lunes, febrero 22, 2010

SHUTTER ISLAND Viaje de Scorsese por la locura y el cine

A todos nos ha pasado alguna vez. Estamos en la butaca esperando a que empiece la película que hemos escogido y vemos los trailers de los próximos estrenos. Y a menudo te acuerdas de la familia del desconocido que ha ideado el trailer, bien porque los presuntos mejores momentos del filme están allí, bien porque – y esto es de lo más habitual – tienes la molesta sensación que el trailer ha revelado demasiado del argumento. Me pasó con Shutter Island. Su trailer ya desvelaba que Leonardo DiCaprio era un agente que investigaba en un siniestro manicomio la insólita desaparición de una paciente peligrosa, que los inquietantes tipos que regían dicha institución parecían conspiradores con algo serio que esconder y que DiCaprio iba a acabar dando vueltas por tenebrosos pasadizos con un traje de interno, atrapado como una rata en el laberinto de aquella isla inhóspita mientras su mente le jugaba malas pasadas con un hecho traumático de su pasado. Demasiada información para mi gusto, pensaba.
Hay varios elementos que se conjugan para dar forma a esta película que sin duda va a dejar muy, pero que muy descolocado a más de uno, especialmente a aquellos que, como un servidor, hayan formado sus expectativas a través del susodicho trailer. Orson Welles, autor de El Proceso, la película basada en la novela homónima de Kafka que tiene bastante que ver con Shutter Island, solía aconsejar a sus espectadores que no se dejaran embaucar por las imágenes que surgen de la pantalla, ya que el cine es en el fondo el arte de la manipulación, el dominio de la suerte suprema del engaño destinado a convencer a la vez que entretener al espectador. Por otro lado Scorsese parecía decidido a hacer una película de género que homenajeara abiertamente al cine negro. Lo consigue. Aun más: el espíritu de los Preminger, Tourneur o Dmytryk tamizados con unas buenas dosis de Hitchcock, la angustia del Fuller de Corredor sin Retorno, las sombras del expresionismo alemán y hasta el mismísimo David Lynch planean sobre un filme que en cierto sentido es una muy ambiciosa revisión de esa historia del cine que Scorsese tiene metida entre sus pobladas cejas. Por último, está la obsesión recurrente del director con la locura, con esos inolvidables personajes paranoicos, violentos y trastornados presentes a lo largo de toda su filmografía. No es de extrañar que tras semejante galería de perturbados Scorsese haya optado directamente por ambientar su película en una institución mental y hacer de la locura la columna central de la misma. Para él debía ser algo así como la última frontera.

Shutter Island provoca en el espectador desde sus primeras imágenes una extraña mezcla de sensaciones que van del desasosiego a la fascinación, pasando por la tensión o la extrañeza que provoca un argumento complejo en el que uno puede tener la errónea impresión de que por momentos hay torpeza o simple capricho en la descripción de ese progresivo acorralamiento del personaje principal en su búsqueda de la verdad. No lo hay. Scorsese no juega con las cartas marcadas y, aunque a menudo no lo parezca mientras vemos el filme, cada plano, cada secuencia real u onírica, por extravagante que nos pueda parecer o por difícil que sea su encaje en el entramado narrativo tiene su razón de ser, como uno descubre con pasmo una vez concluyen las más de dos horas de metraje que por cierto pasan como un suspiro, lo que siempre es señal de que estamos ante una historia que atrapa y engancha pese a su carácter morboso y enfermizo. O quizás por eso.
Hay cierta maestría en una película cuya sucesión de giros imposibles se sustenta en el soberbio trabajo de un casting ajustadísimo en el que sobresale un excelente Leonardo DiCaprio y en el poderío visual de un Scorsese cuya habilidad para mezclar referentes cinematográficos sin perder por ello sus reconocibles señas de identidad es digna de todo elogio. Si algo tiene Shutter Island es que no puede dejar indiferente, imagino que también va a provocar más de un sonoro cabreo. Vayan a verla y escojan bando. Sea cual sea, no les faltarán contendientes.
Este artículo apareció en el periódico local gratuito Voz Emérita el 22 de Febrero del 2010

lunes, febrero 15, 2010

IN THE LOOP, Desmadrados Juegos de Guerra

Empecemos por el título: la expresión In The Loop podría traducirse un tanto libremente como “estar en el meollo”. Y ahí es precisamente donde se encuentran los protagonistas de esta sátira brillante y brutal, un puñado de políticos por lo general aterradoramente incompetentes y tras ellos, una corte de acólitos, ambiciosos asesores lameculos tan emborrachados con su privilegiada posición que desatan en los días previos a la invasión de Irak un torbellino de amenazas, humillaciones, miedos e infantiles luchas de egos en los pasillos del poder de Londres y Washington mientras se deciden las políticas internacionales cuyas consecuencias todos conocemos. Al espectador, atrapado en esa vertiginosa representación, no le queda otra que preguntarse hasta qué punto estamos en manos de semejantes cretinos. Para nuestro propio confort, nos gusta pensar que los que llevan las riendas son gente que sabe lo que se hace, que controlan la situación y que meditan cuidadosamente cada paso que dan sabiendo que sus decisiones afectan las vidas de muchos. Y se nos olvida demasiado a menudo que hay numerosas pruebas de todo lo contrario.
La trama de In The Loop arranca cuando a un empanado ministro británico se le ocurre soltar en público que la guerra que su propio gobierno y los EE.UU. podrían estar (o no) preparando en esos momentos resulta “imprevisible”. Al pobre tipo, cuya propia postura sobre el conflicto varía en función de lo que perciba como lo mejor para su imagen pública, le cae de inmediato encima un paquete del todopoderoso secretario de comunicación Malcolm Tucker - un inenarrable Peter Capaldi capaz de elevar el insulto y la humillación a la categoría de arte convirtiendo por comparación en inofensivo corderito a un experto en la materia como el televisivo Dr. House - que trata de salvaguardar ante la prensa la ambigua postura de su gobierno. Al otro lado del Atlántico, en Washington, toman buena nota de la metedura de pata y convierten al ministro en un peón más de una soterrada lucha de poder entre los partidarios de detener una guerra poco pensada y de consecuencias, éstas sí, imprevisibles y los halcones que, inflamados por el espíritu patriótico y ardor guerrero de su comandante en jefe, están decididos a desatar el conflicto liderados por un nada disimulado trasunto del siniestro Donald Rumsfeld. La sátira política está servida y les aseguro que la espiral de estupideces no hace sino aumentar con el paso del tiempo, ante la incrédula y despavorida mirada del espectador.
Cruce imposible entre la minuciosa descripción de los mecanismos de toma de decisiones en las altas esferas de El Ala Oeste de la Casa Blanca y el corrosivo cinismo y desprejuiciado retrato de la estupidez humana de Teléfono Rojo ¿Volamos Hacia Moscú?, In The Loop avanza como una apisonadora mientras desgrana una sucesión de brillantes diálogos repletos de ingenio, mala leche e infinita crueldad embutidos en situaciones que van de lo paródico a lo ridículo – el recuento de las tropas necesarias para la guerra que James Gandolfini realiza con una calculadora parlante de juguete, el esperado choque de trenes entre el mismo Gandolfini y Malcolm Tucker – y otros retorcidos hasta el sonrojo – el retrato de los británicos una vez llegados a los EE.UU. como colegiales sobreexcitados en un patio de recreo, al parecer más real de lo que desearíamos creer – pero todos ellos servidos con un ritmo vertiginoso en el que tramas, personajes y situaciones se atropellan haciendo volar por los aires la estructura narrativa tradicional.
In The Loop, desmadrada y despiadada a un tiempo, es una película que se siente a gusto en medio del caos, desata sin miramientos la anarquía moral y supone un gozoso reencuentro con lo mejor de ese humor británico irreverente y cáustico. Pese a un tramo final pelín pasado de vueltas, no cabe duda que esta estupenda película de Armando Ianucci es una de las grandes comedias del 2009. Aunque pararse a reflexionar por un instante hasta qué punto retrata una realidad plausible de aquellos hechos pueda infundir un razonable pánico.

La Filmoteca de Extremadura proyecta In The Loop en el Centro Cultural Alcazaba el próximo jueves 18 a las 20:30 horas

domingo, febrero 14, 2010

GOYAS 2010: No hay quinto malo...

Me siento delante del ordenador con una taza de café con las cuatro BSO nominadas a los Goya (Los Abrazos Rotos, Agora, Celda 211 y El Secreto de sus Ojos) reproduciéndose de modo aleatorio mientras reflexiono sobre los Goya que se entregarán hoy. Ya dije en mi post de Lo Mejor del 2009 que la cosecha del cine español de este año me parece excepcional y, en vista de eso, me sigue pareciendo incomprensible que dado que estos premios se dedican a recompensar y promocionar el cine español a imagen y semejanza de los Oscars, la Academia no se decida de una vez a elevar el número de candidaturas a cinco. Así al menos yo no tendría que dedicar este post, aparte de a enumerar mis preferencias en las principales categorías, a reivindicar a los que se han quedado fuera. Vamos a ello:

Mejor dirección novel
Marc Coll, por 'Tres días con la familia'
Antonio Naharro y Álvaro Pastor, por 'Yo, también'
David Planell, por 'La vergüenza'
Borja Cobeaga, por 'Pagafantas'

Quinto nominado: Patxi Amezcua por 25 Kilates

Mucho nivel en esta categoría. Yo por supuesto voy con Pagafantas a muerte – es mi película española favorita del año, quien lo iba a decir – pero entendería que lo ganara Mar Coll: Tres Días con la Familia es una película estupenda. La Vergüenza y Yo, También están un peldaño por debajo. 25 Kilates es una peli de género muy correcta que ha sido completamente olvidada en estos Goya. Y es una lástima que así sea.

Mejor guión adaptado
Daniel Monzón y Jorge Guerricaechevarria, por 'Celda 211'
Fernando Trueba, Antonio Skármeta y Jonás Trueba, por 'El baile de la victoria'
Joaquín Gorritz, Miguel Talmau, Sigfrid Monleón y Miguel Ángel Fernández, por 'El cónsul de Sodoma'
Eduardo Sacheriz y Juan José Campanella, por 'El secreto de sus ojos'

Quinto Nominado: Enrique Urbizu por ‘Castillos de Cartón’

Sin haber visto El Cónsul de Sodoma ni haber leído ninguno de las cuatro obras originales, tengo la sensación que el mejor Guión nominado es el de Sacheriz y Campanella para El Secreto de sus Ojos, una obra que equilibra de maravilla multitud de géneros, personajes y tramas y deja muy buen sabor de boca… y no se puede decir lo mismo de Celda 211, cuyas principales debilidades vienen precisamente por los agujeros de guión. Castillos de Cartón es otra de las olvidadas de la edición de este año y está claro que el hecho de que Urbizu sea Secretario de la Academia (además de un estupendo escritor) no garantiza una nominación.

Mejor guión original
Alberto Rodríguez y Rafael Cobos, por 'After'
Mateo Gil y Alejandro Amenábar, por 'Ágora'
Daniel Sánchez Arévalo, por 'Gordos'
Pedro Almodóvar, por 'Los abrazos rotos'

Quinto Nominado: Borja Cobeaga por ‘Pagafantas’

Tengo muchas dudas en esta categoría, aunque creo que el guión de Almodóvar es lo que más flojea en Los Abrazos Rotos y está un peldaño por debajo de los otros. Me gusta muchísimo el diseño de personajes y la muy pensada estructura narrativa que Alberto Rodríguez le ha proporcionado a esa crónica desgarrada de la no-madurez que es After, así como el sentido del riesgo y las muchas cosas que intentan abarcar Gil y Amenábar en Ágora y no cabe duda del valor del entramado argumental que y la progresión dramática que Daniel Sánchez Arévalo pone en pie en Gordos. Si tengo que quedarme con uno, sería con éste último pero ojo: cualquiera me parecería justo. Lástima que Cobeaga no esté nominado: su guión para Pagafantas es brillante.

Mejor actriz revelación
Nausicaa Bonínn, por 'Tres días con la familia'
Leticia Herrero, por 'Gordos'
Blanca Romero, por 'After'
Soledad Villamil, por 'El secreto de sus ojos'

Quinta Nominada: Adriana Ugarte por Castillos de Cartón

Me niego a votar por Soledad Villamil. No porque no se lo merezca – está fantástica en El Secreto de sus Ojos – sino porque sería convalidar el desatino que supone ponerla en esta categoría tras veinte años de carrera como actriz. Aparte de eso, nivelazo: la forma de expresar con el silencio y la mirada de Nausicaa, la frescura y la naturalidad desarmante de Leticia, la insatisfacción disfrazada de brutal sensualidad de Blanca Romero en After… Me quedo con esta última, aunque solo sea por la complejidad de su personaje, que había que saber transmitir más allá de lo evidente. Como antes, cualquiera de las tres lo merece. Adriana Ugarte sale indemne de un trabajo francamente arriesgado como eje del trío sentimental de Castillos de Cartón, algo no reconocido por la Academia. Por cierto, una provocación: la Academia ha perdido la ocasión de nominar a una estupenda comediante con Silvia Abril por Spanish Movie. Que quieren que les diga, a mi me parece una actriz muy divertida.

Mejor actor revelación
Gorka Otxoa, por 'Pagafantas'
Pablo Pineda, por 'Yo también'
Alberto Ammann, por 'Celda 211'
Fernado Albizu, por 'Gordos'

Quinto Nominado: Luis Zahera por ‘Celda 211’

El trabajo de Pablo Pineda es bastante más que hacer de sí mismo, como dicen sus detractores. Tiene momentos conmovedores en Yo, También. Alberto Amman aguanta el tipo a Malamadre sin despeinarse, lo que no tiene poco mérito y Fernando Albizu está francamente bien en Gordos. Pero yo aquí lo tengo claro: fino trabajo el de un Gorka Otxoa que dentro de ese patetismo que le lleva a semejante rosario de humillaciones, se hace querer y resulta tan entrañable como, a ratos, asesinable. Luis Zahera lleva un tiempo en este negocio, pero muchos le hemos descubierto en la Celda 211. Y aunque su composición es muy “de método” hubiera merecido algún reconocimiento. A mi me gusta más que Resines en la misma película, por poner un ejemplo.

Mejor actriz de reparto
Pilar Castro, por 'Gordos'
Marta Etura, por 'Celda 211'
Vicky Peña, por 'El cónsul de Sodoma'
Verónica Sánchez, por 'Gordos'

Quinta nominada: Lola Dueñas por Los Abrazos Rotos

No he visto a Vicky Peña en El Cónsul de Sodoma, pero me dicen fuentes bien informadas que esta nominación es algo estrambótica porque apenas aparece en pantalla y tampoco hace nada relevante. En fin. Me gusta mucho, mucho, la sufridora Pilar Castro en Gordos y algo menos la Marta Etura de Celda 211 a la que a pesar de su despliegue de genuino sentimiento le perjudica que lo que ocurre con su personaje sea el punto más débil de la peli de Monzón. Me quedo con la Verónica Sánchez de Gordos, cuyo personaje evoluciona de forma muy creíble a lo largo de toda la peli. Y ella sabe expresarlo francamente bien. Una quinta nominada habría permitido a la Academia homenajear una de las mejores ideas que ha dado el cine español este año: la genial lectora de labios que Almodóvar se inventó para Los Abrazos Rotos. Y Darín habria tenido compañía en su doblete.

Mejor actor de reparto
Ricardo Darín, por 'El baile de la victoria'
Antonio Resines, por 'Celda 211'
Raúl Arévalo, por 'Gordos'
Carlos Bardem, por 'Celda 211'

Quinto Nominado: Guillermo Francella en El Secreto de Sus Ojos

No habíamos visto un Resines tan duro, creo, desde Todo por la Pasta. Pero quizás una nominación sea excesiva. Me parece más justificada esa candidatura para Carlos Bardem, un tipo que se trabaja los acentos y sabe cómo ser amenazador cuando quiere (¿le recuerdan en La Zona?). Hasta Darín parece algo perdido en esa película tan desastrosa que es El Baile de la Victoria y, cosa rara, su revienta cajafuertes con ganas de empezar de nuevo no acaba de convencerme. Queda Raúl Arévalo, que debería ganar de calle por ese divertido a la vez que patético reprimido sexual que se desata en Gordos… aunque quizás le perjudiquen las coincidencias de su personaje con el repelente cura que hizo en La Noche de los Girasoles. Me parece inconcebible que no esté el excepcional secundario de este año, ese brillante y leal borrachín que clava con maestría el gran Guillermo Francella y que dice una de las grandes frases del año: “Uno no puede cambiar de pasión”

Mejor actriz
Maribel Verdú, por 'Tetro'
Rachel Weisz, por 'Ágora'
Penélope Cruz, por 'Los abrazos rotos'
Lola Dueñas, por 'Yo, también'

Quinta Nominada: Soledad Villamil por El Secreto de sus Ojos

La Verdú es el corazón de Tetro, algo que no basta para salvar la película del desastre pese a sus esfuerzos. Rachel Weisz clava la Hypatia de Amenabar - si ganara no habría demasiadas objeciones, aunque los fracasos precedentes de Nicole Kidman y Sarah Polley en esta categoría no invitan al optimismo – y Penélope sabe sufrir de maravilla en Los Abrazos Rotos (que año más sufridor el suyo entre ésta y Nine) pero a mi la que más me gusta, pese a ciertas debilidades del personaje que están en el guión y no en su trabajo, es Lola Dueñas en Yo, También. Ganó la Concha en San Sebastián y puede repetir esta noche. Aquí debería competir Soledad Villamil y no donde la han mandado los caprichos de su distribuidora y los académicos. Natalia Mateo también estaba muy bien en La Vergüenza, por cierto. Es otro olvido.

Mejor actor
Ricardo Darín, por 'El secreto de sus ojos'
Antonio de la Torre, por 'Gordos'
Jordi Mollà, por 'El cónsul de Sodoma'
Luis Tosar, por 'Celda 211'

Quinto Nominado: Alberto San Juan por La Vergüenza

Buf, que difícil. No he visto el Cónsul de Sodoma pero cualquiera de los otros tres nominados tiene argumentos más que sobrados para llevarse este Goya: Ricardo Darín puede que haya hecho en El Secreto de Sus Ojos el mejor papel de una carrera francamente brillante, Antonio de La Torre es un prodigio, más allá de su impactante transformación física, en Gordos y lo de Luis Tosar en Celda 211 es simplemente apabullante. Ante tal igualdad creo que por amistad personal – estuvo en Mérida el pasado Festival y eso marca - votaría por pero una vez más insisto: cualquiera de los tres podría ganarlo y nadie podría decir que es injusto. En un año con candidatos tan duros como éste no puedo decir que me sorprenda la ausencia de Alberto San Juan por La Vergüenza o de Willy Toledo por After.

Mejor director
Alejandro Amenábar, por 'Ágora'
Campanella, por 'El secreto de sus ojos'
Daniel Monzón, por 'Celda 211'
Fernando Trueba, por 'El baile de la victoria'

Quinto Nominado: Pedro Almodóvar por Los Abrazos Rotos

Dejando a Trueba aparte, una vez más creo que hay argumentos para defender más que sobradamente a los otros tres candidatos. Amenabar da muestras de su talento narrativo en Ágora, Campanella llena de maravillosas miradas y alguna virguería técnica - el elaborado plano secuencia del estadio – El Secreto de sus Ojos y Daniel Monzón le imprime a la Celda 211 una densa atmósfera y un ritmo trepidante: te agarra del cuello y no te suelta hasta el final. Yo repartiría mis votos equitativamente entre esta categoría y la de Mejor Película para reconocer el valor de al menos dos de los contendientes. Así que aquí voto por Daniel Monzón y su Celda 211. La ausencia de Almodóvar en esta categoría me parece infame: puede que Los Abrazos Rotos sea una película fallida pero contiene en su interior secuencias prodigiosas de un director que ha alcanzado una madurez fuera de serie. Sobrándome Trueba, también metería en esta categoría a Daniel Sanchez Arévalo por Gordos.

Mejor película
'Celda 211'
'Ágora'
'El secreto de sus ojos'
'El baile de la victoria'

Quinta Nominada: Pagafantas de Borja Cobeaga

Aquí me dejo llevar por el corazón y no por la cabeza. Elegiría sin dudarlo El Secreto de sus Ojos, no solo porque me parece el trabajo más sólido y brillante de las nominadas sino porque me emociona profundamente y tiene una enorme virtud de la que creo que carecen sus competidoras: gana en sucesivos visionados. Es una opción muy personal y es mi elección, ojo, de entre las nominadas, porque si a un servidor le preguntaran por sus películas españolas favoritas del año, para mi El Secreto de sus Ojos no tendría esa condición (más argentina no puede ser: todo su equipo técnico y artistico lo es) y así lo contemplé en Lo Mejor del Año. Pero la pasta es la pasta. Da igual: si ganan Ágora o la Celda 211 tampoco hay motivo para protestar.


Hay otros olvidos que no quiero dejar de mencionar: la fotografía de Rodrigo Pietro y el montaje de Jose Salcedo en Los Abrazos Rotos, la música de Pascal Gaigné para Gordos, la imperdonable ausencia de Los Caminos de la Memoria – Mejor Película del IV Festival de Cine Inédito de Mérida - como Mejor Documental que me duele en el alma. Y espero reconocimiento la canción de Yo, También de Gulle Milkway y para Déjame Entrar como Mejor Película Europea (aunque La Clase tampoco me molestaría, algo que sí pasará si gana Slumdog Millionaire o Bienvenidos al Norte). Lástima que dos películas tan hermosas como La Teta Asustada y la maravillosa Gigante tengan que compartir categoría de Habla Hispana con El Secreto de Sus Ojos.


Ah, casi se me olvida: la BSO que más me gusta, considerada en su conjunto es, como no, la del genial Alberto Iglesias que ha creado otra maravilla de partitura para Los Abrazos Rotos. Pero ojo, que el complejo trabajo de Dario Marianelli en Ágora – que gran uso de los coros y del duduk - y la belleza del tema Irene de El Secreto de Sus Ojos podrían ser una alternativa. Lástima por Roque Baños: su música acompaña de maravilla la tensión progresiva de La Celda 211 – especialmente en su uso de la percusión – pero hay candidatas muy, muy poderosas este año.

Hala, que Buenafuente nos entretenga y pasemos todos un buen rato con la Gala. Este año, sin cortes publicitarios, no tienen excusa para que no sea un espectáculo entretenido.

domingo, febrero 07, 2010

LA CARRETERA, Instinto de supervivencia

La Carretera, la novela original de Cormac Mc Carthy, es una de esas obras desasosegantes, líricas y brutales que invita a la reflexión sobre la condición humana, sobre los límites de ese barniz de civilización que esconde la verdadera naturaleza primitiva y terrorífica del ser humano cuando se ve empujado a una situación límite. Te obliga a adentrarte por terrenos resbaladizos mientras describe el Apocalipsis, un verdadero infierno en una tierra devastada en la que apenas hay lugar para la esperanza y lo más valioso que un padre puede tratar de transmitirle a su hijo es una mínima norma moral - comerse a los demás no es aceptable ni siquiera en los casos de extrema necesidad - que sirva como brújula ante la certeza cada vez más inevitable de la imposibilidad de recuperar lo perdido. Es un angustioso tratado de supervivencia en medio de la desolación más extrema, un viaje a ninguna parte de un padre y un hijo que no se tienen más que el uno al otro, acompañados por el hambre, el frío y el desfallecimiento, rodeados de un terreno hostil infectado de peligros y dominado por el miedo, carente de épica alguna salvo aquella que surge de la determinación de seguir adelante cada día, sacrificando todo lo que sea necesario, incluyendo los recuerdos, sabiendo que ese día bien puede ser el último.
La Carretera, la película de John Hillcoat, resulta un extraño milagro en estos tiempos que no se caracterizan precisamente por su sentido del riesgo. Adaptar una obra de temática tan angustiosa y hacerlo con escrupulosa fidelidad parece una opción suicida ya que uno no imagina al espectador medio someterse voluntariamente a semejante trago. Y sin embargo ahí está el universo descrito por McCarthy, tal y como uno pudo imaginarlo mientras devoraba las páginas del libro, en toda su aterradora crudeza, con toda su desesperanza y dureza intactas. Uno intuye que los que están detrás de esta brillante adaptación, desde el director Hillcoat hasta el guionista Joe Penhall pasando por el actor Viggo Mortensen o el director de fotografía Javier Aguirresarobe son gente comprometida hasta la médula con la visión de McCarthy que saben lo que se traen entre manos, que no van a dar el más mínimo resquicio a la complacencia, que tienen muy claro la fuerza de la historia que tienen entre las manos y no les importa la conmoción que puedan causar en el espectador porque de eso precisamente se trata.
Bajo la cuidada fotografía de Javier Aguirresarobe en uno de los trabajos más impresionantes que este cronista ha podido disfrutar en una pantalla en los últimos años - un auténtico prodigio en la que uno puede llegar a saborear las cenizas de ese mundo calcinado y gris - se desarrolla una poderosa historia de supervivencia y amor filial a la que el relativamente desconocido John Hillcoat sabe cómo dotar de fuerza visual y de una profunda emotividad. Resulta conmovedor asistir a la relación que se establece entre ese padre forzado por las circunstancias a ser tan pragmático como precavido, a desconfiar de las intenciones de cualquier otro ser humano que se les acerque y ese niño que no ha conocido otro mundo que el ya destruido y que a pesar de todo el horror que les rodea no ha perdido cierta inocencia. Viggo Mortensen y Kodi Smit-McPhee resultan convincentes, tienen química, sientes su vínculo inquebrantable, vives su miedo continuo, acompañas su alegría en los escasos momentos de esperanza, sufres por ellos y su incierto destino. También te crees a Charlize Theron en ese personaje que no consigue reunir la entereza suficiente para enfrentarse a un mundo sin esperanza, al viejo vagabundo al que da vida un casi irreconocible Robert Duvall, al ladrón desesperado por el hambre que protagoniza una de las secuencias más desgarradoras hacia el final del filme. Todo es dolorosamente creíble, estremecedor, admirable.
Es La Carretera una película extraordinaria, de esas a las que uno le lleva tiempo digerir, apuntes melancólicos y extrañamente líricos dentro de una tragedia, una pesadilla cruel y fascinante en la que el fuego de la esperanza, mínimo, se invoca desde una relación filial inolvidable. Película durísima, por supuesto. Pero también imprescindible.

miércoles, febrero 03, 2010

OSCARS 2010: Como se elige la Mejor Pelicula

En el post de ayer expresaba mi disconformidad con el hecho de que la Academia de Hollywood hubiera decidido este año que hubiera diez películas nominadas a la Mejor Película. Argumentaba que aunque la generosa ampliación permitía a películas que no podían ni soñar con estar ahí – Distrito 9, Un Tipo Serio, o incluso Up, por aquello de que dispone de su propia categoría - la dispersión del voto entre películas, digamos, pequeñas, favorecería el triunfo de la gran superproducción del año Avatar, que en el habitual sistema de mayoría simple – un académico, un voto de entre los nominados en cada categoría – podría arrasar.

Sin embargo, estaba equivocado. Se me había pasado por alto que además de la ampliación, la Academia había decidido cambiar asimismo en consonancia el sistema de votación y aplicar para la elección de la Mejor Película el sistema que ya utilizan para decidir las nominaciones, es decir, un voto preferencial. La loable idea que subyace tras este cambio es que la Mejor Película sea elegida en base a unos criterios mucho más justos – y también complejos – que la mayoría simple, que podría dar la paradoja de que una de las películas ganara con menos del 20% de los votos totales.

¿En que consiste el voto preferencial? Pues en que los académicos no escogen una película sino que ordenan del 1 al 10 las diez películas nominadas según sus preferencias. Una vez recibidos los votos, se agrupan en función de LA PELÍCULA QUE HAYA SIDO VOTADA COMO Nº 1. El objetivo es conseguir que la película ganadora obtenga el 50% más 1 de los votos como primera opción. Eso por supuesto no será factible en una primera valoración. Hagamos una proyección, absolutamente inventada, con las diez películas nominadas, para lo cual consideraremos que el número de académicos es redondo, 6000 miembros. Imaginemos que un primer recuento quedara así:

1. AVATAR 1050 votos la eligen como nº 1
2. THE HURT LOCKER 900 votos la eligen como nº 1
3. MALDITOS BASTARDOS 800 votos la eligen como nº 1
4. UP 700 votos la eligen como nº 1
5. UP IN THE AIR 600 votos la eligen como nº 1
6. PRECIOUS 500 votos la eligen como nº 1
7. AN EDUCATION 400 votos la eligen como nº 1
8. DISTRITO 9 375 votos la eligen como nº 1
9. THE BLIND SIDE 350 votos la eligen como nº 1
10. UN TIPO SERIO 325 votos la eligen como nº 1

Ok. Tenemos Avatar como la más votada pero no ha alcanzado la cifra mágica de los 3001 votos (el 50% de 6000 más uno) necesaria para ganar automáticamente. ¿Qué ocurre ahora? Pues que la película MENOS VOTADA como número uno – en este ejemplo UN TIPO SERIO, pobres hermanos Coen - es eliminada y se miran de nuevo sus papeletas para ver cual es la opción nº 2 de ese académico, que ahora ha pasado a ser nº1. Digamos que los 325 incondicionales de los Coen no lo son demasiado de ese espectáculo tecnológico que es Avatar y sus segundas opciones han sido 150 para los Bastardos de Tarantino, 100 votos para The Hurt Locker, y 75 para UP. Esos nuevos votos se añaden a los anteriores y ahora la cosa quedaría así:

01. AVATAR 1050 votos la eligen como nº 1
02. THE HURT LOCKER 1000 votos la eligen como nº 1
03. MALDITOS BASTARDOS 950 votos la eligen como nº 1
04. UP 775 votos la eligen como nº 1
05. UP IN THE AIR 600 votos la eligen como nº 1
06. PRECIOUS 500 votos la eligen como nº 1
07. AN EDUCATION 400 votos la eligen como nº 1
08. DISTRITO 9 375 votos la eligen como nº 1
09. THE BLIND SIDE 350 votos la eligen como nº 1

Hmmm… la cosa se aprieta y por supuesto Avatar sigue tan lejos como antes de alcanzar los 3001 votos necesarios. Habría que repetir proceso y en este caso sería THE BLIND SIDE, la película de Sandra Bullock la eliminada. Digamos que sus 350 votantes tienen como 2ª opción 100 para Up In the Air, 100 para Up, 75 para An Education, 50 para los Bastardos y 25 para Precious:

01. AVATAR 1050 votos la eligen como nº 1
02. THE HURT LOCKER 1000 votos la eligen como nº 1
03. MALDITOS BASTARDOS 1000 votos la eligen como nº 1
04. UP 875 votos la eligen como nº 1
05. UP IN THE AIR 700 votos la eligen como nº 1
06. PRECIOUS 525 votos la eligen como nº 1
07. AN EDUCATION 475 votos la eligen como nº 1
08. DISTRITO 9 375 votos la eligen como nº 1

El proceso se seguiría repitiendo – ahora caería Distrito 9 y es razonable pensar que muchos de sus 375 votantes tendrán Avatar como segunda opción, con lo que ésta experimentaría una subida… que posiblemente se compensaría con las segundas opciones de las futuras eliminadas An Education y Precious presumiblemente menos proclives a tener a Avatar como segunda opción por temática – hasta que una película alcanzara la cifra mágica de los 3001 votos.

Imagino que si un votante tenía como segunda opción una película ya eliminada previamente se pasaría a su tercera opción y siguientes hasta que se pudiera contabilizar su voto para alguna de las supervivientes. Lo interesante de este sistema es por supuesto que ser la película más votada no garantiza ni mucho menos las opciones finales de victoria ya que si, pongamos el caso más evidente, mucha gente vota por Avatar como primera opción pero hay asimismo mucha gente que no la soporta y la pone la última de sus preferencias, es plausible pensar que las películas que alcancen mayor consenso como segundas o terceras opciones puedan llegar a superar los votos más polarizados de la película de Cameron. Así pues en esta simulación no habría que descartar una posible victoria de The Hurt Locker, Malditos Bastardos o incluso UP.

Decididamente es mucho más interesante este sistema que el de la mayoría simple – no se podrá decir que la Mejor Película no es fruto de un consenso más o menos amplio entre los académicos, en cualquier caso mucho mayor que ese 17,5% que en esta simulación le habría dado la victoria a Avatar – pero me pregunto si no sería incluso un mejor sistema puntuar las películas en orden inverso: 10 puntos a la nº 1, 9 puntos a la nº 2, 8 puntos a la nº 3…etc y simplemente sumar todos los puntos: la que más puntos consiguiera ganaría el Oscar a la Mejor Película y listos. ¿No indicaría un mayor grado de consenso? Bueno, mis conocimientos matemáticos no llegan a tanto…

En cualquier caso, espero que el proceso os haya quedado claro. La conclusión también: puede pasar cualquier cosa y ningún premio anterior entregado durante la noche en cualquier categoría es en realidad indicativo de nada, ya que todos los demás se entregan por mayoría simple y no por voto preferencial. ¿Es o no divertido este pasatiempo anual de los Oscar?

martes, febrero 02, 2010

OSCARS 2010: 10 Reflexiones Apresuradas sobre las nominaciones

1. EL DESATINO. No me gusta nada de nada esa idea absurda que ha tenido la Academia de aumentar a diez las candidaturas a Mejor Película. Vale que eso permite que títulos de mucha calidad como District 9, Up o Un Tipo Serio hayan entrado en una categoría en principio vetada para ellos, pero creo sinceramente que esto va a dividir tanto el voto entre las películas pequeñas que sería una sorpresa mayúscula que no ganara Avatar. Y es una lástima porque con el sistema de siempre – digamos que hubieran estado Avatar, Up In The Air, Precious, Malditos Bastardos y The Hurt Locker – habría alguna posibilidad de que ganara alguna de las dos últimas, que son propuestas mucho más sólidas que la peli de Cameron. Pero con el nuevo sistema muchos votos se perderán como lágrimas en la lluvia…

2. PE. Tercera nominación para la chica de Alcobendas y tabla de salvación de paso del desastre de Nine que como estaba previsto no se ha comido un colin. Hombre, hay que reconocer que en Nine cumple muy bien con el número erótico festivo que le toca en gracia, sale muy guapa y sufre muy pero que muy bien, como debe ser. Pero parece poco bagaje para una nominación. Da igual, la discusión es estéril porque este Oscar será de cabeza para la Mo’Nique de Precious que está BRUTAL en esa película. Por cierto, la presencia de las dos actrices de Up In The Air en esta categoría viene a confirmar mi teoría de que la película se divide un poco en dos partes, la primera para la Kendrick y la segunda para la Farmiga y mucho me temo que las dos se van a quedar compuestas y sin oscar, como les pasó a las protas de Thelma y Louise años ha.

3. EL HABLA NO INGLESA. Ojito a esta categoría, que se admiten apuestas. Más allá de la alegría de que haya entrado La Teta Asustada – merecido reconocimiento – está por ver si los académicos se quedarán con La Cinta Blanca, magnífica pero ciertamente árida propuesta de Haneke o con la acertada mezcla de géneros mucho más digerible para el espectador que es la igualmente estupenda El Secreto de sus Ojos. Y mucho ojito con la francesa Un Profeta, un peliculón de género tremendo a la que no hay que descartar como opción.

4. EL CORAZÓN PARTÍO. Por una vez me alegro de no ser académico. Si tuviera que elegir entre votar en la categoría de Mejor Película de Animación entre Up y Los Mundos de Coraline creo que me costaría una barbaridad decantarme por una u otra. Las dos me parecen magníficas. Tengo curiosidad por Fantastic Mr. Fox, esa marcianada que se ha colado en la categoría…

5. EN TIERRA HOSTIL. Así se deben sentir Kathryn Bigelow y sus muchachos, que habiendo parido una estupenda película llena de tensión y ritmo, endiabladamente bien dirigida e interpretada y que no pierde el tiempo en inútiles denuncias sobre la conveniencia o no de una guerra, porque una vez metidos en harina lo que verdaderamente importa es el día a día de esa raza tan extraña que son los artificieros, pues igual resulta que se van de vacío: Jeremy Renner - que está magnífico, dicho sea de paso - lo tiene casi imposible como Mejor Actor, la película lo mismo por lo antes dicho… pero eso si: Kathryn Bigelow si tiene muy buenas opciones a ser la Mejor Directora, con el permiso de Mr. Tarantino y, claro, de Cameron. Yo voy con ella.

6. ACTORES. La cosa parece estar entre el nuevo aventurero de medianoche que hace según todos los indicios Jeff Bridges en Crazy Heart o la opción de premiar a dos mitos a la vez, Mandela y Morgan Freeman, en Invictus. Creo que el encanto de Clooney - que está francamente acertado en Up in The Air por mucho que, como bien dice David Trueba, parezca siempre a punto de pedirse un Nespresso - va a pinchar en hueso, lo mismo que el habitual talento de Colin Firth y el portentoso desconocido Jeremy Renner, artificiero ligero de cascos de The Hurt Locker. El que si parece que no va a dejar opción alguna en Mejor Actor de Reparto es Christoph Waltz: su portentoso coronel nazi cazajudíos creo que no va a encontrar rival alguno - la nominación de Matt Damon por Invictus me parece un poco pasada, la verdad - aun sin ver a los otros tres nominados

7. OTRO GOL CORTO DE ESPAÑA. Nos estamos malacostumbrando pero bien: La Dama y la Muerte, del estudio Kandar Graphics dirigido por Javier Recio, nominado al Mejor Cortometraje de Animación, sigue el romance que tienen en los últimos años nuestras propuestas con estas categorías. Llegará un momento que nos frustará que no nos nominen… Por cierto, por lo que he podido ver el corto promete ser una maravilla divertida y llena de ritmo.

8. ¡MUSICA MAESTRO! Volvemos a los viejos tiempos de las plurinominaciones de la peli de Disney de turno a la Mejor Canción Original: dos temas cuela Tiana y El Sapo – que pereza, de verdad, con lo insoportablemente cursis que son – pero ahí están The Weary Kind de Crazy Heart - que ya ganó el Globo de Oro - y, sorpresa, el estupendo Take It All de Nine para compensar. ¡Queremos que lo cante Marion Cotillard en la ceremonia, a ser posible repitiendo el número del striptease de Nine!. En las BSO me parecen lógicas las presencias de Hans Zimmer (la música de Sherlock Holmes, junto con la Dirección Artistica es lo más salvable de la peli) y Michael Giacchino, genial en Up y mi favorito particular por el momento. Marco Beltrami es efectivo y funcional en The Hurt Locker y tengo pendiente de escuchar Fantastic Mr. Fox pero Alexandre Desplat siempre es bueno. El que no puede ganar bajo ningún concepto es James Horner: su partitura para Avatar es en mi opinión tan repetitiva como en el fondo decepcionante. Bueno, viniendo de Horner tampoco es que sea una decepción: es uno de los compositores más sobrevalorados de la historia del cine, el amigo.


9. MÉRIDA OSCARIZABLE. Dejando La Cinta Blanca aparte, que estaba claro que iba a ser nominada a la Mejor Película de Habla No Inglesa siguiendo los pasos de Vals con Bashir y La Clase el año pasado, lo que no me esperaba era que otra película que estuvo en el Festival de Cine Inedito de Mérida estuviera nominada… pero en otra categoría: ¡IL DIVO tiene una nominación al Mejor Maquillaje por convertir a Toni Servillo en Giulio Andreotti! Ya puestos, le podían haber nominado a Mejor Actor por hacer de Andreotti un maquiavélico y pasmoso trasunto de Nosferatu con no poca sorna…

10. GUIONES. En los originales se han colado los Coen con su no siempre bien entendida Un Tipo Serio, me parece lógico que esté Tarantino y sus magníficos diálogos y situaciones para Malditos Bastardos, Mark Boal y sus artificieros de The Hurt Locker y, por supuesto, los artífices de UP, que si fueron los que concibieron la antológica secuencia de comprimir toda una vida en cinco minutos se merecen cualquier premio que le den. En adaptados me congratulo de la presencia de Distrito 9 y la cínica y divertidisima sátira política In The Loop, siento curiosidad por ver lo que ha hecho uno de mis escritores preferidos, Nick Hornby con An Education… y me temo que se lo va a llevar Up in The Air, con sus dos nominados todavía metidos en demandas judiciales por la autoría de la peli. Será divertido de presenciar.

Bueno, pues ahora hay todo un mes por delante para hacer los deberes con las pelis que me faltan por ver: An Education, The Blind Side, Crazy Heart, The Last Station, The Messenger, Fantastic Mr. Fox... Tiempo de sobra.