


A Bigelow y su guionista Mark Boal no les interesa lo más mínimo posicionar su filme sobre un tablero político y eluden de forma inteligente preguntarse sobre las causas o las consecuencias de la guerra en Irak. En Tierra Hostil es una película sobre lo que experimentan esos hombres en guerra, sobre la poderosa y letal adicción que genera la adrenalina del saberse cercano a la experiencia de la muerte.


En Tierra Hostil tiene la nada desdeñable virtud de contar cosas muy complejas a través de mecanismos aparentemente simples pero muy estudiados: la repetición del ritual que implica enfrentarse a las bombas, la contraposición de la personalidad temeraria de James con las del meticuloso sargento y el soldado inseguro que han de cubrirle las espaldas, que solo consiguen llegar a un principio de entendimiento cuando se ven abocados a una situación que les obliga a funcionar como un equipo – la tensa secuencia del desierto, una magnífica escena clave en la película –, la frustración continua que supone enfrentarse a un enemigo casi siempre invisible a la vez que determinado, la descripción de ese entorno inhóspito que uno intuye inconquistable por la fuerza de las armas.

En el fondo, resulta paradójico que haya quien reproche a Bigelow – que realiza aquí una labor magnífica, digna de todo elogio tanto en la puesta en escena como en el dominio del ritmo narrativo - su presunta falta de postura sobre el conflicto: no hay mayor denuncia que narrar el quehacer cotidiano de los soldados que combaten en el mismo. Su angustia existencial, la conciencia de la imposibilidad de protegerse con éxito de las amenazas que les rodean, el escaso margen del que disponen cuando están sometidos a una tensión tan extrema y constante, todo ello contribuye a crear una de las películas más desoladoras y perturbadoras de los últimos años. Es de esperar que la Academia haya tenido la inteligencia de reconocer sus muchos méritos con unas cuantas estatuillas.

Este artículo, escrito el sábado 6 de marzo antes de la Ceremonia de los Oscar, se publicó en el periódico gratuito Voz Emérita el lunes 8 de Marzo. A eso se llama jugársela y que la cosa salga bien: En Tierra Hostil consiguió 6 Oscars: Mejor Película, mejor Director, Mejor Guión Original, Mejor Montaje, Mejor Sonido y Mejor Mezcla de Sonido
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