MAD DETECTIVE (Johnnie To, Hong Kong)
Carlos Boyero, El Mundo “Desde hace tiempo, la Mostra ha pillado la sádica costumbre de programar en las últimas jornadas del Festival cuando los espectadores tenemos los ojos y el ánimo bajo mínimos, una película sorpresa que va a competir por los premios. Y aunque lo único que hace falta a estas alturas para cortarse las venas a los extenuados cronistas sean las sorpresitas, podrías sentirte bien con la resolución de este enigma si la sorpresa la protagonizara la última película que ha rodado Eastwood o Scorsese. Pero no, la puñetera sorpresa siempre pertenece al cine oriental (…) Se titula El Detective Loco y la ha dirigido Johnnie To (…) especializado en cine negro e hiperviolento. Nunca entiendo los argumentos de sus películas, siempre me hago un lío tratando de identificar a sus personajes, ya que a mis occidentales ojos, todos le parecen el mismo (…) Todo es gritería insoportable, toneladas de sangre, incoherencia dramática y guiños para los iniciados en el universo de este director cañero y absurdo. Es una película tan boba como gratuita, pero al menos hemos cumplido con la jodida sorpresa. Y si le cae un premio, que no me extrañaría, ya no nos va a pillar a dos velas como el año pasado.”
Oti Rodríguez Marchante, ABC “«Mad detective» no es una mala película policiaca de acción, y si su director, el señor To, consiguiera que no se le anudara a uno en el cuello todos los hilos narrativos que maneja, todavía sería mejor. El policía protagonista está loco, ve los fantasmas y demonios que residen en los demás, y unas veces la película nos ofrece su punto de vista (los personajes y sus demonios, o sea mucha gente) y otras, el del otro policía, que ve el mundo con mas sencillez. El resultado es un jaleo importante, aunque lo fundamental en las películas de este director es tener los reflejos suficientes para esquivar las balas y para cerrar los ojos cuando se pone bruto, cosa que ocurre con frecuencia.”
Enric Gonzalez, El País “El detective loco (…) fue incluida en el programa como "película sorpresa", y ofreció lo que se podía esperar: ritmo, imaginación, ironía y disparos en abundancia. Frente a la escasez de ideas de Hollywood, que vive en gran medida del reciclaje de productos antiguos o ajenos, Hong Kong nada en la abundancia. La absorción del ilimitado universo manga y la falta de prejuicios proporcionan a gente como To y Fai una agradable frescura (…) El detective loco tiene un desarrollo irregular. A los problemas prácticos representados por la comitiva de personalidades ocultas se unen los altibajos del guión y un cierto desaliño en la dirección. La historia se embrolla hasta hacerse incomprensible, serpentea entre homenajes a películas célebres (el desenlace, un tiroteo con espejos de por medio, reproduce La dama de Shanghai) y desemboca en un final sorprendente y gracioso. El guión pertenece a la escuela que dio recientemente la exitosa Infernal Affaires, reciclada como Infiltrados por Martin Scorsese. No sería extraño que Hollywood acabara echando mano también del detective esquizofrénico y visionario.”
NIGHTWATCHING (Peter Greenaway, Reino Unido)
Oti Rodríguez Marchante, ABC “La película de Greenaway es tan de Greenaway que trasluce más el estilo, la forma y el color del director que el del propio Rembrandt, a pesar de estar la tela completamente dedicada a él y los enigmas de «Ronda de Noche». O sea, aparentemente hay un «aire Rembrandt», pero para que se haga una idea el lector a lo que se parece formalmente el cascarón, la envoltura de esta película es a otra suya como «El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante». Una puesta en escena absolutamente teatral, un ritmo y tono operístico, una estética que mezcla lo esencial y lo posmoderno, un texto prolijo y una narrativa fatigosa es básicamente el armamento de la última de Greenaway. Hay momentos, por no macerarnos en nuestro propio vinagre, de una sorprendente belleza visual y se pueden disfrutar tanto como una puesta de sol en ese bar de Ibiza.”
Enric González, El País “Nightwatching es una película de factura estrictamente teatral, con unos pocos decorados y movimientos propios del escenario. La cámara tiende a adaptarse también al punto de vista de un espectador de platea, una opción favorecida por la iluminación al estilo de Rembrandt, con focos situados por debajo de los personajes. Todo es ampuloso, barroco, afectado. Como producto cinematográfico, Nightwatching se mueve con la soltura de un acorazado en un bidé. Se trata de una obra muy de Greenaway. A la habitual calidad pictórica de las imágenes del cineasta galés (…) se une esta vez la decisión de desarrollar el relato como una serie de cuadros. Cada fotograma aspira a contener el equilibrio armónico de un óleo flamenco del XVII. Esa apuesta estética, teóricamente coherente, añade lastre a un estilo, el de Greenaway, que no se caracteriza por el dinamismo.”
CARLOS BOYERO, EL MUNDO “Peter Geenaway, ese cultivado autor que pertenece a mis fobias fijas, ha decidido ofrecernos su intelectual y exquisita reflexión sobre la accidentada vida y el arte magistral de Rembrandt en la insoportable Nightwatching. Greenaway nos ofrece más de lo mismo, de lo de siempre. O sea: una puesta en escena cansinamente teatral, esmero pictórico reconstruyendo la época y la pintura de Rembrandt, culturalismo sin alma y el habitual tono moroso. Estoy seguro que seguiré visitando el Rijkmuseum cada vez que vaya a Ámsterdam y de que seguiré admirando de rodillas la genialidad de la pintura de Rembrandt, pero igualmente tengo claro que ni loco voy a volver a ver esta película cuando se estrene en España”
L’ORA DI PUNTA (Vincenzo Marra)
Oti Rodríguez Marchante, ABC “El cine italiano ha presentado tres películas a la competición, y no se sabría decir cuál de ellas ha sido más vapuleada. La de ayer, «L´ora di punta» tenía también ese toque de telefilme tan propio al cine italiano actual, y contaba la historia de un fulano sin escrúpulos, uno de esos «tiburones» de ciudad que no piensan: maquinan. El protagonista, Michelle Lastella, se da un aire a Figo, con lo que el estreno de la película podría tener cierto sentido en Barcelona. El tipo engaña a todo el que se le pone cerca, especialmente a la pobre Fanny Ardant, cuya puntería con el cine es tan discutible como indiscutible es su clase y elegancia. Hay veces en las que el único sentido que se le encuentra a estas películas que «echan» aquí es que son el preludio o la antesala de la calle. Así de simple.”
2 comentarios:
¿Desde cuando Johnnie To es japonés?.
Que no todo es Japón, hombre.
¡¡Anda!! Pos es verdad: a corregir tocan...
Gracias por el aviso, persona anónima (y por leer entradas tan antiguas jejejejeje) :-)
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