lunes, diciembre 15, 2008

Permitame que le presente a algunas personas...

Cuando usted esté leyendo estas líneas, ya habrá pasado el primer fin de semana del III Festival de Cine Inédito de Mérida. Si ya tuvo ocasión de reírse con los Animales de Compañía de Nicolás Muñoz, cursó un año escolar con los alumnos de La Clase o revivió como soldado animado la I Guerra del Líbano en la esplendida Vals con Bashir, a estas alturas no hará falta que le convenza de nada: estoy seguro que volverá a acercarse al Centro Cultural Alcazaba a seguir disfrutando de más historias. Así pues el objetivo de estas líneas es usted, que a lo mejor está enterándose en este mismo momento que en nuestra ciudad hay un Festival de Cine o que quizás ha tenido mejores planes este fin de semana que venir a disfrutar de nuestra programación. A usted me gustaría, si me lo permite, avisarle que todavía se encuentra a tiempo de formar parte de esta fiesta que hemos organizado y que conociera a unas cuantas personas.Me gustaría que conociera a Rudi, un jubilado alemán cuya vida siempre ha estado regida por la rutina y la monotonía que un día descubrirá que aun está a tiempo de ver la vida de forma muy distinta y cuya nueva mirada le acabará llevando nada menos que a Japón en la película Cerezos en Flor. Creo que le fascinará Yasmina, una joven marroquí culta y atractiva que vive en un pueblo extremeño de por aquí cerca y con la que sabremos lo mucho que cuesta encajar esos dos mundos, el marroquí y el español, en el filme Un Novio para Yasmina. Podría ayudar a Oskar, un chaval sueco de doce años que no lo está pasando nada bien, ya que sufre el acoso escolar de sus compañeros de clase. Por suerte acaba de conocer a Eli, una niña muy pálida que solo sale por las noches y a la que parece que no le afectan las frías temperaturas de por allí. Será una coincidencia, pero desde que llegó esa chica tan rara al pueblo, han sucedido una serie de desapariciones y asesinatos inexplicables. En Déjame Entrar nos lo explicarán todo (o no). Ah, tenemos por aquí a otro invitado ilustre: Giulio Andreotti, un político italiano de aspecto tranquilo y rostro imperturbable que ha sido siete veces primer ministro de su país y que hace más de cuarenta años que domina todos los resortes del poder, pero que al parecer tiene unos cuantos amigos nada recomendables que pertenecen a una simpática organización llamada la Mafia. Le dicen Il Divo, pero no se confunda: no canta ópera precisamente. La pobre Sara va a vivir el día más largo de su vida cuando su hermano se presente en su casa con el rostro ensangrentado: o consigue en ese plazo de tiempo 4000 Euros o algo muy malo puede pasarle. A ver de donde saca ella, que apenas tiene para ir tirando en Sevilla, tal cantidad de pasta en tan poco tiempo. Por último, en Still Walking hay toda una familia japonesa que se ha reunido para un aniversario. Y como suele pasar en este tipo de ocasiones, aunque las apariencias son importantes y nada parece que se mueva en la superficie, creo que nos daremos cuenta que en esa familia, como en todas las familias, el amor convive con muchos secretos, resentimientos y asuntos pendientes de resolver.Le aseguro que sería una lástima que usted dejara pasar la oportunidad de conocer a todas estas personas: le aseguro que todas y cada una ellas tienen una historia muy interesante que contar y muchas de ellas se contarán en absoluta primicia en Mérida, ya que no saldrán a la luz hasta el año que viene. Y algunas, por desgracia, puede que nunca vuelvan a poder contarse por aquí cerca. Detrás de cada una de ellas hay una infinidad de emociones por transmitir, hay sensibilidad, inteligencia, buen gusto, conviven formas clásicas y novedosas de narrarlas, componen un viaje en el que cada día se vive una experiencia completamente distinta a la del día anterior. Algunas le gustarán más que otras, por supuesto, pero reconozca que son personas interesantes. Y por favor, no me diga que está usted muy ocupado, que no tiene tiempo, que tiene obligaciones: precisamente estas personas, estas historias, están ahí para que usted pueda olvidarse durante un par de horas de todo eso que vive en su día a día. Esa es la verdadera magia del cine, conseguir que nos olvidemos de nosotros mismos y nuestros problemas por un ratito y acompañemos a esos personajes y lo que nos cuentan desde la pantalla.
No se lo piense más y aproveche la ocasión. Estoy convencido que acabará por agradecerme que le haya dado a conocer todas esas historias.

PD: Venga también el sábado a disfrutar de la Gala de Clausura ‘El Juego del Cine’. Creo que nos lo pasaremos bien.

(Articulo escrito para el periódico local Voz Emérita, que se distribuirá hoy lunes por Mérida)

No hay comentarios: