lunes, febrero 27, 2006

BUENAS NOCHES Y BUENA SUERTE

Me van a permitir que antes de entrar a analizar en profundidad la última y magnífica película como realizador de George Clooney, haga una breve referencia a Michael Moore, el autor de Fahrenheit 9/11. Tengo un amigo al que Moore no le cae nada bien. Afirma, no sin cierta parte de razón, que en su empeño por denunciar las mentiras, los trapos sucios y los abusos de poder de la Administración Bush, Moore suele caer en lo tendencioso y lo demagógico, utilizando recursos narrativos cuanto menos dudosos que, concluye mi amigo, si fuera la otra parte quien los usara no tardaríamos un instante en condenarlos como inadecuados. Cuando tenemos esta discusión, yo siempre saco a relucir un hecho que me parece básico y que el mismo Moore utiliza a menudo para defenderse de dichas acusaciones: el periodismo de primer nivel en los EE.UU., ya sea televisión o prensa escrita, ha cambiado tanto, se ha plegado de tal forma a las instancias del poder que parece inimaginable que hoy en día se dieran fenómenos como aquel del Watergate que acabó con la Administración Nixon. Moore defiende que si los periodistas cumplieran con la función que se les supone por su profesión y no estuvieran amordazados por la trampa habitual de las ‘prioridades de Estado en tiempos de necesidad’ o el recurso a un patriotismo mal entendido que reprime cualquier atisbo de crítica al poder, él no se vería obligado a hacer documentales que saquen a la luz hechos que el pueblo americano debe sin duda conocer.
Buenas Noches y Buena Suerte arranca, y no es un hecho en absoluto casual, con un homenaje a Edward R. Murrow
[1] en el que éste, en su discurso de agradecimiento, arremete con el estilo insobornable e implacable que le caracterizaba contra la deriva que empezaba a observar en la televisión, medio que ya en aquella época – recuerden, estamos en 1958 – estaba desplazando los programas de debate, investigación y análisis de la actualidad política y nacional a favor de los incipientes Quiz Shows o concursos televisivos[2] que, lejos de obligar al espectador a pensar y a cuestionarse acerca de la naturaleza de los hechos diarios, tenía un efecto narcótico e idiotizante. El famoso discurso de ‘la caja de las luces y cables’ y, más en concreto, la apuesta de Murrow por una forma de entender el periodismo, comprometido y vigilante ante los abusos del poder, es la pieza angular de esta inteligente propuesta de Clooney y no, como de forma algo temeraria se ha señalado, una revisión del tema de ese período oscuro de la historia americana conocido como La Caza De Brujas[3] o un biopic al uso de la figura de Murrow.
Más allá de que la película efectivamente se centre en el episodio más conocido de la biografía de Murrow, aquel que le llevó a una valiente enfrentamiento con el siniestro senador Mc Carthy en la época en la que éste se hallaba en el auge de su poder mientras veía comunistas por todas partes, se dedicaba a perseguir de forma paranoica supuestas conspiraciones sin importarle destruir carreras y vulnerar los derechos más elementales de las personas garantizados por la Constitución, Buenas Noches y Buena Suerte es un claro alegato por el compromiso y la defensa de unos derechos y valores esenciales e irrenunciables no solo de los ciudadanos, sino de los periodistas en su función de tales. En esta densa, a ratos claustrofóbica película – hay quien ha citado, acertadamente a mi juicio, influencias estilísticas del Lumet de Doce Hombres Sin Piedad, el Frankenheimer de Siete Días de Mayo o incluso el Preminger de Tempestad sobe Washington que van más allá de su fotografía en B/N o su rodaje en apenas dos o tres escenarios que recrean los estudios de la CBS – Clooney no deja espacio para la más mínima veleidad ni el subrayado: todo lo que se cuenta es importante para la historia, nada sobra o es superfluo para los hechos que se narran – por ello no sabemos nada de las vidas personales de los protagonistas, salvo en el caso de la pareja Downey/Clarksson: solo importa aquello que afecta al trabajo diario - y, lo más importante de todo, se deja espacio de sobra al espectador para que llegue por si mismo a sus propias conclusiones sin pretender adoctrinar o conducirle por una determinada línea de razonamiento.
Con una puesta en escena austera y sumamente efectiva, con un reparto magnífico en el que destaca con luz propia el sobrecogedor trabajo desde la sobriedad más absoluta de un magnífico David Strathairn (capaz de transmitir innumerables cosas con un a veces casi imperceptible cambio de su expresión facial o con esos estruendosos silencios de breves segundos que Clooney, con enorme inteligencia y sabiduría tanto cinematográfica como del oficio de la interpretación, deja transcurrir sosteniendo un plano fijo tras los apasionantes discursos de Murrow) pero también del propio Clooney, Robert Downey Jr., Patricia Clarksson – que hermosa es y que sencillamente contada está esa historia de amor de la pareja – Frank Langella o Ray Wise (clave su papel para entender algunas de las debilidades de Murrow y hacerle más humano a nuestros ojos), Buenas Noches y Buena Suerte es una película apasionante y compleja que entronca directamente con la mejor tradición de ese cine liberal americano con ambiciones de ofrecer una punzante reflexión sobre algunos aspectos que no deberían estar sujetos a interpretaciones subjetivas por su propio e incuestionable valor ético o moral. Así, uno tiene siempre la sensación de que Murrow y su equipo se enfrentan a McCarthy no porque ideológicamente se encuentren en bandos opuestos o en defensa de un trasnochado progresismo, sino porque éste ha ido demasiado lejos en su afán de proteger a su país, traicionando y retorciendo hasta más allá del límite de lo admisible sus principios más básicos
[4]. No cuesta trabajo imaginar que Murrow, con su insobornable actitud, hubiera perseguido con igual saña cualquier otra vulneración de dichos principios que viniera desde otro lado político, si bien la película tampoco oculta que éste sabía, a diferencia de su rival, como utilizar a su favor el enorme poder mediático que su posición de privilegio le otorgaba.
Parece evidente la vocación del George Clooney cineasta de ofrecer en sus obras un claro mensaje que transmita sus inquietudes políticas e incluso éticas y es igualmente evidente que su película, evocadora de unas figuras – a Murrow hay que sumar el trabajo de todo su equipo: esta es una película donde se ve como en pocas la capacidad de un grupo de personas comprometidos con un objetivo para trabajar en equipo – que sin duda tienen en su mente la consideración de míticas, de referencias inamovibles, faros que deberían guiar a los periodistas de hoy en día en su cometido, traza unos claros paralelismos con el presente, con lo que su mensaje político goza hoy en día de una vigencia inapelable en estos tiempos oscuros en los que parece que los ciclos de la Historia nos vuelven a colocar en situaciones sino iguales, sí muy parecidas a las descritas por esta admirable película. Queda la duda, eso si, de saber si el mensaje esencial este nostálgico a la vez que necesario recordatorio calará en las mentes de unas generaciones que hay que temer ya han sido victimas del temido proceso de idiotización progresiva que Murrow denunciaba en su discurso. No serán pocos los que, acostumbrados a un tipo de cine muy diferente, sean incapaces de valorar en su justa medida la enorme, imprescindible importancia de una película de estas características.
[1] Edward R. Murrow (1908-1965) ganó una enorme fama y credibilidad como corresponsal en Londres durante la II Guerra Mundial, siendo considerado como ‘la voz que llevó la guerra en Europa a los hogares americanos’ A comienzos de los 50 pasó a la televisión, siendo el presentador de un controvertido programa pionero, See It Now, en el que, tras un reportaje de investigación, un omnipresente Murrow ofrecía su análisis de actualidad. Hoy en día, su figura sigue siendo una de las referencias obligadas del periodismo norteamericano.
[2] Tema que ya abordaba Clooney en su primera película, Confesiones de una Mente Peligrosa, cuyo protagonista, Chuck Barris, está considerado como el inventor de la Telebasura
[3] Hay excelentes títulos que ya ha retratado de forma tan admirable como suficiente dicho periodo como La Caza De Brujas de Irwin Winkler (Guilty By Suspicion, 1991), La Tapadera de Martin Ritt (The Front, 1976), Punto de Mira de Karl Francis (One of the Hollywood Ten, 2000) o The Majestic de Frank Darabont (2001)
[4] Resulta un enorme acierto, en este aspecto, la decisión calculada de que la factura visual de la película – cortesía de una excelente fotografía de Robert Elswit - permita introducir el material de archivo del propio McCarthy en la película en lugar de utilizar a un actor que lo interprete: al igual que Murrow y su equipo hicieran en su momento en See It Now, Clooney utiliza las propias declaraciones del Senador de Wisconsin para dejar bien claro la demagogia de sus métodos y la brutalidad con la que se conducía, factores que finalmente determinaron su caída cuando fue demasiado lejos en su ambición y trató de investigar a las Fuerzas Armadas, hecho que se recoge en la película.

jueves, febrero 23, 2006

LOS TRES ENTIERROS DE MELQUIADES ESTRADA

Cumplamos primero con el tópico más recurrente que inunda todas y cada una de las reseñas de este sorprendente debut como director del actor tejano Tommy Lee Jones: efectivamente, a Sam Peckinpah le hubiera encantado esta película. Y no solo por algún que otro inevitable parecido argumental que trae a la memoria uno de sus proyectos más personales, Quiero la Cabeza de Alfredo García (Bring Me the Head of Alfredo García, 1974), sino porque el autor de Grupo Salvaje, La Balada de Cable Hogue o Junior Bonner hubiera sabido apreciar perfectamente varios de los rasgos característicos de parte de su cine – y ciertas debilidades menos confesables – que se hallan muy presentes en esta película fronteriza que, por encima de cualquier otra consideración, es una muy hermosa historia de amistad y lealtad.
No se puede hablar de Los Tres Entierros de Melquíades Estrada sin hacer una inmediata referencia a su guionista, el mexicano Guillermo Arriaga. Autor de los libretos de las notables películas de Alejandro González Iñarritu Amores Perros y 21 Gramos, la mano de este peculiar escritor que siente debilidad por esas estructuras narrativas deliberadamente fragmentadas que se han convertido a estas alturas en una indiscutible marca de fábrica es más que patente sobre todo en la primera hora de película, aquella que se dedica a contarnos los pormenores de la muerte – estúpida, accidental, inútil – del Melquíades Estrada del título desde una pluralidad de puntos de vista y situaciones temporales que a la vez sirven de carta de presentación de los distintos personajes que pueblan la película. Esta forma tan poco ortodoxa de narrar puede que tenga un mínimo de justificación en el hecho de que al autor le interesa resaltar – y es algo sobre lo que insiste de manera particular a lo largo del metraje – que la situación que se vive en aquella parte del mundo hace que pasado, presente y futuro sean intercambiables, ya que nada tiene trazas ni de haber cambiado gran cosa en décadas ni que lo vaya a hacer en años venideros.
Ambientada en ese territorio difuso a medio camino entre México y Estados Unidos que ha sido tan a menudo visitado por el cine y cuyos elementos esenciales – el paisaje árido, los vaqueros rudos y de pocas palabras, los rastros de un modo de vida aun no del todo desaparecida, los espaldas mojadas, el propio Río Grande… – resultan familiares a cualquier espectador con una mínima cultura cinematográfica, Los Tres Entierros de Melquiades Estrada aporta una mirada que, por debajo de la historia principal que actúa como motor de la película, se empeña en denunciar una situación de continuo contraste social entre los que están obligados a convivir de uno y otro lado de la frontera, sin olvidar por un instante la relación de dependencia que fusiona ambas culturas. Nadie pondrá en duda que Jones sabe perfectamente de lo que está hablando, más allá de que sus referentes sean más o menos reconocibles: el actor y director pone en juego toda una serie de elementos que describen un lugar en el que a la vez que el tiempo parece haberse detenido aquellos que lo habitan se esfuerzan por seguir adelante con sus vidas, a menudo engañándose a si mismos sobre sus expectativas o esperanzas y otras veces llevados por el imparable impulso de perseguir la promesa de un mundo mejor que habitar que el que dejan a sus espaldas. Como el fallecido Melquíades Estrada, un espalda mojada capaz de forjar en poco tiempo una amistad tan sólida que inspira al personaje de Jones la suficiente lealtad como para cumplir el último deseo de aquél: ser enterrado en México.La mirada de Jones y Arriaga resulta particularmente incisiva en la acertada descripción de los que pueblan la pantalla, cuya relación siempre se muestra al espectador por parejas que descubren algún aspecto de su personalidad que esconden a otros personajes, como sucede en la relación entre Lou Ann (January Jones), la joven e insatisfecha esposa del policía Mike Norton y la camarera de vuelta de todo Rachel (una estupenda Melissa Leo) capaz de mantener una relación a tres bandas con su esposo Bob, el sheriff Belmont y el propio Pete, en la que Lou Ann ve un claro reflejo de ese futuro nada alentador que le espera si se queda en aquel lugar. Lo mismo sucede con la evolución de la amistad entre Pete y Melquíades, vista en sucesivos flashbacks a lo largo del metraje y, por supuesto, en todo ese viaje de redención de la culpa que emprenden Pete y su prisionero Mike en compañía del cadáver de Melquíades. Asimismo, la película no pierde ocasión de retratar, de forma a menudo descarnada y socarrona ( “¿Cuántos espaldas mojadas han escapado?”- dice un sheriff - “Dos”, responde un ayudante - “Bueno, alguien tiene que recoger las fresas…” zanja el primero) la compleja relación entre mexicanos y estadounidenses.Merece capítulo aparte la ruptura narrativa que puede apreciarse entre las dos partes que tan fácilmente pueden apreciarse en la película. Si la hora inicial resulta fragmentada y dispersa y puede costar un tanto entrar en la misma, la segunda hora de película, presidida por un clasicismo narrativo (entendido en la mejor de sus acepciones) que podría venir firmada por el mismísimo Clint Eastwood, resulta deslumbrante. Una de las grandes virtudes de la película – por demás bastante infrecuente en el cine de hoy, más proclive a todo lo contrario –es que gana en intensidad, emoción y belleza según avanza su metraje, desarrollando esa preciosa historia de amistad más allá de las barreras culturales y de redención por encima de la simple ignorancia.
Punteada por un sentido del humor a veces irónico y a veces un tanto salvaje – son inenarrables algunas de las cosas que le ocurren a ese cadáver en tan agotadora peripecia – que tiene su momento álgido en la fantástica secuencia protagonizada por un viejo ciego (Levon Helm) capaz de hacer reír y conmocionar al espectador a un tiempo, Los Tres Entierros de Melquíades Estrada es una obra magnífica que puede dejar cierto poso de tristeza - esas desoladoras escenas de soledad compartida en una patética habitación de un motel, esa secuencia de la última y desesperada llamada de Pete a Rachel, ese lugar final de reposo a la vez imaginado y recreado… - a la vez que emociona por la fuerza y la pureza de los sentimientos que la animan.
Si, sin duda Peckinpah hubiera amado hasta la medula a Pete, ese personaje duro a la vez que tierno, capaz de abandonarlo todo por cumplir la última voluntad de su amigo sean cuales sean las consecuencias mientras enseña una valiosa lección de humanidad a su forzado compañero de viaje; hubiera aplaudido el gesto cansino y cansado de ese sheriff que, pese a sus desavenencias con Pete, prefiere incumplir sus obligaciones y dejar que la historia siga su curso y, por encima de todo, hubiera disfrutado del canto al entendimiento entre estadounidenses y mexicanos en ese territorio fronterizo que ambos pueblos comparten. Tommy Lee Jones puede estar más que orgulloso de haber conseguido una obra capaz de mostrar la belleza salvaje de los parajes que tan bien conoce como el fondo del corazón de aquellos que lo habitan, para lo bueno y para lo malo. No cabe ninguna duda que estará bien en el futuro. Y nosotros que lo veamos.

Por cierto, resulta más imprescindible que de costumbre ver esta película en versión original subtitulada para poder captar toda la esencia de esos continuos saltos del inglés al castellano en los diálogos (hay que ver a ese Tommy Lee Jones chapurreando español con su fuerte acento tejano), otro de los elementos que refuerza más la idea de los fuertes lazos que unen a ambos pueblos, clave como ya se ha dicho en esta más que estimable película.

jueves, febrero 16, 2006

MANDERLAY o la brillante mala leche de Lars Von Trier

A estas alturas de la película, algunos presumimos de tenerle cogido el truco a ese brillantísimo prestidigitador llamado Lars Von Trier. El hombre que se sacó de la manga el Manifiesto Dogma tras haber experimentado con multitud de formatos narrativos – algunos aun recordamos Europa como una demoledora experiencia - y golpearnos en la cabeza con la durísima Rompiendo las Olas para después abandonarlo sin miramientos tras Los Idiotas con el fin de subvertir las reglas del musical en ese ejercicio de sadismo encubierto llamado Bailando la Oscuridad, ya nos tenía acostumbrados a que podíamos esperar de él cualquier cosa cuando nos plantó a Nicole Kidman y un buen puñado de excelentes actores en un escenario pintado con tiza en Dogville, construyendo una provocadora fábula sobre el mal que podía llegar a desatar las simples buenas intenciones de una buena samaritana cristiana que, llegado el momento y en las condiciones propicias, podía echar mano del vengativo Dios del Antiguo Testamento y dejarnos estupefactos. Si a alguno le queda alguna duda sobre la capacidad de hacer el mal de este perverso a la vez que brillante cineasta solo tiene que echarle un vistazo a Las Cinco Condiciones y comprobar lo lejos que puede llegar en ese sentido.
Manderlay es la segunda parte de la trilogía ‘americana’ que el provocador cineasta danés ha construido alrededor del idealista personaje de Grace, que en Dogville tenía los rasgos de Nicole Kidman, aquí los de la joven Bryce Dallas Howard – que por cierto está francamente bien en su difícil cometido – y en la futura Wasington (así, sin h) aun no sabemos. Es Manderlay una película inteligente y brutal que trata temas tan dolorosos y polémicos en los EE.UU como la segregación racial, la esclavitud y el racismo, pero que también le da un buen repasito a algunos conceptos como la democracia, la libre elección y lo que el hombre es capaz de hacer con esa libertad que sin duda van a levantar numerosas ampollas no solo en la sociedad estadounidense, sino en cualquiera de las acomodadas occidentales, tan orgullosas ellas de lo que han conseguido a lo largo de las últimas décadas, olvidando que aun queda mucho camino por recorrer. La acción de la película, formalmente idéntica a Dogville – es decir, rodada en un único y enorme espacio interior, con un decorado compuesto de unos cuantos elementos sobrios y multitud de marcas en el suelo que delimitan las distintas estancias de la plantación donde se desarrolla la historia – arranca exactamente en el punto donde dejábamos a Grace y a su padre, tras haber arrasado por completo aquel pueblecito del interior de los USA salvajemente purificado de sus pecados.
Ahora se topan con una plantación en Alabama, la Manderlay del título, en la que, pese a que hace ya más de setenta años que la esclavitud fue abolida – estamos en 1933 –, todo sigue igual que entonces, con una población compuesta de varias decenas de negros y una vieja ama moribunda (Lauren Bacall, en un breve papel distinto del que hizo en Dogville, claro) que los gobierna. Grace, llevada por su inquebrantable espíritu idealista y bienintencionado, decide emprender una nueva misión tras la muerte del ama: enseñar a esos negros que no conocen otro mundo que el de Manderlay y ahora de repente manumitidos a disfrutar de las ventajas que les proporciona su nueva condición de hombres libres y dueños de su destino. Es aquí donde entran en juego conceptos como la democracia – la toma de decisiones de forma mayoritaria mediante votación en asamblea: ¿quién asegura que la democracia es la mejor forma de gobernarse? – la asunción de responsabilidades por sus actos – la libre elección conlleva un inconveniente: nadie te dice lo que debes hacer, así que has de ser lo suficientemente inteligente como para hacerlo por ti mismo – la forma en la que se debe autogestionar la plantación para que sus nuevos dueños puedan vivir de ella, etc. Las diversas fábulas morales de la película tienen además una lectura política actual sumamente inquietante, pues Grace no se queda sola en Manderlay, sino que su padre le proporciona unos cuantos gangsters bien armados para que ella tenga los recursos para llevar a cabo sus objetivos y aunque Grace no recurre a ellos salvo cuando es absolutamente necesario – no cabe duda que el personaje ha evolucionado desde Dogville, aunque reincida en viejos errores: ya no se limita a aceptar pasivamente lo que ocurre a su alrededor, sino que es parte activa de lo que sucede, aun cuando no comprenda del todo bien las implicaciones de sus actos -, no cabe duda que esa situación hace pensar en la forma en la que Bush y sus muchachos andan ahora por cierto país de Oriente Medio imponiendo por la fuerza esos conceptos de libertad y democracia. Este es un detalle que dista mucho de ser casual y menos conociendo como se las gasta el amigo Lars.
Volviendo a la trama de Manderlay, lo que si queda bien patente en esta nueva propuesta del juguetón realizador danés es que tiene una mala leche considerable. Su película explora de nuevo a fondo, en un tono acaso aun más cínico de lo que lo hacía en Dogville, como las buenas intenciones, el idealismo ciego desprovisto de un cierto pragmatismo, pueden de nuevo acarrear desgracias sobre aquellos a los que se pretende ayudar. No es apropiado hacer aquí, por razones de espacio, un extenso análisis sobre los muchos temas que toca Manderlay en esta magnífica película que, aun lidiando con el inconveniente de que su propuesta formal ya nos es conocida de Dogville y, por lo tanto, mucho menos impactante – algo de lo que el propio realizador es consciente, pues da por sabido que el espectador ya está más que familiarizado con ella y no incide más de lo necesario sobre el particular, lo que no significa que no le saque un considerable partido – tiene la ventaja de ser en mi opinión una película mucho más compacta que la primera, con un guión algo menos disperso y que elabora un contundente discurso que, sobre todo en su espléndida media hora final, que se sigue con los ojos abiertos como platos, no dejará a nadie indiferente.Algunos pueden argüir, no sin cierta razón, que Lars Von Trier sigue elaborando densos tratados filosóficos en lugar de películas, pero a un servidor le apasiona la forma en la que el realizador danés, sin concesiones, deja al descubierto muchas de las vergüenzas ocultas o disimuladas en nuestra cómoda manera de dejarnos llevar por una autocomplacencia nada recomendable. Su cine provoca reflexiones tremendas y remueve las malas conciencias de los espectadores, y a mi un cine que provoca tales perturbaciones siempre me parece digno de admirarse. Hace poco, a propósito de la reciente victoria de Hamás en las elecciones libres en Palestina, leí un chiste brutal que mostraba a un occidental muy enfadado que gritaba “¡Estúpidos! ¡No habéis entendido nada! ¿Qué coño os habéis creído que es la democracia? ¡Tenéis que votar lo que nos gusta a nosotros, no lo que os gusta a vosotros!” Consideren por un momento todas las implicaciones de esa idea básica que consiste en que por muy estupendo o justo que nos parezca un determinado modo de vida, es imposible imponérselo a sus destinatarios si no están por la labor o no están preparados para asumirlo. Manderlay está de plena actualidad. No hace falta volver a conmocionarse con las imágenes que acompañan al estupendo Young Americans de Bowie para darse cuenta de ello: basta leer cualquier periódico.

martes, febrero 14, 2006

MICROCRÍTICAS DE EL MUNDO (y 2)

Saludos a Todos!

Segunda y última entrega recopilatoria de las perlitas encontradas en las diversas reseñas enviadas al concierto de microcríticas de El Mundo que se celebró el pasado 7 de Febrero y que consistía en enviar una minireseñas de tan solo 125 palabras como máxima extensión. Vamos con ellas:

Daniel García digamos que no aprecia en exceso los esfuerzos de alguno de los integrantes del reparto de Los Dos Lados de la Cama “María Esteve ¿María Esteve? ¿Por qué nos castiga así? ¿Qué ha hecho la humanidad para que haya elegido la interpretación para ganarse la vida?” Claro que más contundente aun es la apreciación que sobre la misma peli hace Felisa Martín “Es un truño de épicas dimensiones”

Caché (Escondido) de Haneke es una de las películas que mayores debates ha producido. Emilio describe una situación que seguro que más de uno vivió en el cine “Ya, pero no dice quién es el que le manda los anónimos” – dijo la señora sentada a mi derecha. “Ni falta que hace” – pensé pero no dije yo.”

Algunos, bien por indecisión, bien por su afán de ser originales para trincar premio, no dudan en mezclar alegremente dos películas en su reseña. Así lo hizo César Saiz en Memorias de Bambi 2 “Al escribir esta crítica he dudado sobre cual de las películas que he visto últimamente tamizar por el filtro de las pasiones desatadas de la opinión cinematográfica. El dilema quedaba circunscrito a Memorias de una Geisha y Bambi 2, el Príncipe del Bosque. No sufra más el lector que la decisión esta tomada, hoy hablaremos de Bambi, por una razón fundamental: es breve, y eso con dos niños de tres años como espectadores, se agradece. Además lo único memorable de Memorias de una Geisha es la belleza enigmática de Gong Li, cuyo atractivo en la pantalla es proporcional a la maldad de la que hace gala su personaje”

Capítulo de resúmenes más o menos memorables. Es el caso de Esperanza, sobre La Joya de la Familia “Muy aburrida, me dormí y no vi la mitad. Le pongo un 5.5” (Hay que suponer que la mitad que vio si le gustó para aprobarla ¿no?)
Laura Martínez, sobre Aeon Flux “Desgraciadamente después de verla la sensación fue pagar dinero por ver el cuerpo de una gran actriz que deja mucho que desear” película sobre la que también opina Jose Luis Calavia “Charlize, la bella Charlize, interpreta a una joven igualmente bella que salta, brinca, besa, golpea y corre porque le pasa no sé qué. Al final creo que es feliz porque sonríe. Qué rollo de película, que guapa la Theron” (efectivamente, Laura y Jose Luis, habeis captado la esencia de la motivación ultima de esta película, ver a Charlize Theron luciendo tipazo sobre todo en ¿pijama?)
Pablo sobre King Kong, saca su lado más práctico “Si vais a verla aprovisionaros de todo tipo de bebida y comida, ya que se hace larga, larga, larga”
La producción española A Golpes protagonizada por Natalia Verbeke y Daniel Guzman también se lleva lo suyo “La idea final del espectador es la de estar viendo una película de gente de Carabanchel interpretada por actores de La Moraleja.”
Sara mete miedo con Election “La brutal secuencia final hace que el martillo de dentista improvisado de Old Boy parezca de goma…” (Brrr, que escalofrío)
Saw 2: “Estas películas en las que me paso la mitad tapándole los ojos a mi mujer para que no vea escenas desagradables, no me terminan de convencer.” (Ruben Alonso)
Alone in the Dark “Eso si impagable, el uso de la expresión ‘dejadme el detonador y seguid sin mi’. ¿Que sería del cine americano sin esa frase?”
Memorias de una Geisha “Ante tan pobres memorias, amnesia de una espectadora: olvidaré ver la segunda parte” dice Soraya.(Ah, pero ¿hay una segunda parte? Miedo da solo considerarlo...)
Aunque de este apartado de reseñas breves mis favoritas son el amor que inspira Brokeback Mountain “¡Por favor, que alguien me quite la ternura que me ha invadido desde que he visto Brokeback Mountain! ¡Amor, osete, te prometo que se me pasará!” dice Randy; la somnolencia que produce El Reino de los Cielos (o como echarse una buena siesta) “A mitad de película uno tiene ya el hombro lleno de baba, por lo que desconozco el seguro glorioso final.” (David) y la escueta reseña – premio absoluto a la brevedad expositiva - de El Hombre del Tiempo que hace Mariano Borrajo: “Lenta”

Vamos con algunas reseñas sorprendentes. Ésta merece la pena ponerla tal cual, por friki: El fontanero, su mujer y otras cosas de meter “La película trata sobre un fontanero que encuentra en la cama a su mujer junto a otro tío, que casualmente es su mejor amigo. Total, que se mosquea y va a calzarse a la mujer del amigo. Y esto desemboca en un pichacoñotetaboca sin mesura. Tiene todo lo que se puede esperar de una película. Tetillas por doquier y risas aseguradas, escenarios variados y nada de efectos especiales. El guión es sobrio y se ajusta muy bien a la idea preestablecida que coges con sólo ver el cartel. Sin sorpresas ni sobresaltos, pero mantiene muy bien la tensión narrativa hasta la sorpresa final. Resumiendo, película S con mujeres de verdad, de cuando la silicona se ponía en las juntas y no en las tetas.” (Javier Moreno Sánchez)

Otras aprovechan para ponerse en plan inquisidor con todo un signo de nuestros tiempos: lleva por nombre Tos “Arrepiéntete por comprar un DVD a un desconocido mientras tragabas cerveza a espuertas en el bar de la esquina, encima de importación. Barajaste el grueso lote que sacó de una mochila hasta que apareció la última de Nicolás Cage. La pones en tu DVD y cuando empieza escuchas un contagioso carraspeo. Claro, para hacer la copia entrarían con una videocámara a una sala de cine en pleno invierno. Tos y más tos, pero aguantas porque Nicolas Cage es tu actor favorito. Qué poder interpretativo. Te emocionas, pero mira tu por donde que en la escena del clímax un imbécil que se levanta de la butaca para ir a comprar palomitas se pone delante de la cámara y tapa la pantalla. Arrepiéntete”. (Anselmo Cobirán)

Algunos advierten sobre los insospechados peligros que encierran las recomendaciones “Que me quedo sin suegros…Cuando tu cuñada te hace una recomendación debes tener cuidado. O es que de verdad se quiere aliar contigo frente a los abuelos o es que te quiere desbancar en la carrera por la herencia… Yo creo que la mía es de estas últimas. En las pasadas fiestas se empeñó en que regalase la JOYA DE LA FAMILIA a los padres de mi “sufrida” –“ya sabes que al abuelo le encanta el cine”- me decía. Menos mal que aún guardo el apartamento de soltero, si no, termino durmiendo en la calle. Creo que es el regalo que a mi suegro menos le ha gustado desde que le amenazamos con obsequiarle con los grandes éxitos de Antonio Ozores…” (Marcelo Nuñez)

Munich provocó reseñas de todo tipo. Una de las más originales puede que sea la de Javier Sánchez, llamada El Silenciador de Spielberg “Comienza “Munich” de Spielberg y solo se escucha silencio en la sala, tan espeso e incómodo como para que pueda llegar de la pantalla el olor a carne cruda y a cortinas de hotel manchadas de sangre y vísceras. Ni aunque estuviera el monstruo de las galletas comiéndose una caja entera de Marías escucharíamos otra cosa.”

No quiero terminar esta recopilación sin ofreceros, ahora algo más en serio, algunas reseñas que me han gustado especialmente. Una es ésta que sobre King Kong hace Pedro Herrera “Hoy, Martín y yo hemos visto KingKong. Martín es mi hijo, aun camina de mi mano, y ha ido lo menos veinte veces al cine a lo largo de sus casi seis años de vida. En 1976, KingKong, de John Guillermin, se convirtió en mi primer recuerdo en una sala de cine. Un cine grande en la Gan Vía. Recuerdo que lloré porque Kingkong no derribaba aviones antes de caer. Hoy, Martín parecía especialmente interesado en si la chica sabía que el mono estaba enamorado de ella. Lo ha preguntado en dos ocasiones, antes de ver a la espléndida Naomi Watts dirigirse hacia KingKong, en busca de protección frente al tiranosaurio. Entonces, satisfecho, dijo "Lo sabe". Y además, en ésta, KingKong sí derriba aviones.”

Otra es ésta que hace Raúl Jimeno sobre Camarón, llamada Morir de nuevo “El amigo del mito no se vio reflejado en la película pero no le importaba. Estaba contento por haber recuperado al ido y por haberse recuperado a sí mismo durante una hora y media. Cuando acabó la película, todos salieron canturreando a Camarón menos él, su amigo, que se quedó inmóvil en la butaca. Acababa de morir de nuevo.”

Y terminamos con Caché “Haneke sigue empeñado en sacudir a modo nuestras conciencias con una obra que esconde un demoledor diagnóstico sobre una sociedad enferma instalada cómodamente en el olvido. Caché explora a fondo nuestra incapacidad para enfrentarnos con nuestro pasado con una férrea puesta en escena que juega constantemente con nuestras expectativas, un argumento que plantea muchas más preguntas que respuestas y unas muy sólidas interpretaciones. Obra imprescindible sobre la que se vuelve una y otra vez en los días posteriores a su visionado, Caché es una película sumamente perturbadora que obliga a reflexionar sobre el inevitable sentimiento de culpa que todos llevamos dentro por el simple hecho de existir. Y además contiene en su interior la secuencia más impactante vista en muchos años. No se la pierdan.”

¿Qué de quien es esta última? Pues de un servidor: es la reseña con la que me iré este Jueves a Madrid a disfrutar del preestreno de Los Tres entierros de Melquíades Estrada, aunque en realidad no es ni mucho menos la única que me han premiado. Ya os lo contaré en otro momento.

jueves, febrero 09, 2006

MICROCRÍTICAS EN EL MUNDO, para reirse un rato

El pasado martes se celebró a través de las páginas digitales del periódico El Mundo un concurso de microcríticas de Cine. Las bases exigían que las reseñas no superaran las 125 palabras, lo cual es una tarea francamente dura, sobre todo para un servidor, acostumbrado a explayarse a gusto. O a ser prolijo, como decía hace unos días una de mis lectoras. ¿El premio? 200 Invitaciones dobles para ver en los cines Roxy de Madrid el preestreno de Los Tres Entierros de Melquíades Estrada, la primera película dirigida por Tommy Lee Jones que cuenta con un guión del interesante Guillermo Arriaga (responsable de los libretos de Amores Perros y 21 Gramos) y que se llevó dos premios en Cannes, precisamente Mejor Actor para Tommy y Mejor guión. Participaron nada menos que 995 textos y mientras espero tranquilamente a que se publiquen hoy las listas de ganadores para plantearme si me marco un viajecito a Madrid para, aparte de acudir al preestreno, darme una sobredosis de buen cine en V.O. a ser posible, os voy a hacer partícipes no de lo mejor, sino de los comentarios más delirantes que he encontrado por esas reseñas en las que han dominado ampliamente los comentarios de Brokeback Mountain, Crash, Munich, Memorias de una Geisha y Match Point… aunque la gente se haya tomado al pie de la letra lo de comentar ‘la ultima peli que hayas visto’ y no se ha cortado un pelo en mandar comentarios de clásicos tipo Casablanca, Vidas Rebeldes o cosas más psicotrónicas como Don Erre que Erre de Paco Martínez Soria o El Fontanero, Su Mujer y otras Cosas de Meter, título emblemático donde los haya de los amantes de los juegos de palabras a la hora de bautizar películas guarronas.

Empecemos con los títulos de las reseñas, esenciales para llamar la atención en un concurso tan poblado como éste. Tomando como ejemplo una sola película los hay obvios (Munich no está en Normandía), bizarros (Mi soledad equilátera y 'Munich' – ver más abajo, que ésta es pa nota -) extravagantes (Movimientos de Cámara de un judío) o facilones (Suspiros de Spielberg) pero los más divertidos siempre son los cáusticos que tratan de reflejar el estado de ánimo del crítico al empezar a hacer líneas. Así, encabezamientos como La Casa de Cera o el gusto de ver morir a Paris Hilton, ¡Que Coñazo en Narnia!, Ninette y un Señor Casposo, Aeon Flux: la Bella y el tostón, Los Dos Lados y la publicidad de colchones, Volando Vino y Volando se fue, En Terreno Sedado o Memorias de una Siesta prometen emociones fuertes a los que se atrevan a penetrar en sus reflexiones. Sin duda Brokeback Mountain es la película que ha producido los títulos más soeces (Normal: el estúpido título español de En Terreno Vedado por poco no sugiere algo asi como 'Maricones en la era' o algo parecido), pero hay un par de ellos que merecen destacarse: “Si la Sociedad no va a la Montaña…” y “Con John Ford no pasaban estas cosas…”. El premio al encabezamiento más alargado se lo lleva “Everything is illuminated: La vida sin historia es una colección de objetos bizarros o Sólo nuestra historia puede iluminarnos” y mi premio especial al surrealismo es el de la reseña de un tal Antonio T. sobre Crash “El desconocido idilio de mi abuela y el Sr. Haggis” sobre la que volveré luego.

Vayamos ya con algunas perlas que nos han dejado los participantes. Los hay que ven influencias por todas partes, como Miguel Rodríguez en El Jardinero Fiel “Si El Jardinero Fiel fuera un musical hubiéramos titulado: "Poquita voz, pero desagradable". Ralph Fiennes interpreta a partes iguales a Marco, el personaje trágico y sensiblón de finales de los setenta, y a Richard Kimble, el médico escurridizo de los sesenta-noventa. De David Janssen toma su aire pueblerino; de Harrison Ford, el personalísimo glamour de las estrellas de Hollywood; de Marco, la melancolía del ser perdido. El resultado de la coctelera: cine fácil, lineal, bobalicón a ratos; lástima que las palomitas se acabaran tan pronto, que el malo no fuera manco y que mi manía de pedir butaca central ahogara mis ganas de ser, por un día, el verdadero fugitivo.” Reconozcamos que la frase final es original.

Luego están las reseñas un tanto… hmmm… digamos personales como la de Raul Eguía llamada ‘Munich y mi soledad equilatera’: “Minutos finales en negro escritos en blanco, eso es todo. Las películas me ganan ahí por la soledad. Yo-mi-conmigo en la butaca. Nada más. Soledad donde todas las piezas van ocupando su lugar en mi tríada equilátera cerebro-corazón-hígado. Lucidez evocada y cerebro, corazón y profundidad del sentir, hígado e instintos infundidos. Creo que era así pero ya dudo. Últimamente la tríada ha sido, si fue, isósceles, rectángulo o escaleno. Con 'Munich' ni siquiera eso. Demasiado tiempo sin mi soledad equilátera. Nostalgia.” Sin comentarios ¿verdad?

Javier Fernandez presume de haber encontrado la razón de Peter Jackson para hacer King Kong “La belleza está en el interior, pero que mal que nos va a los feos: Que Peter Jackson ha debido tener poco éxito con las féminas es un hecho manifiesto con solo contemplar su foto tamaño carnet. Que esta circunstancia ha podido acarrearle secuelas de tipo emocional resulta toda una evidencia tras visionar su adaptación cinematográfica del clásico King-Kong: en la selva me lío con el gorila, que me da seguridad física, y en esa jungla que es NY me abrazo en las alturas al guionista de éxito, antes ignorado, porque me da estabilidad económica; y de Kong, si te he visto no me acuerdo. No todas las mujeres son tan golfas, y para repetir tan simplista moraleja, nos podrían haber ahorrado a las personas sensibles el trago de ver estozolarse de nuevo, Empire State abajo, a nuestro primate preferido.” Destacar el sabio uso del término ‘estozolarse’ que para quien no lo sepa según la Real Academia de la Lengua viene de Estozar: Desnucar, Romper la Cerviz”

Mª Angeles Domínguez encuentra también la justificación última y lógica de Brokeback Mountain “Si fueras un vaquero, y tuvieras que pasar el invierno en la montaña, cuidando que los lobos no devoren tus ovejas con nocturnidad y alevosía, ¿dejarías a tu compañero, muy majo él, dormir a la intemperie? Si tu respuesta es NO, acércate a ver esta película” Pues eso, ya sabeis. Nicolas Marinez mientras tanto, aprovecha el espacio para reflexionar sobre un tema universal: ¿Existen pelis solo para chicas? Solo le falta añadir ¿Y por qué nos arrastran a nosotros a verlas? “Mala noticia: sigue habiendo películas sólo “para ellas”; no hablo de “Oficial y caballero”. He visto “Memorias de una Geisha”. Microestadística: Una pareja (veintimuchos); ella, emocionada; él resopla desde el minuto 15; tres amigas, casi llorando; cuatro amigos, con cara de entierro. Quizás a ellas les valga con una historia de amor. O quizás buena música y una estética irreprochable”

Raul Perez Marin carga contra las crónicas de Narnia “Por lo menos esperaba que los cientos de millones de dólares que, dice la publicidad, ha costado se vieran por algún lado: tampoco, el diseño de producción parecía sacado de Cristóbal Colón, de oficio descubridor (mítica película de Andrés Pajares). En fin, los sobrinos disfrutaron y nos reímos un rato (¡Qué malas personas!) con uno de los acomodadores más feos que he visto en los últimos tiempos.” No, si el que no se consuela es porque no quiere, está claro. Carlos Rueda se las apaña, en su reseña Munichpoly para relacionar la última película de Spielberg con la española Todo Es Mentira, donde el personaje de Coque Malla se desesperaba por ir a cierta ciudad española “Munichpoly ...o de oca a oca y tiro porque me toca. Spielberg presenta este film haciéndonos saltar por media Europa de ciudad en ciudad, y es eso precisamente lo que más vale de la película. Munich intenta ejercer de piedra angular en la reflexion sobre el patriotismo y el humanismo, pero no es tan cosmopolita, simplemente se queda en Cuenca.”

Jose Ulloa expresa algo bastante lógico sobre Star Wars III o, como el la llama, La Guerra de los Sixt (?) “Se había comentado que la 1ª película de la "nueva trilogía" sobraba como un ventilador en Alaska, y ésta viene a convencernos definitivamente. Dignas de mención son las conversaciones de auténtico culebrón venezolano de la pareja protagonista. Tampoco me explico que los robots se quejen: se suceden ays, uys, ohs!,y todo se supone que es para amenizar y dinamizar el desarrollo del film. ¡Sólo faltan risas enlatadas de fondo!” Guillermo Galán advierte sobre los peligros de mantener los títulos originales de las películas “Capote es un mal título. No sólo porque la sala se llenará de gente que piensa que va a ver una de toros, sino porque la película de Bennet Miller no es un biopic del escritor” y Antonio T. nos desvela por fin la clave que une a Crash con su abuelita “Mi abuela era toda una experta en zurcir retales, con una docenita variada de trapos te formaba una colcha digna de museo. Sin duda el director de "Crash", Mister Haggis, debió de tener algún rollito con mi abuela, a juzgar por el lustre y el acabado de sus colchas. Y es que aun de celuloide su artesanía abriga; es ideal, seis euros mediante, para esos tontos días de nieve en los que apetece ver cine”

JavieB se ha dado cuenta de la evidente relación de Memorias de una Geisha con un clásico Disney y a partir de ahí desbarra a gusto “Zen ing Xienta es vendida por su padre junto con su hermana, separándolas. A ella le toca ser geischa que es como ser prostituta solo en el aperitivo, porque mojar no moja salvo cuando subasta el fornicio. Lo pasa muy mal, ya que la hermanastra malvada le da tol día por saco, hasta que llega el Hada Mamellas, que la viste para el baile, sin que den las doce ni na. Algo de una guerra o una epidemia aviar la exilia, luego la recuperan para prostituirse ante el nuevo jefe-no-rasgado, pero ella está colada por El Presidente (no, no es Él), que al final le declara su amor y le pone un pisito en Torrevieja, provincia de Manhattan(esto no lo dicen, pero lo sé yo...)” y Jose Antonio Hernandez expresa su frustración con el último Harry Potter en su reseña El Paciente Potter “Tanto tiempo llevaba Harry deseando reencontrarse con su famoso enemigo, como nosotros ser testigos de la encarnizada lucha que se presuponía. Yo ahora deseo reencontrarme con los 4 euros que me costó la entrada al cine”

En fin, mañana os cuento más cosas, que tengo material para aburrir…

domingo, febrero 05, 2006

LO MEJOR DEL 2005: Vota la Crítica

Odio las épocas de exámenes. Profundamente. Me obligan a desaparecer dentro de mi mismo durante aproximadamente un mes, con la nariz metida entre los libros, memorizando datos inútiles que voy a olvidar tan pronto como salga de la sala donde haya hecho el examen y, lo que es mucho peor: me apartan del cine. Porque claro, tras meterse una sentada de, pongamos por caso seis horas, desentrañando las múltiples maravillas de la nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal para Derecho Procesal Penal, lo que menos le apetece a uno es concentrarse durante dos horas en apreciar una película como Billy Wilder manda – y mira que tengo por ahí joyitas pendientes del 2005 que me he bajado últimamente – y menda tiende a desconectar antes de la siguiente sesión de estudio viendo deportes (La Copa de África de Fútbol, El Europeo de Balonmano, NBA…), alguna serie de animación – Futurama, la corrosiva Padre de Familia o la siempre clásica Los Simpsons son mano de santo – o series variadas e incluso deprimiéndose delante del telediario viendo la que están montando en los países musulmanes por las dichosas caricaturas de Mahoma. Que poco sentido del humor tienen los fundamentalistas, sean del signo que sean…

En fin, el caso es que hasta dentro de unos días no puedo teneros atendidos como a un servidor le gustaría – quiero ver Munich una segunda vez y cerciorarme de que es la maravilla que me parece que es antes de escribir sobre ella: Spielberg me dejó literalmente noqueado en la butaca - por las obligaciones que me tienen atado a la mesa de estudio (Grrr, cada vez que pienso que tendría que haber terminado Derecho hace años y, lo que es peor, que no se que leches voy a hacer con el condenado título cuando por fin me licencie, me pongo como una moto, pero es lo que hay…) así que el mensaje de hoy es para haceros partícipe de la Encuesta que, como todos los Febreros, ya ha aparecido en la Revista Fotogramas en la que 41 críticos de cine de muy distintas procedencias votan sobre lo que les ha parecido Lo Mejor del 2005 en Cine Extranjero y Cine Español. Esta encuesta que, más allá de estar de acuerdo o no con ella, resulta bastante útil para esos títulos que te has dejado por ahí colgando a lo largo del año, es la fuente de inspiración directa que me ha llevado a hacer dos encuestas similares desde el 2001 tanto en la Lista de Cine de La Butaca.Net como en La Filmoteca Virtual, donde la gente vota por 10 pelis extranjeras y 5 españolas – aunque de esto último pasan bastante – haciendo pequeños comentarios sobre sus votos. Ambas están en pleno proceso de votación en estos instantes y la verdad es que resulta de lo más entretenido hacer de Secretario en ellas. En fin, a lo que vamos. Los resultados de Lo Mejor del 2005 según la crítica española son los siguientes:

CINE EXTRANJERO:

1. MILLION DOLLAR BABY 29 VOTOS
2. MATCH POINT 19
3. SARABAND 18
4. UNA HISTORIA DE VIOLENCIA 14
5. FLORES ROTAS 8
6. OLD BOY, EL SABOR DE LA SANDIA 7
8. DEMONLOVER, ENTRE COPAS, NADIE SABE, LAS TORTUGAS TAMBIÉN VUELAN 5

Los empates a 5 votos hacen que haya 11 películas en lugar de 10. Destacar la presencia de cuatro asiáticas entre ellas, demostrando la pujanza actual de dicho cine, el previsible arrase de Clint Eastwood, la reconciliación general con Woody Allen - otra de la que tengo pendiente comentario: quiero verla esta semana una segunda vez - y la un tanto sorprendente presencia en puestos tan altos de una película, Demonlover del francés Oliver Assayas (por cierto,a ntiguo crítico de cine), que es en realidad una obra del 2002 que ha tardado tres años en estrenarse en España, con una exhibición bastante minoritaria.

CINE ESPAÑOL

1. LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS 19 VOTOS
2. 7 VÍRGENES 15
3. EL CIELO GIRA 13
4. TAPAS 12
5. OBABA, VEINTE AÑOS NO ES NADA 10

Al igual que antes, hay seis películas en lugar de cinco por el empate entre Obaba y el documental de Joaquín Jordá (que apenas ha tenido distribución comercial, salvo en grandes ciudades) un autor que siempre está muy bien considerado entre la crítica – baste recordar títulos como Monos como Becky o De Nens – Resaltar la coincidencia de criterios con la ganadora del Goya a la Mejor Película, Dirección y Guión original de este año y, con gran alborozo por mi parte, la inclusión de la que a mi juicio es la película más importante que ha hecho el cine español en este 2005, el documental El Cielo Gira de Mercedes Álvarez, como ya he dicho en varias ocasiones.

Hala, pues ya sabéis lo que opina un amplio espectro de la crítica española sobre Lo Mejor del 2005, para que podáis echarles flores o apedrearlos a gusto ;-)
Ah, seguro que alguno se estará preguntando por mis propios votos al respecto. El día 19 de Febrero termina el plazo para las dos encuestas que estoy llevando ahora mismo, y una semana antes, cuando pase los exámenes y vea unas cuantas pelis que tengo pendientes, emitiré mis votos, de los que daré buena cuenta en este Blog. Mientras tanto, sois bienvenidos a dar vuestras propias listas si os apetece – recordad que hay que votar por 10 filmes extranjeros y 5 españoles entre las películas estrenadas en España en el 2005: hay un enlace en La Butaca muy útil a estos efectos - en los comentarios a este post y las trasladaré a ambas encuestas. Vosotros mismos