Pero me queda algo pendiente: el viaje relámpago a Madrid fue más o menos provechoso, aunque la verdad es que ha coincidido un fin de semana donde no había apenas estrenos que me interesaran - siempre que subo a Madrid aprovecho para zamparme un buen puñado de pelis de esas que no llegan a Mérida ni suplicando - pero al menos pude ver NATURALEZA MUERTA del Jia Zhang-Ke, que me pareció una peli muy interesante y llena de imágenes y metáforas poderosas, aunque con un ritmo mortecino capaz de crispar los nervios al más curtido. Básicamente estamos ante dos personajes que buscan los restos de unas relaciones perdidas hace mucho, destrozadas en el olvido y en el tiempo transcurrido en medio de un paisaje en ruinas asimismo condenado a desaparecer.
Como las capas de una cebolla, las historias de esos dos personajes en busca de los despojos de su pasado para poder construir su presente y toda esa ciudad fantasma que les rodea forman un conjunto muy poderoso en el que no falta sitio para el humor, la ternura, la solidaridad, la poesía (ese buscar y rememorar paisajes en los billetes) y, por supuesto, la crítica con un sistema mucho más preocupado de llevar a cabo sus faraónicos designios que de cuidar al pueblo que soporta las consecuencias de los mismos. Es una película difícil, compleja, incluso a ratos indigesta pero sin duda brillante y por momentos simplemente magnífica, digna de ser descubierta y lentamente reflexionada. Entiendo que la mayor parte de la crítica sesuda le parezca una peli imprescindible, pero eso si, yo sigo prefiriendo The World, una peli mucho más accesible y que me llegó mucho más que ésta. Eso si: la imagen del matrimonio charlando en un edificio semi derruido en el que a través del agujero en la pared pueden verse más edificios ruinosos y uno se derrumba al final de la conversación me pareció fascinante a la vez que un surrealista dejà vu: es como un remake chino cudeiro de la escena final de El Club de la Lucha con Norton y la Bonham Carter viendo caerse los edificios.
También me dio tiempo a ver UN FUNERAL DE MUERTE. Creo que hay pocas buenas comedias en cartelera y cuando te llega una como ésta que, sin ser nada del otro mundo, consigue su principal objetivo de que te estes deescojonando durante una hora y media sin sentir que están insultando tu inteligencia, pues hay que celebrarlo. Se le va la mano un poco en el increscendo su tramo final y con algún que otro destrozo escatológico, pero hay que reconocer que los actores están impecables y que cuando los ingleses se ponen a hacer comedia negra negrísima les sale divinamente. A lo mejor es que estoy un poco harto de la comedia gruesa y descerebrada made in USA que invade nuestros cines, será que soy demasiado fan de series tipo La Pareja Basura o Little Britain (que dicho sea de paso es bastante más salvaje) o simplemente que echo de menos algo de ese humor british que evidentemente no llega a la suela de los zapatos a gente como los Monty Python, pero que comparte ese puntito de locura y negrura que no resulta fácil de ver por las pantallas, pero el caso es que un servidor se lo pasó francamente bien viendo Un Funeral de Muerte.
Creo además que no hay que restarle méritos al hecho de que partiendo de unos gags bastante primarios y de unos personajes un tanto arquetípicos Frank Oz y sus guionistas consigan armar una historia en la que los chistes no se atropellan unos a otros, haya una progresión adecuada de las diversos hilos de las tramas que se manejan y, sobre todo, que llegue un momento en el que se pierdan todo tipo de complejos y la peli descienda alegremente por el terreno del desenfreno acumulando salvajadas una detrás de otra.
Concedo que en ese desmadre a veces se les va un poco la mano y me sobra algún que otro momento escatológico al que no le encuentro la gracia por ningún lado, pero defiendo el esplendido trabajo de los actores - creo que están la mayor parte muy bien en un registro de lo más exigente y generalmente infravalorado, especialmente ese hermano mayor desbordado por las circunstancias - y algún momento francamente logrado como la conversación en el despacho entre ese hijo mayor desbordado y el inquietante enano que nadie sabe que pinta allí al desvelar sus verdaderas intenciones (gag bien coronado con el punto de la inenarrable decoración del despacho del finado)
Que si, que ya no hay Wilders, Lubitschs, Monty Pythons o incluso Edwards en el cine actual (hasta Woody Allen parece llevar un tiempo de lo menos insporado y Scoop es buena prueba de ello) y nos tenemos que conformar conque Ben Stiller o los Farrelly tengan el día bueno, pero a mi Un Funeral de Muerte me supone un más que divertido alivio en una cartelera que necesita risas saludables más de vez en cuando. Al menos conmigo consiguió bastante sus objetivos…
Por último el domingo me comí una sesión matinal en los Yelmo Cineplex (¡que gran invento eso de las sesiones matinales, que gustazo!) y me sorprendió muy agradablemente LA GRAN ESTAFA, donde el irregular Lasse Hallstrom consigue sacar una muy buena intepretación de Richard Gere - de lo mejorcito que le he visto en años - siempre bien apoyado por el inmenso Alfred Molina en una historia fascinante de esas que si uno no supiera que ocurrieron en la realidad, nunca funcionarían en un guión de ficción por ser literalmente increíbles. Vaya personaje el Clifford Irving éste, menudo pájaro... Aunque el protagonista de verdad es ese Howard Hughes que parece mismamente el Gran Hermano Orwelliano planeando sobre toda la función. Me parece muy inteligente la forma en la que el guión enlaza lo que es la simple historia de la estafa con las ramificaciones políticas de la misma y el apunte conspiroparanoico de la utilización de todo el follón por parte del propio Howard Hughes para dañar a Nixon. No se si tan alucinante teoría podría tener algún viso de verdad, pero hay que reconocer que en la película el Hallström lo sabe encajar de maravilla...
Eso sí, la película quizás no acaba de cuajar porque navega de forma constante entre dos géneros difíciles de ligar: ni es la típica película de timos a gran escala en la que simpatizas enormemente con el protagonista y deseas que todo le salga a pedir de boca y que su plan maestro funcione ni tampoco consigue ser una contundente película política como lo podrían ser aquellas irrepetibles pelis setenteras que asfixiaban al espectador haciéndose eco de unos tiempos ciertamente tumultuosos.
No, La Gran Estafa no termina por decidirse – de forma consciente y arriesgada por parte del director, todo hay que decirlo - por ninguno los dos géneros y los leves y un tanto tópicos con los que se jalona la tumultuosa vida personal de Clifford Irving - Marcia Gay Harden hace un buen papel como la sufrida esposa, pero en honor a la verdad hay que decir que Julie Delpy está arrebatadora en tan solo un par de escenas como esa amante caprichosa - tampoco son demasiado destacables. Es La Gran estafa una película entretenida y con apuntes interesantes (insisto: las interpretaciones de Gere y Molina son de lejos lo mejor de la función) pero a la que le perjudica la inevitable sensación de haberse quedado entre dos tierras muy distintas y difícilmente conciliables.
Pos eso, que ha habido descubiertas más provechosas, pero ésta no ha estado mal aprovechada del todo... Mañana comenzaremos las crónicas desde la 52 Edición de la Seminci ¡Pisuerga, allá voy!
1 comentario:
Ey, te confundiste de Enrique :(
Yo soy el maño... ¿si?; que va acreditado como tú y que coincide contigo, Operación Colombo incluída, desde hace ya 3 años...
Y es verdad, aquel chico del jurado joven creo q era tocayo mío, de ahí la confusión.
Al principio pensé q me reconocerías, a pesar de lo q te ponía. Y cuando lo leí pensé q lo habías hecho, aunque lo del ciclo Dreyer me descolocó algo, pq lo comentamos, pero no como para hacer esa referencia. Eso fue más con el jurado juvenil, que fue con quienes la vistéis.
Bueno, pues eso, que soy yo y espero q a mí tb me puedas reservar, junto a José Manuel y el resto de colegas unos ratos para comer, cervezas y charlar de cine o de lo que sea... :)) ¡¡Nos vemos ya!!
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