jueves, febrero 05, 2009

FILMOTECA: Camino, una pelicula excesiva y brillante

Como si de algo premeditado se tratara, a lomos de sus flamantes seis Goyas recién repartidos el pasado domingo – Mejor Actor de Reparto para Jordi Dauder, Mejor Actriz Revelación para Nerea Camacho, Mejor Actriz para Carmen Elías, Mejor Guión Original y Mejor Director para Javier Fesser y por supuesto, Mejor Película – la Filmoteca de Extremadura proyecta hoy jueves en Mérida Camino a partir de las 20:30 en el Centro Cultural Alcazaba.


Es una oportunidad excelente para todos aquellos que no tuvieron ocasión de verla en su fugaz paso por Mérida de recuperar la que en opinión de quien escribe estas líneas es la obra más arriesgada, brillante y excesiva para lo bueno y para lo malo que ha dado nuestra cinematografía en el pasado curso. No cabe duda que el cine español necesita de muchas obras como Camino, capaces de adentrarse sin complejos ni prejuicios por terrenos sumamente espinosos con un enfoque original y un acabado visual notable. Con unos actores portentosos y un guión imaginativo y depurado que ni deja títere con cabeza en su contundente visión del Opus Dei ni deja al azar ninguno de los múltiples elementos que lo componen, Javier Fesser construye una película valiente, polémica y necesaria que, por extraño que pueda sonar, en el fondo es una compleja historia de amor.La primera vez que vi Camino sentía un miedo considerable. Y es que claro, saber que el autor de El Milagro de P. Tinto o Mortadelo y Filemón, películas con un peculiar estilo visual cercano al cartoon más descacharrante, se había lanzado a ilustrar la historia de una niña de once años aquejada de una enfermedad terminal que se enfrenta a su destino con la mentalidad propia de los valores y principios morales de una familia del Opus Dei daba cierto pánico. Y lo cierto es que durante la primera hora Fesser da rienda suelta a su imaginativo mundo a través de las ensoñaciones y pesadillas de su protagonista y da forma a una película tan abigarrada que por momentos uno tiene la sensación que aquello va a terminar muy mal: el estilo de Fesser demostraba estar en las antípodas a una historia que parecía pedir a gritos sobriedad y contención.Sin embargo, Camino es una sorpresa mayúscula: no solo consigue salir adelante según va avanzando su metraje, sorteando esa impresión inicial, sino que consigue convertirse en una experiencia absolutamente sobrecogedora. Su descripción de personajes es minuciosa y detallista, ya sea esa terrible madre a la que interpreta una magnífica Carmen Elías capaz de llevar hasta el límite las únicas armas que tiene, su fe en Dios y los principios de Obra, para enfrentarse a lo que se le viene encima, ya sea ese padre carcomido por la duda, un inconmensurable Mariano Venancio, que no es sino el sitio donde Fesser se posiciona en la película, un hombre superado en todo momento por la tragedia que empieza a cuestionarse todo. Y no nos olvidemos del descubrimiento que supone la joven Nerea Camacho, una niña que lleva sobre sus hombros con sorprendente entereza y entrega gran parte del peso de la película y que conquista al espectador con un papel complicadísimo del que sale mucho más que airosa.Camino es una de esas películas que no deja indiferente a nadie: levanta no pocas ampollas su brutal representación de la forma de vida de aquellos que someten sus vidas a los dictados del Opus Dei, causa debate su abigarrada forma de colocarse de forma constante al borde del abismo (y caerse unas cuantas veces para siempre volver a levantarse: insisto en que ésta es una película de excesos para lo bueno y para lo malo) al contar esta historia tan a contraestilo con las armas de las que Fesser dispone y finalmente se apoya en un guión polémico que juega con una idea extremadamente brillante y subversiva capaz de cambar de arriba abajo la perspectiva del que ve la película según la interpretación que quiera darle al tramo final del filme.Camino a ratos es una desasosegante y angustiosa película de terror que deja al espectador clavado a la butaca y a ratos desprende una singular emoción y una infinita ternura capaz de conmover al corazón más endurecido, huyendo de sensiblerías y manipulaciones fáciles. A sus detractores no les faltarán argumentos para atacar un filme personal y discutible en algunos extremos al que sin duda le sobra metraje y le falta la presencia de alguien con la ascendencia necesaria sobre su autor como para señalarle las partes en las que su esplendida propuesta flaquea de forma evidente. En cualquier caso, no cabe duda que resulta de lo más saludable el atrevimiento de Fesser: hay que tenerlos muy pero que muy bien puestos para atreverse a contar una historia tan tremenda como ésta de la forma en la que lo ha hecho, sí señor.Aquí la breve opinión de Días de Cine en su paso por el Festival de Cine de San Sebastián. Hay que resaltar que en su resumen de Lo Mejor del 2008, el equipo de Dias de Cine apostó por Camino como la Mejor película española del año.


Y aquí el reportaje del programa catalán Cinema 3, que merece mucho la pena

1 comentario:

Felix dijo...

peliculón, y menudo precio de entrada, creo que a partir de ahora voy a ir mas jueves al cine, me vas a ver mucho por allí, jejeje. Nos vemos, admirable el trabajo que realizas.