viernes, noviembre 09, 2007

SEVILLA Crónica 3: El Viaje de Iszka, Du Levande, Ulzhan, Yo Serví Al Rey de Inglaterra

EL VIAJE DE ISZKA de Csaba Bollok (Hungría). Película durilla ésta. Por temática y por la puesta en imágenes de la misma, abusando de ese estilo naturalista, sucio y de tono cuasi documental para enfatizar su realismo, un poco en la senda de cierto tipo de películas que nos han llegado en los últimos años de países del Este, como la polaca Plaza Salvador que se presentó en la Seminci. Esta película nos cuenta la peripecia de una niña de doce años de aspecto algo andrógino y modales de chicazo - tardas media hora en darte cuenta de que se trata de una chica – que intenta salir adelante como puede en medio de un ambiente terrible: familia desestructurada, padres pobres y bebedores, malos tratos, internamientos en centros de acogida y todo lo que ustedes pueden imaginar y más. La chavala es inteligente y se busca las vueltas para no caer en el pozo, pero tiene demasiadas circunstancias en contra: acabará presa, sin comerlo ni beberlo, de las deleznables mafias de prostitución ilegal que trafican con mujeres de países del este de europa engañadas con la promesa de una vida mejor en Occidente. Podría haber funcionado, pero la historia resulta tan sabida, el esquema es tan previsible y la estética resulta tan cansinamente feísta que la película ni atrapa ni emociona, quedándose en tierra de nadie, pese al buen trabajo de los actores en general y de la joven protagonista en particular. Con este tipo de películas, que ya casi son en sí mismas una fórmula, se está cayendo en el riesgo de hacer que obviemos, por repetición, problemas muy serios contra los que siempre deberíamos estar en guarda.

DU LEVANDE de Roy Andersson (A Vosotros, los Vivos, Suecia) La propuesta más delirante y marciana de toda la Sección oficial. Un conjunto de estampas de la vida cotidiana de un puñado de personajes que aparentemente nada tienen que ver los unos con los otros rodadas en unos insobornables planos fijos que desgranan todo el absurdo, el surrealismo, la soledad, las ilusiones y la desesperación de sus personajes. Contiene al menos dos secuencias antológicas que ya de por sí hace que vale la pena verla, dos sueños en los que juegan un papel importante una vajilla antiquísima de mucho valor y una casa rodante con un guitarrista dentro marcándose unos solos impresionantes mientras la casa se aleja lentamente. Supongo que a muchos les parecerá mortalmente aburrida, pero la película que ha seleccionado Suecia para los Oscars (¡con dos huevos!) no debería irse de vacío de este festival: es tal su sentido del riesgo y su apuesta por lo diferente – no se pierdan el peculiar uso de la música y el ritmo que le da a la película la repetición de ciertas constantes como el anuncio de la última ronda en un bar – que Du Levande se convierte por derecho propio en esa película a contracorriente, original, que todo el mundo espera descubrir en un festival de estas características. El plano final, de una sorna considerable a la vez que enlaza a la perfección con la primera secuencia, cerrando un círculo espléndido, resulta cuanto menos chocante. Para aventureros y amantes de descubrir propuestas marcianas y diferentes en una sala.

ULZHAN de Volker Schlondörff (Alemania) Un francés hierático, con ganas de estar solo y presumiblemente autodestruirse – estupendo Philippe Torreton – se mete nada menos que en Kazhajistán en un viaje a ninguna parte del que no espera regresar. No tiene muy claro qué quiere ni nosotros sabemos las causas de su extravagante comportamiento pero el caso es que el tipo sigue hacia delante, perdiéndose cada vez más en el interior del Asia Central, en la estepa. Por el camino se topará con una especie de chamán iluminado y con una profesora de francés kazaja (la Ulzhan del título, una mujer de lo más interesante en todos los sentidos) que tratarán de conseguir que el francés se reenganche a la vida. La última película del director de El Tambor de Hojalata y el Séptimo Día es un experimento críptico, aburrido y bastante indigesto. Aunque tiene imágenes poderosas (¡Esa capital, Astana, surgida de los petrodólares en mitad de la nada que se asemeja a Gotham City de puro irreal!) y a ratos sugiere cosas, resulta demasiado críptica para un espectador que no puede llegar a entender en primer lugar lo que pasa por la cabeza de su personaje principal más allá de sus ansias autodestructivas y, sobre todo, por qué elige un país tan ajeno y una forma tan extravagante de desaparecer del mundo. Hay mucho paisaje fordiano, algo de épica aventurera y comunión con la naturaleza, pero también filosofía barata, papanatismo new age y comportamientos literalmente increíbles. Vaya, que al señor Schlondorff le ha dado por experimentar y la cosa le ha salido demasiado extraña. Ni emociona, ni hace reflexionar: provoca aburrimiento e indiferencia hacia unos personajes que te importan más bien poco. Prescindible.

YO SERVÍ AL REY DE INGLATERRA de Jiri Menzel (Republica Checa) El homenajeado director de Trenes Rigurosamente Vigilados nos ha regalado la película más hedonista y deliciosa del Festival, una obra aparentemente ligera y fácil que esconde mucha sabiduría cinematográfica y una auténtica declaración de principios sobre abandonarse lo más que se pueda al placer de los sentidos: en el festival no se ha visto otra película en la que las mujeres sean más hermosas, los platos más apetitosos, las bebidas más sugerentes y el sexo o más bien su jugueteo alrededor del mismo más desenfadado: sales de la sala con unas ganas de comer, beber y hacer el amor de lo más sanas. Jan Díte, un ambicioso joven (el actor Ivan Barnev, una maravilla de expresión gestual chaplinesca que a ratos parece la reencarnación del mismísimo Stan Laurel) rememora sus experiencias antes de la II Guerra Mundial y durante la ocupación alemana. La narración de su juventud se entrecruza con la de su vejez en un pueblo fronterizo abandonado cuyos habitantes alemanes fueron expulsados tras la guerra. Sin embargo, una joven de clase obrera alterará su tranquilidad; la juventud y vitalidad de ésta traerán a la memoria del protagonista las aventuras amorosas que vivió en su juventud. Miren, yo de mayor quiero tener la misma vitalidad y el mismo afán de apurar la vida que demuestra Jiri Menzel en esta película: la manera de apostar por el placer en su espectro más amplio, la elegancia con la que está rodada, su sentido del humor (aunque trata temas algo serios, es ante todo una comedia) y sobre todo su desmesurado hedonismo la hacen una de las experiencias más refrescantes del Festival, sobre todo tras tanta película densa con afán de trascendencia, argumento desolador y visión dramática de la existencia. Puede que su aparente ligereza la saquen del Palmarés (los Jurados suelen ser dados a premiar las obras “serias”) pero la representante Checa a los Oscars es una estupenda película que yo recomiendo fervientemente.

Mañana los premios: servidor cree que no deberían quedarse fuera de los mismos Irina Palm e Izgnanie y, ya en un segundo plano, Du Levande, Al Otro Lado y Yo Serví al rey de Inglaterra. No entendería mucho que premiaran Ulzhan, El Viaje de Iszka, La Chica Cortada en Dos o Déjate Caer y el resto ahí está, entre ambos grupos pero por encima del aprobado. Creo con toda sinceridad que hemos tenido una Sección Oficial de un nivel más que decente en el que además creo que no hay ninguna película de esas que piensas que demonios hace a concurso. A todo esto he de decir que no he visto la ultima de Rivette, Ne Tochez pas la Hache ni la representante portuguesa A Outra Margem de Luis Felipe Rocha, con lo que es más que probable, siguiendo la Ley de Murphy y la estela de la Seminci, que les caiga algo en el palmarés. Bueno, me mojo:

Giraldillo de Oro: Irina Palm
Giraldillo de Plata: Izgnanie
Premio especial del Jurado: Du levande

Hala, me piro al cóctel de turno, que hay que apurar los últimos días. La peli de clausura de mañana es The Man From London de Bela Tarr (a esta si que le tengo cierto respeto) y aun me dará tiempo a ver alguna cosita más por la tarde. Ya os cuento.

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