Este Jueves 18 a partir de las 20:30 horas en el Centro Cultural Alcazaba, la Filmoteca de Extremadura reanuda sus proyecciones semanales en Mérida con la película austriaca Los Falsificadores, ganadora del Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa este mismo año. El Holocausto, reconozcámoslo, es a estas alturas casi un género en sí mismo aunque solo sea por la ingente cantidad de películas que han tratado de abordarlo con mayor o menor fortuna. A alguno puede provocarle a estas alturas cierta sensación de hartazgo – bien porque la calidad de muchos de esos filmes puede ser discutible pero sobre todo por el riesgo de caer en ciertos tópicos que no muchos tienen la inteligencia de esquivar – pero no es mi caso: soy de los que piensan que conviene tener siempre muy presente dicha atrocidad con sus causas y efectos, siquiera para no olvidarse nunca de lo que el ser humano, bajo esa fina capa de civilización que llevamos con tanto orgullo, es capaz de hacer.
Dentro de ese casi género, Los Falsificadores se configura como una obra de extraña originalidad. Parte de un hecho real poco conocido – el intento por parte de los nazis de quebrar las economías británica y americana a base de falsificar libras y dólares, para lo cual dedicó multitud de recursos y echó mano de los mejores “profesionales” del sector, muchos de los cuales eran artistas judíos que se hallaban en campos de concentración – para configurar una visión distinta del Holocausto, ya que los encargados de llevar a cabo tal operación son, además de supervivientes por el simple hecho de ser judíos, privilegiados dentro del campo y personas que se ven obligados día a día a convivir con el hecho de que más allá de las paredes de su pabellón especial, sus congéneres son sistemáticamente exterminados por aquellos a los que, paradójicamente, están ayudando.
Se vuelve así sobre un tema habitual del Holocausto – cómo obviar los principios morales con el simple objetivo de sobrevivir el mayor tiempo posible en una situación de continuo peligro o, a posteriori, la culpa del superviviente – pero de una forma radicalmente distinta a como lo hicieron películas como La Tregua de Francesco Rosi o El Pianista de Polanski. Los Falsificadores busca la identificación del espectador con su protagonista principal, El Rey de los Falsificadores Salomon Sorowitsch (soberbio trabajo del actor Karl Markovics, premio al mejor actor en la pasada Seminci), un vividor y pícaro cuya previsible evolución desde su inicial postura de superviviente nato capaz de cualquier cosa hasta su inevitable toma de conciencia según va calando en él el cúmulo de barbaridades de los nazis es perfectamente creíble.
Hay multitud de elementos de interés en una película notable que cuenta con la complicidad de un buen trabajo de todo su elenco y un esplendido trabajo de fotografía a cargo de Benedict Neuenfelds al servicio de una historia diferente que huye de estereotipos y ofrece una visión si bien no distinta sí original respecto a lo que vemos habitualmente en las películas sobre el Holocausto. Los Falsificadores se suma así a La Vida de los Otros, Caché, Cuatro Minutos, Verano en Berlín, El Hundimiento, Sophie Scholl o Goodbye Lenin en esta especie de interesante renacer del cine germano que estamos viviendo en los últimos años. Sin ser una película del todo redonda, tiene en opinión del que escribe estas líneas los suficientes elementos de interés como para que merezca la pena acercarse al Centro Cultural Alcazaba a descubrirla.
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