27, 2007

II Festival de Cine de Mérida: Arrancamos

No creo que haga falta decir mucho más: en ese cartel sin texto, con ese magnífico fauno encerrado entre las columnas del Templo de Diana y rodeado por todas partes de cintas de celuloide se encierra la ilusión, el esfuerzo y la pasión de mucha gente, pero especialmente del que escribe estas líneas. Hoy hemos presentado ante los medios la programación del que espero sea un Festival espléndido, un Festival que inunde Mérida de cine y que permita a aquellos que de verdad se atrevan a sumergirse por completo en él vivir parte de las experiencias que un servidor ha vivido en los últimos años en sitios como Valladolid, Huelva, Sevilla o Granada.


En esta estupenda web que subimos ayer mismo, además de las presentaciones que Angel Briz y un servidor hemos hecho para empujar a la gente a que llene la sala del Centro Cultural Alcazaba, se encierra información más que suficiente sobre las siete películas inéditas que componen la programación de la Sección Oficial a Concurso, los cuatro estupendos títulos de la Sección Inmigración y Tolerancia que bien podrían por sí mismos haber formado un Festival como el que hicimos el año pasado, los tres títulos que componen la Sección Infantil de Cine y Naturaleza o los cortos inéditos de jóvenes realizadores extremeños que abrirán fuego el próximo 8 de Diciembre. La visita del equipo de Lo Mejor de Mí. Y de postre una gala de clausura que promete grandes emociones.

Queda mucho, mucho trabajo por hacer: 5000 revistas por imprimir y repartir por todas partes, medios a los que atender, carteles por distribuir, unos bonos de apenas diez euros que dan derecho a ver todo el Festival que hay que empezar a vender y, antes de todo eso, una reunión de socios del Cine Club mañana martes a las 20:00 en la UNED, imprescindible para contar con la colaboración y el apoyo de los socios que necesitamos para llevar este proyecto ilusionante a buen puerto. Pero ahí estamos, decididos a salir airosos.

Como Director de Programación, estoy deseando que las películas que he seleccionado con no poco esfuerzo se encuentren con el público, sean vistas por cuanta más gente mejor y ver las caras de la gente cuando salgan de todas y cada una de las proyecciones. Estoy convencido que no saldrán decepcionados: va a ser un gran Festival.

No digo más por hoy. Tiempo habrá. Os invito, eso si, a pasearos por el gran trabajo que ha hecho sin apenas tiempo mi amigo Paco Nuñez (¡como me gusta que seas participe de esto, Paquito!) y disfrutar con los contenidos de la web que representa nuestro Festival. Entramos en la recta final y hay nervios... pero estoy seguro que esto va a salir bien.

domingo, noviembre 11, 2007

De Vuelta en Casa. Palmarés Sevilla 2007

Heme de vuelta en casa tras mi periplo festivalero de Valladolid y Sevilla - 52 películas en 16 días, esto es para hacerselo mirar seriamente... - y sin saber muy bien como voy a reaccionar mañana cuando suene el despertador y en lugar de ir al sempiterno pase de prensa aparezca de nuevo en la oficina de un proyecto en el que, durante mi ausencia, se han cargado a 36 de los 42 miembros del programa por aquello de que el nuevo equipo político entrante quiere borrar las huellas de su antecesor, no vaya a ser que sigamos haciendo las cosas bien y no puedan apuntarse el tanto las nuevas. Hay que joderse. Eso sí que es una película de terror y no El Orfelinato o Rec. Como me dejen a solas en una habitación con cierta directora general que yo me sé voy a llamar a un par de negros empapados en crack y vamos a tener una bonita fiesta... y eso que debería estar contento porque al fin y al cabo he salvado el cuello, pero va a ser que no, miratú

En fin, miserias cotidianas y duros aterrizajes en la fría realidad aparte, dejar constancia que el Jurado del Festival de Cine Europeo de Sevilla no se ha complicado mucho la vida:

Giraldillo de Oro: IT'S A FREE WORLD de Ken Loach

Giraldillo de Plata: MI HERMANO ES HIJO ÚNICO de Daniele Luchetti

Premio Especial del Jurado: ALEXANDRA de Alexander Sokurov y DU LEVANDE de Roy Andersson

El único premio con el que estoy al 100% de acuerdo es con el de Du Levande - ayer la vi por segunda vez en buena compañía y me gustó aun más que la primera vez, en el pase de prensa - la mayor marcianada vista en el Festival, original y divertidísima visión de la vida nórdica para quien guste del humor absurdo alla Kaurismaki y similares. La de Loach me parece una buena película que hay que ver y es cierto que estaba entre lo mejor visto en la Sección Oficial pero en mi opinión había algunas más redondas (que Irina Palm no esté en el palmarés me parece francamente injusto). Lo de Sokurov y su peculiar Alexandra pues también puedo entenderlo, aunque no lo comparta demasiado y lo que me parece un completo exceso es darle el segundo premio del certamen a Mi Hermano es Hijo Único, una peliculilla amable que se deja ver bien pero que vive por completo a la sombra de La Mejor Juventud. Nostá mal, vaya, pero...

La crítica ha premiado Al Otro Lado de Fatih Akin por su bien tramado guión y el público ha premiado una peli israelí, La Burbuja, que no pude ver porque la pasaron solo los dos primeros días del Festival y claro, servidor estaba en Valladolid y viajando hacia Sevilla. Claro que en mi es tradición: llevo tres años yendo a Sevilla y jamás he visto en la sección Europa, Europa la peli que premia el público, siempre está entre las que no he podido ver. Y conste que no lo hago a propósito.

Asi pues, vuelta a la rutina. Han estrenado en Mérida Leones por Corderos, Elisabeth: La Edad de Oro y El Hombre de Arena - por cierto, creo que se montó un buen pollo con las niñas tirando vallas al intentar meterle mano al Hugo Silva en el preestreno del pasado Jueves en El Foro con el equipo de la peli... - así que material para combatir el síndrome de abstinencia no me va a faltar. Tengo pendiente además surtir de fotos los un poco áridos últimos posts y sobre todo, a ver si puedo de una maldita vez cerrar del todo esa programación del II Festival de Cine Inédito de Mérida que estoy deseando anunciar a bombo y platillo por aquí. Mañana es un día clave para ello.

viernes, noviembre 09, 2007

SEVILLA Crónica 3: El Viaje de Iszka, Du Levande, Ulzhan, Yo Serví Al Rey de Inglaterra

EL VIAJE DE ISZKA de Csaba Bollok (Hungría). Película durilla ésta. Por temática y por la puesta en imágenes de la misma, abusando de ese estilo naturalista, sucio y de tono cuasi documental para enfatizar su realismo, un poco en la senda de cierto tipo de películas que nos han llegado en los últimos años de países del Este, como la polaca Plaza Salvador que se presentó en la Seminci. Esta película nos cuenta la peripecia de una niña de doce años de aspecto algo andrógino y modales de chicazo - tardas media hora en darte cuenta de que se trata de una chica – que intenta salir adelante como puede en medio de un ambiente terrible: familia desestructurada, padres pobres y bebedores, malos tratos, internamientos en centros de acogida y todo lo que ustedes pueden imaginar y más. La chavala es inteligente y se busca las vueltas para no caer en el pozo, pero tiene demasiadas circunstancias en contra: acabará presa, sin comerlo ni beberlo, de las deleznables mafias de prostitución ilegal que trafican con mujeres de países del este de europa engañadas con la promesa de una vida mejor en Occidente. Podría haber funcionado, pero la historia resulta tan sabida, el esquema es tan previsible y la estética resulta tan cansinamente feísta que la película ni atrapa ni emociona, quedándose en tierra de nadie, pese al buen trabajo de los actores en general y de la joven protagonista en particular. Con este tipo de películas, que ya casi son en sí mismas una fórmula, se está cayendo en el riesgo de hacer que obviemos, por repetición, problemas muy serios contra los que siempre deberíamos estar en guarda.

DU LEVANDE de Roy Andersson (A Vosotros, los Vivos, Suecia) La propuesta más delirante y marciana de toda la Sección oficial. Un conjunto de estampas de la vida cotidiana de un puñado de personajes que aparentemente nada tienen que ver los unos con los otros rodadas en unos insobornables planos fijos que desgranan todo el absurdo, el surrealismo, la soledad, las ilusiones y la desesperación de sus personajes. Contiene al menos dos secuencias antológicas que ya de por sí hace que vale la pena verla, dos sueños en los que juegan un papel importante una vajilla antiquísima de mucho valor y una casa rodante con un guitarrista dentro marcándose unos solos impresionantes mientras la casa se aleja lentamente. Supongo que a muchos les parecerá mortalmente aburrida, pero la película que ha seleccionado Suecia para los Oscars (¡con dos huevos!) no debería irse de vacío de este festival: es tal su sentido del riesgo y su apuesta por lo diferente – no se pierdan el peculiar uso de la música y el ritmo que le da a la película la repetición de ciertas constantes como el anuncio de la última ronda en un bar – que Du Levande se convierte por derecho propio en esa película a contracorriente, original, que todo el mundo espera descubrir en un festival de estas características. El plano final, de una sorna considerable a la vez que enlaza a la perfección con la primera secuencia, cerrando un círculo espléndido, resulta cuanto menos chocante. Para aventureros y amantes de descubrir propuestas marcianas y diferentes en una sala.

ULZHAN de Volker Schlondörff (Alemania) Un francés hierático, con ganas de estar solo y presumiblemente autodestruirse – estupendo Philippe Torreton – se mete nada menos que en Kazhajistán en un viaje a ninguna parte del que no espera regresar. No tiene muy claro qué quiere ni nosotros sabemos las causas de su extravagante comportamiento pero el caso es que el tipo sigue hacia delante, perdiéndose cada vez más en el interior del Asia Central, en la estepa. Por el camino se topará con una especie de chamán iluminado y con una profesora de francés kazaja (la Ulzhan del título, una mujer de lo más interesante en todos los sentidos) que tratarán de conseguir que el francés se reenganche a la vida. La última película del director de El Tambor de Hojalata y el Séptimo Día es un experimento críptico, aburrido y bastante indigesto. Aunque tiene imágenes poderosas (¡Esa capital, Astana, surgida de los petrodólares en mitad de la nada que se asemeja a Gotham City de puro irreal!) y a ratos sugiere cosas, resulta demasiado críptica para un espectador que no puede llegar a entender en primer lugar lo que pasa por la cabeza de su personaje principal más allá de sus ansias autodestructivas y, sobre todo, por qué elige un país tan ajeno y una forma tan extravagante de desaparecer del mundo. Hay mucho paisaje fordiano, algo de épica aventurera y comunión con la naturaleza, pero también filosofía barata, papanatismo new age y comportamientos literalmente increíbles. Vaya, que al señor Schlondorff le ha dado por experimentar y la cosa le ha salido demasiado extraña. Ni emociona, ni hace reflexionar: provoca aburrimiento e indiferencia hacia unos personajes que te importan más bien poco. Prescindible.

YO SERVÍ AL REY DE INGLATERRA de Jiri Menzel (Republica Checa) El homenajeado director de Trenes Rigurosamente Vigilados nos ha regalado la película más hedonista y deliciosa del Festival, una obra aparentemente ligera y fácil que esconde mucha sabiduría cinematográfica y una auténtica declaración de principios sobre abandonarse lo más que se pueda al placer de los sentidos: en el festival no se ha visto otra película en la que las mujeres sean más hermosas, los platos más apetitosos, las bebidas más sugerentes y el sexo o más bien su jugueteo alrededor del mismo más desenfadado: sales de la sala con unas ganas de comer, beber y hacer el amor de lo más sanas. Jan Díte, un ambicioso joven (el actor Ivan Barnev, una maravilla de expresión gestual chaplinesca que a ratos parece la reencarnación del mismísimo Stan Laurel) rememora sus experiencias antes de la II Guerra Mundial y durante la ocupación alemana. La narración de su juventud se entrecruza con la de su vejez en un pueblo fronterizo abandonado cuyos habitantes alemanes fueron expulsados tras la guerra. Sin embargo, una joven de clase obrera alterará su tranquilidad; la juventud y vitalidad de ésta traerán a la memoria del protagonista las aventuras amorosas que vivió en su juventud. Miren, yo de mayor quiero tener la misma vitalidad y el mismo afán de apurar la vida que demuestra Jiri Menzel en esta película: la manera de apostar por el placer en su espectro más amplio, la elegancia con la que está rodada, su sentido del humor (aunque trata temas algo serios, es ante todo una comedia) y sobre todo su desmesurado hedonismo la hacen una de las experiencias más refrescantes del Festival, sobre todo tras tanta película densa con afán de trascendencia, argumento desolador y visión dramática de la existencia. Puede que su aparente ligereza la saquen del Palmarés (los Jurados suelen ser dados a premiar las obras “serias”) pero la representante Checa a los Oscars es una estupenda película que yo recomiendo fervientemente.

Mañana los premios: servidor cree que no deberían quedarse fuera de los mismos Irina Palm e Izgnanie y, ya en un segundo plano, Du Levande, Al Otro Lado y Yo Serví al rey de Inglaterra. No entendería mucho que premiaran Ulzhan, El Viaje de Iszka, La Chica Cortada en Dos o Déjate Caer y el resto ahí está, entre ambos grupos pero por encima del aprobado. Creo con toda sinceridad que hemos tenido una Sección Oficial de un nivel más que decente en el que además creo que no hay ninguna película de esas que piensas que demonios hace a concurso. A todo esto he de decir que no he visto la ultima de Rivette, Ne Tochez pas la Hache ni la representante portuguesa A Outra Margem de Luis Felipe Rocha, con lo que es más que probable, siguiendo la Ley de Murphy y la estela de la Seminci, que les caiga algo en el palmarés. Bueno, me mojo:

Giraldillo de Oro: Irina Palm
Giraldillo de Plata: Izgnanie
Premio especial del Jurado: Du levande

Hala, me piro al cóctel de turno, que hay que apurar los últimos días. La peli de clausura de mañana es The Man From London de Bela Tarr (a esta si que le tengo cierto respeto) y aun me dará tiempo a ver alguna cosita más por la tarde. Ya os cuento.

jueves, noviembre 08, 2007

SEVILLA Crónica 2: 4 MESES, 3 SEMANAS Y 2 DIAS, IRINA PALM, IZGANIE, LA CHICA CORTADA EN DOS, AL OTRO LADO, ALEXANDRA

4 MESES, 3 SEMANAS Y 2 DIAS de Christian Mungiu. Acojonante. funciona por puro aplastamiento de la enorme tensión que es capaz de generar en el espectador, atónito ante la peripecia de dos chavalas en la Rumania de Ceaucescu que se buscan la vida para conseguir abortar de forma clandestina en un país terrorífico. Es como una película de los Hermanos Dardenne, pero aun más angustiosa. Una puesta en escena despojada y demoledora, un guión férreo, unas interpretaciones impresionantes y la sensación de angustia que no se te quita durante todo el film y en las horas posteriores. A mi me dejó tan KO que no pude ver las dos pelis siguientes que tenía programadas. No perdérsela cuando llegue a las salas, que es de lo mejor del año...

IRINA PALM de Sam Garbarski. Para mi la mejor de la Sección Oficial - la rumana no compite - hasta la fecha. Es una historia deliciosa sobre una señora de cierta edad (Marianne Faithful, espléndida) que para conseguir pasta para salvar la vida de su nieto enfermo se mete a trabajar en un local de alterne haciendo pajas a clientes que meten su sexo por un agujero en la pared (!!!) Está contada con tal elegancia y tal sensibilidad que lo que podría haber resultado grotesco da lugar a una obra de lo más interesante y resultona. Parece increíble que con semejante tema Sam Garbarski haya conseguido realizar una película que en el fondo resulta de lo más convencional, pero indudablemente bien hecha. Tiene un encanto muy particular y hará las delicias de muchos por su fino sentido del humor y lo bien resuelto que está su guión, que pese a resultar algo previsible en su tramo final, ata bien los hilos que va desarrollando a lo largo del metraje. Apuntadla, que vais a pasar un buen rato en el cine. Además, para mi que pilla premio... Es de las propuestas más sólidas que hemos podido disfrutar en la Sección oficial


IZGANIE de Andrei Zvyagintsev. Me la dormí a ratos - era mi quinta del día -, así que mi opinión hay que cogerla con pinzas. Aun así, me parece una película más que notable, de esas que hay que ver porque es arriesgada, diferente y quizás hasta innovadora. Es una historia de ritmo lentísimo sobre una pareja en crisis que se va a al campo a ver si recompone su relación. Visualmente es fascinante, pero a la mayoría le va a crispar los nervios porque en muchos pasajes parece que no pasa absolutamente nada. Es más, para mi que el autor de El Regreso se tira a propósito la primera hora intentando hacer una criba y echar a patadas de la película al espectador poco paciente, toda una prueba de resistencia. Si se aguanta bien, se puede encontrar una hermosa recompensa. Tiene una resolución algo críptica, pero si la peli no te ha echado a esas alturas, puedes cogerle una lectura de lo más interesante, un poco en la línea de las buenas películas de Shyamalan, las que obligan a rebobinar lo que has visto hasta ese momento a la luz de lo que se cuenta en el último tramo, pero sin trucos fácilones. No la recomiendo si no sois cinéfilos con cierto callo, que me podéis matar, pero os aseguro que yo pienso recuperarla algún día que esté más despejado... Creo que merece mucho la pena. Para mi, es candidata al Premio Especial del Jurado.


LA CHICA CORTADA EN DOS de Claude Chabrol. Esta es el reverso tenebroso de lo que decía hace unos días de la de Ken loach: me parece lo peor que ha filmado el maestro francés en lo que va de siglo. La historia de una niñata (jugosísima Ludivine Sagnier) que se enamora de un escritor maduro de éxito pero que al ser abandonada por éste se echa en los brazos de un insoportable heredero rico perpetrado en lugar de interpretado por el aun más insoportable Benoit Magimel carece no ya del más mínimo interés, sino de las toneladas de ironía y de mala leche que siempre caracterizan a Chabrol. Se reconoce que es suya, claro, porque los dardos van donde siempre pero le pasa lo que muchos opinan de Cassandra's Dream, que es tan flojita que casi se diría que la ha hecho otro. Decepcionante.

AL OTRO LADO de Fatih Akin. El autor de Contra la Pared vuelve de nuevo a jugar la carta de su doble nacionalidad turco/alemana para construir una historia de vidas cruzadas y casualidades del azar que afectan a alemanes de origen turco que vuelven a Estambul en busca de su raíces y a turcos que emigran a Alemania para verse de nuevo obligados a regresar a su país de origen. Akin construye un guión bien hilvanado que une levemente las vidas de sus personajes y consigue extraer algún que otro momento de emoción genuina, aunque parezca siempre al borde de perder el control de lo que cuenta. La peli funciona bien como mirada sobre las complejas relaciones entre las dos culturas y los fuertes vínculos capaces de crearse entre los miembros de una u otra y tiene una resolución francamente hermosa con uno de los mejores planos vistos hasta el momento en el festival, sencillo pero lleno de emoción y hasta poesía. No tiene la desgarradora fuerza de Contra la Pared, claro, pero es una buena película. Ojo, que ésta también huele a premio.

ALEKSANDRA de Alexandre Sokurov. Muy curiosa mirada del autor de El Arca Rusa al conflicto de Chechenia: su forma de acercarnos al mismo es a través de una abuela que se introduce en un campamento militar ruso en territorio checheno para encontrarse con su unica familia, un nieto al que no ve desde hace siete años. La presencia de este auténtico elemento extraño en ese universo militar de rígidas reglas y alejado de casa provoca no poca perturbación entre los soldados afectados de nostalgia y perdidos sin saber que pintan en ese auténtico territorio ocupado. Además, como a la buena señora le da por confraternizar con las civiles chechenas cuando va al mercado en busca de provisiones, Sokurov aprovecha para servirnos en bandeja una mirada amable a la vez que peculiar sobre la forma en que hombre y mujeres ven no solo éste, sino todos los conflictos. Es austera, de ritmo cadencioso que cansará a muchos, pero la verdad es que a mi me ha interesado, aunque reconozco que a muchos puede parecerle un tostón de mucho cuidado. Eso sí, la escena en la que el nieto mesa los cabellos de su abuela sentada en una silla es de las secuencias más tiernas (que no ternuristas) que he visto en tiempos.

Más en próximas crónicas. Que conste en acta que solo estoy reseñando lo que creo que acabará por estrenarse en las salas, porque las tardes en el Nervión con las películas de las secciones paralelas están siendo de lo más intensas...

martes, noviembre 06, 2007

SEVILLA 2007 Crónica 1: DÉJATE CAER, IT'S A FREE WORLD, ADAMA MESHUGA, MIHERMANO ES HIJO ÚNICO, GEGENÜBER

A vuelapluma. Así voy a tener que montármelo en estas crónicas desde una Sevilla en la que luce el sol como si estuviéramos en pleno junio. Esto de llegar rebotando desde Valladolid tras un par de paradas obligadas en Cáceres y Mérida y tener que cambiar del Melia Sevilla donde he estado alojado dos días – gentileza de una invitación personal de Manolo Grosso, director del festival, que es todo un detalle por su parte - a una pensión en el barrio de Santa Cruz me ha descolocado de tal forma que durante tres días consecutivos no he tocado el teclado. Así que hoy toca acto de contrición, pasar la tarde encerrado en la Sala de Prensa en lugar de en el Nervión Plaza descubriendo cosas entre las múltiples opciones que sigue ofreciendo este Festival lleno de secciones interesantes y poneros al día, al menos, de las películas de la Sección oficial que he visto hasta el momento. Siento ser más pedestre que de costumbre y no poder embellecer algo estos comentarios con fotos y carteles de las películas que comento – lo haré a posteriori en Mérida, cuando termine este maratón – pero es que os aseguro que no tengo apenas tiempo de nada: voy corre que te corre de las proyecciones del Lope de Vega a las del Nervión Plaza sin apenas tiempo para comer y de allí a casita a descansar y coger fuerzas para otro día sin apenas tiempo para digerir como se debería todo lo que se va viendo, pero así es la vida del cronista que pretende abarcar lo más posible.

DÉJATE CAER de Jesús Ponce (España).

El sevillano Jesús Ponce, autor de esa maravillosa película llamada 15 Días Contigo, ha conseguido todo el apoyo del Festival al presentar al frente de su muy numeroso y entusiasta reparto su segundo filme, Déjate Caer, una comedia amarga alrededor del difícil tránsito a la edad adulta que encarnan una serie de jóvenes ya talluditos que poco a poco se van dando cuenta que eso de pasarse las horas muertas en una plaza bebiendo cerveza y comiendo palmeras de chocolate mientras reflexionan en voz alta sobre el sexo, el trabajo, las broncas familiares, su falta de perspectivas, en fin, sus miserias cotidianas pues no puede durar para siempre: ya sea porque aparece una novia en el horizonte que te obliga a replantearte tus prioridades, ya sea porque necesites independencia económica porque quieres evitar que tus padres te sigan tocando los cojones o porque hay que echar un par de ídems para conseguir a la moza que andas persiguiendo, el caso es que la vida adulta acecha a la vuelta de la esquina y no está para tonterías.

La peli de Jesús Ponce es difícil de clasificar. Por un lado posee una innegable gracia, fruto del buen oído de su director para los diálogos y las situaciones surrealistas que se van desarrollando en pantalla. Por otro resulta tan voluntariamente localista – según ese viejo y muy respetable principio de tratar temas universales sin salir de tu propio barrio y de lo que mejor conoces – que su propuesta inequívocamente sevillana puede descolocar a más de uno. Al fin y al cabo, Déjate Caer se complace en perpetuar una serie de tópicos sobre los andaluces que no se yo hasta qué punto pueden ser reales o con los que pueden sentirse identificados los destinatarios del filme. Alguno anda por aquí bastante cabreado con la película por ese motivo. También es verdad que la deriva de esa comedia que pretende funcionar por pura acumulación de frase divertida tras frase divertida alrededor de situaciones cotidianas fácilmente reconocibles (un poco en la línea de Tapas, por poner un ejemplo relativamente reciente) hacia temas mucho más serios como el forzado tránsito a la edad adulta que viven sus protagonistas no acaba de cuajar en una propuesta redonda, sino que es puro desequilibrio. Déjate Caer es una montaña rusa en la que a ratos uno se lo pasa francamente bien con las cuitas de sus protagonistas y el arte que tiene Jesús Ponce para arrancarte la sonrisa, pero también tiene multitud de situaciones dramáticas pésimamente resueltas, baches narrativos del tamaño de un camión y algún que otro exceso perfectamente prescindible. Lástima, porque está muy lejos de la brillantez de su excelente ópera prima.

IT’S A FREE WORLD de Ken Loach.(Gran Bretaña)

El mayor azotador de conciencias del cine actual y su compinche habitual en estas lides Paul Laverty han fijado su mirada en el desolador panorama de la inmigración y aquellos que se benefician de manera despiadada de la misma construyendo una más que aleccionadora parábola a través de un personaje, Angie, que una vez que es despedida de la empresa de trabajo temporal que abastece a las distintas empresas que buscan mano de obra barata y complaciente, decide instalarse por su cuenta y poner en marcha su propia empresa de trabajo temporal. Al principio podría pensarse que Angie tiene una idea del negocio que casi se podría considerar como un servicio a la comunidad y a la sociedad, ya que sirve de puente entre las empresas que necesitan esa mano de obra barata y esos desesperados que necesitan un trabajo, cualquier trabajo, para salir adelante en este mundo tristemente globalizado. Sin embargo según la empresa va creciendo y se multiplican los beneficios, comprobamos que Angie no es sino la pieza más de un mecanismo francamente siniestro que devora cuantas buenas intenciones haya en el camino y solo se rige por el dinero y el beneficio.

La denuncia de la película de Loach está construida de forma inteligente, resultando sumamente efectiva. Como siempre pasa con su cine, uno perdona las debilidades de la propuesta – que hay unas cuantas, empezando por el personaje principal, cuyas contradicciones son tan tremendas que puede pasar de ser una madre teresa acogiendo ilegales en su propia casa a una auténtica hija de puta despiadada en busca de beneficios, sin que dicho proceso esté del todo bien explicado – por la necesidad de que existan filmes como éste que nos recuerden de forma constante que detrás de las comodidades que disfrutamos diariamente hay otras realidades en forma de batallones de desposeídos que se encargan de todas esa tareas que a nosotros nos repugna hacer, pero que son esenciales para que el sistema funcione.

Quizás estemos ante la película más sólida de la filmografía de Loach en lo que va de siglo – anda ahí, ahí con Sweet Sixteen y desde luego es bastante superior a la mucho más maniquea El Viento que agita la Cebada que le valió una sorprendente y discutible Palma de Oro en Cannes el año pasado – no porque hable de cosas desconocidas sino que lo hace con una precisión y una frialdad expositiva que sacude lo suyo al espectador. Muchos dirán, no sin cierta razón, que no deja de ser más de lo mismo y que tampoco aporta gran cosa a lo que Loach lleva tratando en su cine desde hace años. Me parece bien y puedo comprenderlo, pero para este cronista las películas de Loach son muy importantes por motivos que van mucho más allá de sus valores puramente cinematográficos: a veces se le irá la mano pero su rabia y su voluntad de despertar nuestras adormecidas conciencias debería encontrar un mínimo eco en el espectador inteligente, que sabrá ver más allá del aparente panfleto.

ADAMA MESHUGA de Dror Shaul (Israel)

En un kibutz israelí de los años 70, Dvir, un chico de 12 años, comienza a ser consciente de la aparente enfermedad mental que padece su madre. En esta comunidad cerrada y regida por estrictas reglas, Dvir advierte la contradicción en la que viven todos: se rigen por una teórica igualdad que abandonan para dejar de lado a los más débiles, como a la madre de Dvir. La posibilidad de salir de ese mundo cerrado, reflejada en un pretendiente francés que ansía llevársela del Kibutz y las inquietudes propias de la pubertad acaban por convertir la vida de Dvir en una compleja carrera de obstáculos para alcanzar la madurez necesaria para sobrevivir.

La película seleccionada este año por Israel para ir a los Oscars es una mirada nada complaciente al mundo de los Kibutz que me temo que habrá levantado más de una ampolla en su país de origen. Huyendo del habitual enemigo común – no aparece ni un solo palestino en el filme, como por otro lado es lógico tratándose de un kibutz – la película fija su contundente denuncia en la intolerancia y el fanatismo con el que tan peligrosamente se conducen unas sociedades pensadas en principio para compartir todo y aprovechar de la mejor forma posible los recursos y el trabajo propio de cada uno, pero que en el fondo derivan hacia un modelo autoritario, fanático y paranoico frente al otro, al diferente, que reprime y termina por expulsar a los disidentes del pensamiento único a la vez que proclama de forma temeraria la viabilidad de su modelo de forma curiosamente parecida a la que hacía M. Night Shyamalan en El Bosque.

No diría que Adama Meshuga (Sweet Mud, Barro Dulce en su título inglés) sea una buena película – lastrada por sus buenas intenciones, carga demasiado las tintas en el drama de la madre de su parte final y resulta hasta algo repetitiva en su denuncia, restando la poca fuerza que tenía a su bastante irreal desenlace – pero es interesante como reflejo de una forma de pensar de esa parte de la sociedad israelí que practica el sionismo más extremo como forma de supervivencia y por la manera en que muestra el funcionamiento interno de los kibutz, una de las claves del éxito de los asentamientos israelíes en los primeros años de existencia del estado. El cine israelí – muy presente en varias secciones en Sevilla por cierto – parece gozar de muy buena salud (recordemos La Banda Nos Visita, premiada hace poco en Valladolid) y viene demostrando desde hace mucho que no se agota en el incombustible Amos Gitai.

MI HERMANO ES HIJO ÚNICO de Daniele Luchetti

1961, Italia. Accio, un rebelde adolescente, vive con su familia en la ciudad de Sabaudia. Cabreado con su familia, decide unirse a un partido neo-fascista con el fin último de irritarlos. Accio está desesperado por impresionar a Francesca, la novia de su atractivo hermano mayor, Manrico. Manrico es el principal líder local de la escena política de izquierdas. Mientras el conflicto de lealtad entre los dos hermanos se desarrolla, los choques violentos aumentan entre las dos facciones políticas, la liberal y la fascista, en el marco de la Italia convulsa de los años 70.

La sombra de La Mejor Juventud es alargada: que los guionistas de aquella estupenda serie de televisión convertida en película de culto por obra y gracia de Marco Tulio Giordana sean los mismos de esta película de Luchetti solo viene a confirmar los numerosos puntos de contacto entre aquella y esta propuesta. De nuevo se echa un vistazo a la reciente historia de Italia usando para ello como excusa la relación personal entre dos hermanos de creencias políticas muy diferentes interesados en la misma chica y cuya evolución a lo largo de los años trata de ser el motor de un filme con ciertos aires televisivos y vocación de revisión histórica.

Lo cierto es que Mi Hermano Es Hijo Único es una peliculita agradable y bien interpretada que se deja ver con cierto agrado: ni se mete demasiado en asuntos escabrosos ni carga en exceso las tintas sobre su carga política, demasiado consciente que aquello no es sino el marco donde desarrollar su historia. Elio Germano hace un trabajo estupendo como el joven adolescente rebelde que encuentra el vehículo ideal para dar rienda suelta a toda su frustración y rabia abrazando los ideales fascistas para luego evolucionar lentamente hacia las posiciones sostenidas por Manrico y su adorada Francesca. En mi opinión carece de la entidad y de la originalidad exigible para entrar en el Palmarés, pero tampoco se la puede acusar de no cumplir bien con su cometido: sabe perfectamente lo que quiere contar y la forma más directa de hacerlo. Simpática a la vez que simple.

GEGENÜBER de Jan Bony (Alemania)

Georg es uno de esos hombres esencialmente buenos que decía Antonio Machado, un policía muy popular entre sus colegas por su tranquilidad y serenidad. Su compañero Michael también lo admira por la aparente armonía que reina en su matrimonio con Anne, una profesora de primaria. Pero cuando a Georg le ofrecen un ascenso, empieza a perder el control sobre la perfecta fachada de su “intacta” familia. Los conflictos que han ido dominando la vida de la pareja durante años, comienzan a salir a la superficie: la lucha de Anne por ser reconocida, la crisis de pareja encubierta y la envidia de Michael provocaran que todos los esfuerzos del buen Georg para salvar su matrimonio solo parezcan empeorar la situación hasta hacerla insostenible.

Reconozco que me costó muchísimo trabajo entrar en esta a ratos bastante sórdida película alemana. Aparte de no entender muy bien cierta tendencia del cine germano a iluminar fatal sus escenas, Gegenüber se toma su tiempo en revelar la verdadera naturaleza del conflicto familiar que quiere sacar a la luz y para cuando lo hace corre cierto riesgo de que el espectador potencial de la cinta haya desconectado un poco de la misma. Sin embargo por el camino va dejando sutiles pistas en la forma que tiene Georg de relacionarse con el mundo y muy especialmente con su esposa Anne que pueden hacer más comprensibles (que no justificables) los terribles arrebatos que invaden a ésta, incapaz de comunicarse con su esposo si no es a través de unos episodios en el curso de los cuales somete al afable Georg a unas sesiones de violencia doméstica y crueldad mental que provocan en el espectador una reacción parecida a aquella de la que se hablaba el año pasado en la película Mi Hijo, en la que todo el mundo aplaudía cuando al fin alguien le daba una bien merecida hostia al insoportable personaje de Natalie Baye.

Jan Bony construye una película interesante a base de dotar a los personajes de un buen número de razones que expliquen sus comportamientos: por poner un ejemplo es magistral la secuencia en la que Anne corre a contarle a su adorado padre el ascenso de Georg buscando en sus ojos un atisbo de reconocimiento y éste la despacha con una brutal frase (“No me extraña que te haya superado: te has pasado la vida teniendo un hijo tras otro”) que la hunde de nuevo en la más absoluta miseria, la depresión y la rabia. Georg soporta estoicamente los arrebatos de su esposa porque la ama sinceramente y trata como puede de salvar su amistad con Michael intentando esquivar un ascenso que no deseaba, pero todos sus esfuerzos fracasan por lo que, cada vez más solo y aislado, no puede sino desahogarse llorando en silencio allí donde nadie puede verle. La escalada de violencia de Anne hacia Georg y la pasividad de éste alcanzan límites inconcebibles pero, por extraño que parezca, la forma en la que la narración se desarrolla permite al espectador entenderles hasta el desenlace del filme.

Gegenüber es una película más interesante que lograda: sus buenas interpretaciones y un guión bastante férreo en lo que a la psicología y motivaciones de sus personajes se refieren compensan una realización poco atrayente basada en una desacertada puesta en escena que se diría deudora de los peores tics del fenecido Dogma, con un evidente exceso de cámara al hombro y una continua aproximación a los rostros de los personajes que pretende captar la angustia de los mismos y lo único que hace es realzar su vocación feísta. Obliga al espectador a un esfuerzo de generosidad por su parte para conectarse con una historia y unos personajes en ocasiones algo sórdidos con los que resulta francamente incómodo identificarse. No obstante justo es reconocerle al filme firmado por Jan Bony cierto interés y que sabe extraer del jodido material que tiene entre manos algún que otro momento logrado como la sucesión de siniestras reuniones familiares donde la humillación siempre parece estar al acecho de los personajes.

De momento eso es todo, que no es poco. Cuando pueda os hablaré de la estupenda Irina Palm, la terrible Palma de Oro en Cannes Cuatro Meses, Tres Semanas, Dos Días, la sorprendente Izgnanie de Andrey Zvagintsev que ha provocado encendidas discusiones entre partidarios y detractores y las últimas entregas de Claude Chabrol (La Chica Cortada en Dos) y Fatih Akin (Al Otro Lado)

sábado, noviembre 03, 2007

SEMINCI 2007 Crónica 8: Operación Colombo II y Palmarés Final

Tres años después, volvimos a hacerlo. En la 49 edición de la Seminci – la primera vez que fui a Valladolid, acreditado por La Butaca – narré como un grupo de periodistas que habíamos estado siguiendo el Festival pasamos la sobremesa de la última comida común alrededor de una mesa en el Restaurante Colombo, uno de nuestros sitios favoritos donde comer durante el certamen (y de lejos, en el que mejor tratan a un servidor) desvariando sobre las distintas posibilidades de las películas a concurso y apostando fuerte por lo que nosotros defenderíamos como si fuéramos un miembro más del Jurado. La crónica de aquella inolvidable jornada tuvo cierto eco pero por desgracia no continuidad: en años posteriores había sido imposible conseguir un número lo suficientemente representativo de periodistas alrededor de esa mesa para instaurar la tradición. En este año en el que me he visto aquejado del “Síndrome de Venecia” (como los grandes popes en la famosa edición de Venecia del pasado año, en esta Seminci le han dado la Espiga de Oro a la única peli de la Sección oficial que no he visto, 14 Kilometros de Gerardo Olivares) me empeñé en recuperar tan bonita tradición y no descansé hasta que conseguí reunir en el Colombo a diez periodistas dispuestos a participar en el juego.

La verdad es que fue bonito, aunque no hubo tanto tiempo como en aquella ocasión para discutir las opciones de cada uno (nos esperaba a las 16:00 Ang Lee y su espléndida Lust, Caution que nadie quería perderse) por lo que no hubo demasiado lugar al anecdotario. Tampoco haré aquí recuento de los votos particulares de cada uno (los interesados, que los pidan) aunque sí pasaré lista de los participantes/jurados: Enrique, Jorge, Diego, Melki, Joaquin Revuelta, Marga, Andrés Llorente, Jose Manuel León, Joan Millaret, Nebosa Popovic (a éste le pillamos en la puerta del Roxy para completar los votos) y un servidor, once miembros de un Jurado cuyos votos conjuntos, por mayoría simple, fueron los siguientes:

Mejor Guión: Juntos, Nada Más de Jean Claude Berri (3 sobre 11)
Mejor BSO: Juntos, Nada Más de Alexander Desplat (4 sobre 11)
Mejor Fotografía: Darius Khondji por My Blueberry Nights (4 sobre 11)
Mejor Actriz: Ex Aequo Jowita Budnik por Plaza Salvador y Julle Christie por Lejos de Ella (2 votos sobre 11 cada una)
Mejor Actor: Karl Markovics por Los Falsificadores (4 sobre 11)
Mejor Dirección Novel: Sarah Polley por Lejos de Ella (5 sobre 11)
Espiga de Plata: XXY de Lucía Puenzo (2 sobre 11, fue la única que obtuvo 2 votos, los otros nueve votaron cada una por una peli diferente ¡viva la diversidad!)
Espiga de Oro: La Banda Nos Visita (3 votos sobre 11)

Como ven por la escasa mayoría con la que se ganaba cada categoría, la cosa estuvo de lo más dividida. Si llegamos a ser el Jurado Oficial no salimos del Colombo ni en 24 horas... La conclusión general era que la Sección oficial había gustado lo suficiente como para que hubiera diversidad de títulos premiables y que, según la mayoría, no había una película dominante ni muy superior al resto que se pudiera imponer en muchas categorías. Aunque un servidor pensaba que My Blueberry Nights, visto lo visto, estaba un peldaño por encima del resto, me quedé prácticamente solo defendiendo esa postura: La Banda nos Visita era la película que suscitaba un mayor consenso. Y tampoco me parecía mal, la verdad.

PALMARÉS OFICIAL

ESPIGA DE ORO, MEJOR BSO Y MEJOR FOTOGRAFÍA: 14 Km de Gerardo Olivares.

Pues como no la vi, mejor me quedo calladito. Diré solo que mis opciones eran MY BLUEBERRY NIGHTS (es inferior a In The Mood For Love y a 2046, pero fue la única cinta de la Sección oficial que me tocó la fibra y consiguió emocionarme de verdad) como Espiga de Oro y Mejor fotografía y la BSO de Desplat de Juntos, Nada Más

MEJOR GUIÓN: ERAN KOLIRIN por La Banda Nos Visita

Nada que objetar. Uno de los puntales de dicho filme era su guión y es justo reconocerlo. Mi opción en este apartado era XXY, por ser capaz de hacer frente a todas las trampas en las que se podía caer con un tema tan escabroso y cerrar la película en la forma que se debía, dejándola tan abierta como es la propia vida.

MEJOR ACTRIZ: JOWITA BUDNIK por Plaza Salvador

Tampoco hay que rasgarse las vestiduras: aunque la peli no me gustara sus interpretaciones eran lo más salvable de la misma. Todo el mundo daba por sentado que sería para Julie Christie pero... A mi me sorprendieron dos debutantes: Norah Jones en la de WKW e Inés Efrón en XXY

MEJOR ACTOR: KARL MARKOVICS por Los Falsificadores

Desde que le vimos supimos que era uno de los candidatos más fuertes, junto con el protagonista de Lejos de Ella, el veterano Gaston Pinaud. Su trabajo es digno de verse en una obra más que notable y además era el favorito del Jurado Colombo, así que...

MEJOR DIRECCIÓN NOVEL: ERAN KOLIRIN por La Banda nos Visita.

Era mi voto en el Jurado Colombo, así que no puedo estar más de acuerdo. Había que reconocer la película con este premio o con alguna Espiga. No hubiera sido nada injusto tampoco dárselo a Sarah Polley, que conste

ESPIGA DE PLATA: PLAZA SALVADOR de Joanna Kos y Krzystof Krauze

Para mi, el mayor error del Jurado y el único premio que no es defendible. Sobre todo porque dejaba fuera del Palmarés películas como My Blueberry Nights, XXY (mi opción personal), Lejos de Ella o El Bosque del Luto que eran claramente superiores a este dramón pasadísimo de rosca y bastante tramposo. En fin...

PREMIO DE LA JUVENTUD: XXY de Lucía Puenzo

Los chavales demostraron buen gusto, eligieron la película que por temática más se acercaba a sus inquietudes y de paso repararon la injusticia que hubiera sido dejar sin reconocimiento alguno este muy estimable filme presentado por Argentina a los Goya y a los Oscar. Me alegré lo suyo

PREMIO FIPRESCI: EL VIAJE DEL GLOBO ROJO de Hou Hsiao Hsien

Solo un comentario: de mayor quiero ser Jurado Fipresci precisamente para evitar gilipolleces como esto de premiar a la nada más absoluta envuelta como una película.

Y con esto se acaba mi periplo por Valladolid. Me despido de los amigos como cada año y encamino mis pasos hacia otro Festival al que me subiré en marcha, el Europeo de Sevilla, donde espero vivir nuevas emociones y descubrir bastantes cosas, algo para lo que Sevilla resulta siempre especialmente propicio. Lo malo es que el fantasma de la programación sin cerrar del Festival de Mérida (¡solo falta una película!) me persigue como un molesto fantasma. Ya os contaré...

viernes, noviembre 02, 2007

SEMINCI 2007 Crónica 7: EL VUELO DEL GLOBO ROJO, EL PRADO DE LAS ESTRELLAS, LO BUENO DE LLORAR

EL VUELO DEL GLOBO ROJO de Hou Hsiao Hsien... Y el globo estaba lleno de aire

Dice Oscar del Olmo, periodista de El Mundo, que las reacciones en forma de pateo que se están escuchando en los pases de prensa del algunas películas (para ser francos, bastante menos que en ediciones anteriores) deberían llevar a los organizadores a considerar la posibilidad de establecer unos antipremios tipo Ortigas de Oro y Plata que consistirían en obligar a los responsables de las mismas a visionar los videos de las vacaciones de todos los abonados, a ver si así se lo piensan dos veces antes de venir. Estoy de acuerdo: semejante tortura no se me antoja excesiva para la película que más me ha crispado los nervios de la Sección Oficial hasta el momento, por mucho que su responsable sea el consagrado maestro Hou Hsiao Hsien, autor de películas como El Maestro de Marionetas y Three Times, que en su primera producción europea ha entregado un filme que, siendo bastante benévolos, podríamos considerar una tomadura de pelo.

El argumento, por decir algo, consiste en una señora (Juliette Binoche, rubia, gritona y con perpetuo gesto de no entender muy bien que pinta allí)) que se dedica a poner voces en un espectáculo de marionetas y que lo pasa mal porque su pareja ha huido a Canadá a escribir una novela y su vecino de abajo no le pasa el alquiler como debiera, además de que el trabajo de dobladora de marionetas resulta tan absorbente que se ve obligada contratar a una estudiante de cine china para que cuide de su hijo de corta edad. La china, de la que nunca oímos en todo el filme expresar su opinión acerca de nada por muchas voces y broncas de las que sea testigo ni vemos muestras de su supuesto talento como cineasta, establece la relación de proximidad normal de cualquier Nancy con la criatura a su cargo. Y ya está. No hay más. Bueno, si: hay un globo rojo que se pasea lentamente por el hermoso perfil de París y cuyo papel en la película resulta más inextricable que el monolito de Kubrick en 2001. A la quinta o sexta vez que aparece en escena sientes ganas de sacar una escopeta y volarlo en pedazos.

Miren ustedes, yo debo ser muy lerdo o carecer de la sensibilidad necesaria para apreciar en todo lo que vale la mirada oriental de Hou Hsiao Hsien sobre nuestra sociedad occidental, no entro en éxtasis con los sucesivos paseitos del globo por París ni tan siquiera me río cuando el maestro nos muestra a uno de esos tipos vestidos con un mono verde como los que se utilizan para desaparecer digitalmente en los croma manejando el dichoso globo en lo que sin duda debe ser una sesuda reflexión sobre la manipulación de la imagen en el cine o alguna metáfora por el estilo. A mi el cine contemplativo me parece muy bien, pero a condición de que se asuma como tal y no me haga perder el tiempo con un atisbo de historia que no va a ninguna parte y que carece de la más mínima entidad. Me parece una auténtica tomadura de pelo e incluso una falta de respeto para con el espectador.

EL PRADO DE LAS ESTRELLAS de Mario Camus. Ciclismo, buenos santos y malos malísimos

Tengo la sensación de que el cine de Mario Camus, que tantas alegrías nos ha deparado en el pasado incluyendo alguna que otra obra maestra como Los Santos Inocentes, acentúa sus defectos con el paso de los años y deja la pésima imagen de un autor desfasado que no tiene mucho que añadir a lo ya expresado en su filmografía en los últimos años. Sus personajes son cada vez más maniqueos: los buenos de puro buenos casi llegan a santos y los malos, siempre pendientes de enriquecerse a costa del prójimo, cada vez menos sutiles y todos recitan sus líneas como si estuvieran declamando un texto poético antes que hablar de cosas cotidianas, con una alarmante falta de naturalidad que obliga al espectador a plantearse seriamente si todo lo que se cuenta en pantalla va en serio. Camus ha presentado en la Seminci una serie de historias que se resumen en sus personajes: por un lado tenemos a un chaval prometedor con madera de ciclista, una hermana con ansias de volar que se debate entre la siempre acogedora vuelta a casa y el mundo que se abre ante sus ojos y un tercero que ama a ésta pero que no consigue atarla en corto lo suficiente para que se quede a su lado. Por otro tenemos a un viejo agradecido por haber sido criado como un hijo por una apacible anciana dueña de numerosos predios a la que visita en una residencia y su amigo entrenador de ciclistas profesionales con ojo para los talentos, que llevarán la carrera de la joven promesa con cuidado de que éste no descuide sus estudios.

El Prado de las Estrellas ofrece buenas intenciones, alguna que otra esplendida interpretación a cargo de los actores más veteranos del reparto – que se muestran tan superiores a sus compañeros más jóvenes que la película queda fatalmente desequilibrada y eso que entre los segundos está el gran Antonio de la Torre – y una pareja llena de química, la formada por Alvaro de Luna y Jose Manuel Cervino, que consigue transmitir al espectador su mirada a un deporte, el ciclismo, del que se ensalzan bien sus mejores valores en estos tiempos en los que parece más desprestigiado que nunca. Hermosos parajes cántabros como ambientación, una desopilante escena cómica hacia el final de la película y la sensación siempre bien presente de que hay algo en su mecanismo que no funciona conforman una película algo anodina no ha despertado precisamente pasiones sino que ha dejado a su paso una resignada indiferencia.

LO BUENO DE LLORAR de Matías Bizé. Fallido experimento

Fuera de concurso se presentaba esta nueva propuesta del realizador chileno que ya ganó una sorprendente Espiga de Oro con su fresca En La Cama hace dos años y que desde entonces se ha convertido en algo así como uno de los autores descubiertos y protegidos por la Seminci, que proyecta en esta edición sus dos últimos trabajos – el otro es Sábado, un plano secuencia de setenta minutos sobre una novia a la caza de su perdido novio el mismo día de su boda que no he tenido ocasión de ver -. Bizé vuelve una vez más a presentar el universo de una pareja en un espacio corto de tiempo de sus vidas como columna vertebral de su propuesta, si bien en este caso asistimos a la profunda crisis de una pareja que lleva juntos muchos años y que no acaba de romper por completo su relación, dando vueltas de forma obsesiva a lo largo de una noche de marcha (bueno, es un decir) por Barcelona a las claves y secretos de la misma en un esfuerzo no del todo claro por aclarar la situación.

La película se abre con un soberbio plano fijo de dilatada duración que deja bien a las claras el terreno de una pareja en crisis en el que va a moverse. Pero menos sentido tiene que los personajes paseen por las calles de una despoblada Barcelona sin cruzar una sola palabra durante los siguientes diez minutos, mientras el espectador se remueve inquieto en la butaca temiendo lo que se le viene encima. La línea entre la voluntad autoral y lo pretencioso puede resultar muy fina y uno, viendo las imágenes y la puesta en escena de Lo Bueno de Llorar, no puede dejar de preguntarse si en la película de Bizé prima tanto la voluntad de contar una historia de unos personajes determinados a los que le pasa algo en ese corto espacio de tiempo como la necesidad de marcar distancias, aun a costa de crear unas artificialidades difícilmente asumibles, con los múltiples cineastas que han abordado multitud de temáticas similares con el paso de los años.

Matías Bizé tiene talento y sin duda voluntad de convertirse en un autor con cosas que contar y un estilo peculiar a la hora de hacerlo. Sin embargo corre el muy serio riesgo de caer en la pedantería más insoportable en su afán de distanciarse de películas precedentes que giran sobre el mismo tema o por la continua tendencia a subrayar su presencia detrás de las cámaras con una realización tan extremadamente artificiosa que lastra buena parte de los indudables atractivos que un tema tan inagotable como la relación entre un hombre y una mujer a lo largo de unas pocas horas puede ofrecer. Así, la presencia de un actor como Alex Brendemühl, tan especializado en tratar de transmitir cosas al espectador sin usar otras armas que la parquedad de sus palabras y su mirada, y de una esforzada Vicenta Ndongo que pelea por conseguir que su esquivo personaje no se le escurra entre los dedos condicionan un filme que solo levanta el vuelo de vez en cuando al introducir Bizé algún que otro surrealista momento de distensión – la escena del coche está francamente lograda – en medio del drama que viven sus personajes. Es una lástima, porque pienso que sin ese recurso continuo a los interminables silencios de sus personajes o la inadecuada forma en la que acaban por dar rienda suelta a aquello que les quema por dentro – véase por ejemplo la secuencia de la confesión en el supermercado y compárese con la fuerza que podría haber tenido lo que allí se revela si se hubiera desarrollado en una localización digamos menos insólita – Lo Bueno de Llorar podría haber acabado dando lugar a una interesante película en lugar de quedar como una especie de personal ejercicio de estilo que respira artificio por los cuatro costados y que rara vez provoca esa genuina emoción que hace que uno tiemble por dentro.

ANECDOTARIO: Las juergas nocturnas pasan factura y la que se corrió un servidor en la noche del jueves al viernes consiguió que no llegara a tiempo de ver 14 Kilometros de Gerardo Olivares, la película que a la postre ha acabado por alzarse con la Espiga de Oro de esta edición de la Seminci. Es la pura Ley de Murphy. Un breve apunte sobre Juntos, Nada Más de Claude Berri, una agradable película de relaciones personales de guante blanco y buenas intenciones protagonizada por Audrey Tatou y que dejó un buen sabor de boca aunque tan convencional que le hizo a uno preguntarse que pintaba en la Sección Oficial de un certamen como la Seminci y sobre la impresionante Deseo, Peligro última y magnífica propuesta de Ang Lee que ya se alzó con el León de Oro del Festival de Venecia y que es una magnífica historia de época en la que el sexo juega un papel determinante. Me he quedado atónito al ver lo que este director ha sido capaz de afrontar tras una película tan opuesta a ésta como su anterior Brokeback Mountain. Deseo, Peligro es una estupenda película, elegante y desbordante de talento, sobre la que volveré en profundidad cuando se estrene dentro de poco en las salas comerciales, pero que vaya por delante mi más entusiasta recomendación: Ang Lee se ha marcado una película valiente y arriesgada que va a levantar no poca expectación y encendidas discusiones cuando llegue a los cines. Y si no, al tiempo.