martes, marzo 13, 2012

LOS IDUS DE MARZO Compromiso e Inteligencia

Siento cierta fascinación por el cine americano que bucea en las entrañas de la sociedad en la que viven, especialmente por aquel que se esfuerza por dejar al descubierto las corruptelas y defectos de un sistema electoral y político manifiestamente mejorable. Un cine militante y comprometido que desde los años setenta ha ayudado a los que no vivimos allí a comprender mejor su forma de entender la política y como se despliega el complejo juego de ambiciones e intereses que se ocultan detrás de cualquier candidato con afán de conseguir o perpetuarse en un puesto público. George Clooney, un tipo lúcido y coherente que ha demostrado a lo largo de su trayectoria como director entender ese compromiso desde una posición más crítica de lo que uno le supondría a una estrella con semejante estatus de privilegio en Hollywood, construye en Los Idus de Marzo no solo una mirada cínica y demoledora sobre las miserias de la política, sino toda una reflexión acerca de la imposibilidad de la supervivencia de la honestidad y el idealismo en dicho mundo.


Clooney, ferviente demócrata y defensor a ultranza del presidente Obama, desarma de entrada con dos decisiones inteligentes. La primera es situar su irónica fábula en el ámbito de unas elecciones primarias demócratas y no republicanas como cabría esperar de una obra tan crítica como ésta. La segunda es ceder el protagonismo de su historia a otro, el personaje del brillante asesor de campaña interpretado por Ryan Gosling, reservándose el del gobernador candidato a Presidente, que no es sino la viva imagen del sueño dorado del votante liberal norteamericano. Su Mike Morris es uno de esos políticos en los que merece la pena creer: atractivo, inteligente, poseedor de un irresistible carisma fruto de su simpatía y una cuidada imagen que recuerda a JFK y Clinton, ecologista, laico que esquiva con habilidad las venenosas cuestiones sobre su fe, contrario a las guerras preventivas, accesible y hasta desinhibido en el trato.

Pero la película no gira en torno a él, sino en torno al asesor que encarna Gosling, uno de esos especialistas en diseñar estrategias, controlar el mensaje, supervisar el discurso y sobre todo la puesta en escena para que el candidato luzca impecable – los paralelismos con la sofisticación de una función de teatro son continuos a lo largo del filme – pero también un idealista que cree sinceramente en el hombre para el que trabaja. Hasta que empieza a darse cuenta no ya de lo podrido que resulta el medio en el que se mueve, sino de la necesidad de anteponer el pragmatismo a cualquier otro valor para conseguir lo único que verdaderamente importa: ganar y salirse con la suya.


Nada novedoso, dirán ustedes y no les falta un punto de razón. Sin embargo, lo verdaderamente interesante de Los Idus de Marzo no es tanto la descripción de ese ambiente sino lo fácil y rápidamente que uno puede olvidarse de aquellos supuestos valores por lo que uno entró en política cuando las cosas se ponen feas. El espectador, obligado a identificarse con un Ryan Gosling que ejecuta aquí una tan sutil como impecable interpretación en el que su rostro va progresivamente vaciándose de contenido hasta que de él queda poco más que una máscara, no se coloca de su parte porque represente unos ideales superiores capaces de imponerse a un sistema corrupto en esa noble tradición de ese cine liberal de nuevo cuño muy a menudo demasiado complaciente. No, lo hace a pesar de su caída a ese barro moral en el que ha de pelear. Es una diferencia sutil pero esencial.

Clooney construye una muy sólida película manejando hábilmente a un magnífico reparto. Uno se queda con ganas de muchas más escenas de cualquiera de los dos directores de campaña (soberbios Philip Seymour Hoffman y Paul Giamatti) con el propio Gosling sin que el inevitable aire teatral que preside la obra repercuta demasiado en el conjunto. No será Sidney Lumet ni Alan J. Pakula, vale. Tampoco hace olvidar aquellos brillantes guiones de Aaron Sorkin que marcaron una época en la imprescindible El Ala Oeste de la Casa Blanca, pero sin duda resulta de lo más reconfortante tener a alguien como Clooney desplegando semejante grado de compromiso e inteligencia desde dentro de Hollywood.



No hay comentarios: